BLOQUEO DEL ESCRITOR
Todos hemos escuchado o sufrido este mal, es el bloqueo del escritor, es una condición completamente normal, no es una enfermedad, no es grave y tiene solución, veremos aquí todos los datos importantes sobre este interesante tema.
¿Qué es el bloqueo del escritor?
Es una condición en la que los autores creativos pierden la capacidad para crear nuevo material creativo o el trabajo sufre retrasos.
El bloqueo del escritor es ese aterrador momento en el que un escritor descubre que es incapaz de escribir. No se le ocurren ideas o no sabe cómo plasmar en papel aquellas que se le ocurren, se sienta delante de la hoja en blanco o del ordenador y sus manos permanecen inmóviles, incapaces de ponerse a teclear o agarrar el boli, casi como si no lo hubieran hecho jamás.
Tipos de bloqueos
Bloqueo por miedo: No nos bloquea el miedo a escribir, nos bloquea el miedo a publicar y fracasar, miedo a que los lectores crean que eso que estamos escribiendo es una basura, miedo a no ser tan buenos como creemos o como queremos creer. Es decir, miedo a que nos lean. Para eso, mejor no escribir, ¿verdad?
Bloqueo por saturación: El día en que la novela abandona el nido y te quedas sin nada que hacer, la sensación no es tanto de alivio (que también) como de vacío. Necesitas un tiempo para volver a entrar en el “Modo escritor”.
Bloqueos emocionales: están dentro de nosotros mismos, y pueden llegar por diferentes vías: a veces estarán provocados por las tensiones de la vida cotidiana, otras, serán fruto de emociones muy fuertes que pueden cegarnos, también los temores y ansiedades que acompañan a las nuevas situaciones.
Hábitos de trabajo que no funcionan: tal vez no hay gran drama, estás tratando de trabajar de una manera que no es compatible con tu proceso creativo. Trabajas demasiado temprano, demasiado tarde, demasiado largo, o no lo suficiente. Intentas mucho o no lo suficiente. No tienes suficiente tiempo de inactividad o la estimulación suficiente.
La creatividad exige una concentración: es difícil concentrarse si te estás divorciando, tratas con los niños, luchas contra una adicción, peleas con tu mejor amigo, tienes un duelo por alguien especial, mudanza, estás enfrascado en una disputa con un vecino. Si tienes suerte, sólo tendrás que hacer frente a este tipo de cosas una a la vez, pero los problemas vienen a menudo en parejas o tríos.
Zinker clasifica los bloqueos creativos de la siguiente forma (Zinker, 2003):
Miedo a fracasar: “Echarse atrás, no correr riesgos; proponerse lo menos para evitar el posible dolor o vergüenza del fracaso”.
Renuencia a jugar: Estilo de resolución de problemas literal, excesivamente serio; no ‘tomar por el lado del juego’ el material. Temor de parecer disparatado o tonto al experimentar con lo insólito.
Miopía ante los recursos: Fracaso en el reconocimiento de la energía propia; falta de apreciación por los recursos que ofrece el medio, es decir, por las personas y las cosas.
Exceso de certeza: Rigidez de respuestas en la resolución de problemas, reacciones estereotipadas; persistencia en un comportamiento que ha dejado de ser funcional; no verificación de los propios supuestos.
Evasión de frustraciones: Renuncias demasiado pronto cuando surgen obstáculos; evitar el dolor o la incomodidad que a menudo se asocia con cambios o soluciones de problemas distintos de los conocidos.
Sujeción a la costumbre: Excesivo énfasis en las formas tradicionales de hacer las cosas; demasiado reverencia por el pasado; tendencia a la conformidad cuando ésta no es necesaria o útil.
Vida empobrecida de la fantasía: desconfiar de las imágenes internas de sí mismo y de otros, ignorarlas o delegarlas; valorar en exceso lo que se llama el mundo objetivo, real. Falta de “imaginación” en el sentido de ‘supongamos que…’ o del ‘qué sucedería si…’
Miedo a lo desconocido: Evita situaciones que carecen de claridad o presentan una probabilidad de éxito desconocida; atribuir demasiada importancia a lo que se desconoce en relación con lo conocido; necesidad de conocer el futuro antes de seguir adelante.
Necesidad de equilibrio: Incapacidad para tolerar el desorden, la confusión o la ambigüedad; disgusto por lo complejo; excesiva necesidad de equilibrio, orden, simetría.
Renuncia a ejercer influencia: Miedo a parecer demasiado agresivo o prepotente al influir sobre otros; vacilación en la defensa de las convicciones propias; poca eficiencia para hacerse escuchar.
Renuncia a permitir que el proceso siga por sí solo: Procurar adelantar la solución del problema, cuando éste tiene su propio ritmo; incapacidad para dejar que las cosas se incuben o sucedan naturalmente; falta de confianza en las capacidades humanas, es decir, alude al hecho de pensar que la gente no puede resolver el problema por sí sola.
Vida emocional empobrecida: Incapacidad de apreciar el poder de la emoción para motivar a otro, aplicar la energía para mantener a raya las expresiones espontáneas, falta de consciencia de la importancia que tienen los sentimientos cuando se trata de lograr el compromiso con el esfuerzo del individuo y del grupo
Embotamiento de la sensibilidad: No emplear adecuadamente los sentidos básicos como manera de conocer; tomar contacto sólo en forma parcial con el propio ser y con el medio, atrofia de la capacidad de explorar; sensibilidad pobre.
¿Cómo salir de un bloque del escritor?
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Editado: 21.04.2021