Leyendas de las Sombras

El gran amanecer

Desde el surgimiento de los humanos, las bestias y los monstruos, el miasma primordial ya había logrado expandirse por gran parte del mundo, corrompiendo la tierra y a sus habitantes. El continente Agria, conocido en los primeros tiempos como el continente oscuro, fue el más afectado, transformándose en un lugar frío y oscuro, con gran concentración de magia primordial y energía vital, un hábitat perfecto para los monstruos más antiguos y las bestias míticas. Debido a esto, los primeros humanos tuvieron que adaptarse al peligroso lugar en donde nacieron, optando por una vida más nómada o tribal, comiendo carne podrida y bebiendo aguas contaminadas.

Los humanos que no murieron, se volvieron más resistentes a la corrupción del miasma y más longevos, siendo ciento cincuenta años la mínima de vida natural.

Con los años surgieron varios clanes, algunos con monstruos o bestias entre sus filas, lo que llevó a pequeñas rencillas entre clanes, ya sea por los recursos o por una buena posición. Hasta que La guerra de los Ancestros comenzó y el mundo se sumió en un caos que amenazaba la supervivencia de los humanos, los humanos de Agria no fueron ajenos a este conflicto, ofreciendo sus servicios a diferentes dioses a cambio de poder y luchando por lograr vivir  aunque sea un día mas.

El mundo estaba en guerra, los monstruos y las bestias se masacran entre sí, y los humanos sólo podían sobrevivir en valiente combate o morir en la oscura soledad.

El conocimiento de la magia lo cambió todo para los humanos de Agria, y aunque les costó parte de su longevidad, las nuevas generaciones eran mucho más fuertes e inteligentes que sus antecesores, fundando grandes ciudades y aprendiendo saberes mágicos. Pero, a pesar de todo lo que consiguieron, aquellos humanos aún estaban presos de los peligros de haber nacido en el continente oscuro. Al norte, solo había elevadas montañas rocosas cubiertas por nieve, por en el oeste y este, solo había el inmenso océano y por el sur, unos densos bosques habitados por los más terribles monstruos que pudieron existir y una cordillera de difícil acceso.

No había forma de huir.

La guerra de los ancestros siguió azotando el mundo, varios dioses abandonaron el mundo mortal, héroes perecieron en batalla y todo parecía que el fin de los humanos había llegado. Pero en el día más crítico, de los cielos se escucho una dulce melodía que resonó por todo el mundo, calmando el deseo de sangre de cada monstruo, bestia y humano. Los cielos de Agria, que siempre fueron nubladas y oscuras, fue partido por una intensa luz que despejó los cielos, dándole un amanecer tan hermoso que hizo llorar a niños, jóvenes y adultos.

La luz curó la tierra y las aguas, los monstruos se ocultaron en las sombras y las bestias fueron a dormir. Se formó un equilibrio entre la oscuridad y la luz que dio origen a nueva vida al continente oscuro, dejando a un lado aquel sobrenombre vulgar por un tiempo, ahora era Agria, el continente del Gran amanecer.

Cuentan los eruditos del reino de las sombras, que la diosa de la luz, Hiska, rompió las leyes del cielo y descendió al mundo mortal en su forma más pura. Ella, por razones desconocidas, desenterró el cadáver del dios de la oscuridad, Hergal, y se lo llevó de vuelta al mundo de los dioses. De esta forma la tierra comenzó a curarse y se creó el equilibrio entre la luz y la oscuridad, que evita que los monstruos sean liberados y que las bestias entre en un violento frenesí. Por otro lado, los sacerdotes de la iglesia del amanecer, cuentan que el dios de la oscuridad, Hergal, había aprisionado a la diosa de la luz, Hiska, en una esfera que la mantiene aislada del mundo mortal, hasta que luego de siglos de intenso esfuerzo, Hiska logró liberarse, dando su primer amanecer al mundo y purgando la oscuridad que lo aquejaba, llevándose al maligno dios de la oscuridad, al mundo de los dioses y dando inicio a la eterna lucha entre la luz y la oscuridad.

Sea como sea, gracias a esta primera luz la esperanza volvió a los humanos de todo el mundo, quienes volvieron a levantarse y a reconstruir sus ciudades, teniendo una festividad anual conocida como El Gran Amanecer.

 



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En el texto hay: antologia, luz y oscuridad, maguia

Editado: 27.12.2022

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