Los días siguieron pasando, pero ya no eran como al principio Emerick no podía juntarse como antes, sus tareas aumentaron de un día para el otro, según me contó una amiga de mi abuela el Alfa descubrió que Emerick estaba saliendo del palacio sin su permiso y esta vez no se lo perdono como otras veces. Yo también tenía mis tareas que habían aumentado un poco al a verlas dejado un poco de lado.
—Keira—susurró mi abuela—, cariño alcánzame los arándanos.
Busqué una silla y la coloqué para poder subirme y alcanzar lo que ella me pidió, al tener la bolsa en mis manos me bajé con cuidado y se la alcancé a mi abuela.
—¿Qué prepararas de rico esta vez?
—No lo sé, creo que improvisare.
—¿Es para el postre? —pregunté mientras veía como mezclaba algunos ingredientes.
—Sí, pero en esta ocasión es para los líderes y su hijo—observé como vertía algunos ingredientes más a la masa que estaba preparando.
—Entiendo—una idea surgió de repente en mi cabeza—. ¿puedo ayudarte?
—¿Desde cuándo te gusta la cocina?
—Desde siempre abuela—protesté—, solo que ahora quiero ayudarte, quiero encargarme de la decoración ya que estoy inspirada, debo aprender todo lo posible si quiero ocupar tu lugar.
—Está bien, no quiero nada que no sea prolijo keira.
Ya no podía juntarme con Keira como quería hacerlo, solo me la pasaba en mi habitación leyendo cosas que no me importaban en lo absoluto. El arrebato de mi padre por querer que aprendiera y absorbiera la mayor cantidad de conocimientos para ser el mejor Alfa estaba haciendo que me empezara a enojar, las cosas se empezaban a distorsionar y sentía que cada vez podía menos.
Alguien de repente tocó la puerta de mi habitación—. Cariño la cena está servida—la suave voz de mi madre se escuchó, me sorprendió que ella viniera a buscarme, la mayoría de las veces era un sirviente.
—No creo que pueda ir madre —respondo y luego abrí la puerta—, tengo mucho que estudiar—le mostré el libro entre mis manos, era de economía y pesa bastante.
—De eso nada—su cara se tornó un poco de color rojo—, cenaras y descansaras por un rato tu cabeza—me besó la frente—, luego hablaré con tu padre acerca del estudio.
Sabía que no podía negarme.
Mi madre es la mejor, es una mujer muy sensible y amable, una madre estupenda y cariñosa siempre ha estado para mí en todos los sentidos. Era considerada como la mejor Luna que tuvo esta manada, era un orgullo poder tener algún vínculo con ella. Casi siempre sus decisiones y opiniones eran para el bien de todos y por eso casi nadie podía negarse.
……….
No podía creer que utilizáramos una enorme mesa para solo comer tres personas, para mi gusto ocupaba mucho espacio y estábamos distanciados los tres cada uno en su mundo, era un poco aburrido no poder entablar una charla de cualquier cosa, como estuvo su día, sobre algún chisme, información que fuera importante sobre la familia inclusive de la manada, pero solo nos rodeaba el silencio.
Pero el caso era que la comida estaba deliciosa y quería que durara un poco más porque no deseaba volver a encerrarme a estudiar, empezaba a odiar mi habitación y la biblioteca y sobre todo a mis tutores.
La crema de hongos que es muy deliciosa, se puede identificar con claridad los ingredientes que mezclados todos juntos hacen una combinación muy sabrosa, no es muy frecuente que hagan esta receta, pero es la favorita de mamá y ella suele pedirla algunas veces al año.
—El pato está mal cocinado—gruño mi padre mientras acomodaba algunos papeles que había traído a la mesa, su plato estaba vacío. Mi madre le ofreció una mira que no es muy frecuente que utilice: disgusto mezclada con molestia.
—Se encuentra perfectamente cocinada, cariño—la última palabra la dijo con un toque de sarcasmo—, el problema es que al rodearte de trabajo te impide apreciar la calidad de la cocina—tomó un sorbo de agua y luego chasqueó los dedos, los sirvientes levantaron nuestros platos vacíos que fueron remplazados por el postre. Al servirnos el postre miré la decoración con curiosidad, la tarta de arándanos tenia escrito muy disimuladamente un mensaje.
>>quiero volver a verte<<
Antes de que mis padres descubrieran la frase me comí el glaseado de frutilla rápidamente, Keira estaba loca por haberse arriesgado a hacer eso, podría haber surgido un montón de problemas si especialmente mi padre lo hubiera descubierto.
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Editado: 29.12.2020