La luna entra por la ventana, iluminando la habitación, simplemente estoy pasmada ante la imagen. A mis pies está la señora Smith, con el cuello cercenado, su sangre ha creado una mancha enorme en el piso de duela, sigue derramandose y está por tocar la punta de mis botas, sus ojos están desorbitados y su cuerpo dispuesto como el de una muñeca de trapo cuando la tiras al piso. Levanto la mirada de ella y me concentro en el menor de los niños, está llorando desconsoladamente en los brazos del verdugo de su madre, que ilógico y que irreverente que un ángel sea el autor de tal fechoria. Nuriel parece querer arrullarlo, lo mueve de un lado a otro y lo ve con ternura.
-Alejate del niño...- Le digo conteniendo el odio en mi voz, doy un paso hacia delante, siento como la sangre de la señora Smith recorre la suela de mi zapato, la mano de Hariel cae en mi hombro conteniendome. Nuriel extiende sus alas, las cuales no caben en la habitación.
-¿Alejarme? Estoy aquí para salvarlo...- Voltea hacia mí con ese rostro ángelical, me sonríe, intentando hacer llegar una falsa ilusión de tranquilidad, solo me desespera. Levanto la escopeta y corto cartucho.
-Que lo sueltes...- Mi mano no tiembla y mi dedo acaricia el gatillo, estoy lista para disparar.
-Tienes una escopeta pequeña... si disparas el niño también morirá...- Me habla como si estuviera advirtiendo a una niña que no haga algo que parece inofensivo. Escucho pasos detrás de nosotros, sé que no es Hariel. Sostengo con una sola mano la escopeta y busco en mi pantalón a Sally, la saco al mismo tiempo que giro, apunto la escopeta hacia la puerta y a Sally directo a la cabeza del ángel.
Hariel voltea sorprendido hacia la puerta y ve que hay otros dos tipos que estaban a punto de entrar, paso mi vista de un punto a otro, noto una pizca de molestia en el ángel, le sonrío segura de que tengo la situación bajo control, pero sé que estoy en esa fina línea donde un error me puede costar bastante caro. Nuriel empieza a reír, parece nervioso, yo me mantengo seria, con la sangre fría, dispuesta a actuar en cualquier momento.
-Problema resuelto, ¿no crees?- Le guiño un ojo, tentando a mi suerte, retandolo con mi actitud arrogante. -Ahora... suelta al niño...- Le digo lentamente mientras él se sorprende de que insista con eso.
-La soberbia solo te envenena... - Entre cierra los ojos y los vuelve a abrir sorprendido. -Pero claro... eres hija del ángel caído que la representa... claro... la famosa hija de Lucifer... un gusto...- Una sonrisa se amplía en su rostro y me da más miedo que antes.
Arroja al niño hacia un lado mientras toma a Sally por el cañón y desvía el disparo, este solo abre su mejilla, pero no es una herida que comprometa su vida, me jala hacia él y me golpea en el rostro con el puño haciendome caer hacia el lado contrario del niño. En cuanto toco piso veo que Hariel contiene a los hombres en la puerta, los mantiene a raya, intercambian golpes, pero parece que ese ángel es un hueso duro de roer, levanto la escopeta hacia Nuriel quien se acerca por la espalda a Hariel, pero antes de que dispare voltea y patea mi mano haciendome tirar la escopeta, regresa hacia mí, me levanto con algo de dificultad y lo veo fijamente, dejo a Sally en el piso, no quisiera que una bala perdida lastime a Hariel o al niño, así que me preparo para una pelea cuerpo a cuerpo. El ángel se sorprende de la iniciativa, no deja de sonreír. Corro hacia él, brinco y me sujeto con las piernas de su torso mientras engancho mis brazos a su cuello y giro hacia atrás, por un instante él termina arriba de mí, a medio salto, para después caer al piso conmigo encima. Acesto un par de golpes en su rostro antes de que me tome de las muñecas y con sus piernas me impulse hacia delante, mi cuerpo choca contra el piso y después siento su peso encima, me toma de la cabeza y empieza a azotarme contra el piso, busco el cuello de su camisa con una de mis manos y cuando lo encuentro lanzo un golpe a su cuello con todas mis fuerzas, siento como su tráquea colapsa y empieza a toser, me libera y lo empujo hacia un lado para poder levantarme. No pierdo tiempo, me acerco y lo pateo en el piso repetidas veces hasta que atrapa mi pie y lo jala haciendome caer, ayudado de sus alas se levanta rápidamente y antes de que pueda hacer algo me toma del cabello al mismo tiempo que saca un cuchillo de su cinturón, lo coloca justo en mi cuello.
-¡Ey! ¡Hariel!- Grita con fuerza llamando la atención de mi compañero, cuando Hariel voltea su rostro se vuelve de horror, veo la preocupación apoderandose de su mirada.
Ese tiempo es suficiente para que el único de sus oponentes que quedaba de pie aproveche y le clave algo en la espalda, su rostro cambia de miedo a dolor, cae hincado frente a mí, antes de que esto continúe con una mano sujeto la muñeca armada de Nuriel y con la otra giro y acesto un codazo en sus costillas, logrando que libere mi cabello, caigo de espaldas al piso y alcanzo a Sally, apunto directo a Nuriel quien se queda sorprendido. Escucho a lo lejos sirenas, son patrullas, de seguro es Kaspar con refuerzos, no puedo evitar sonreír.
-Yo que tu me preocupaba por Hariel...- Dice retrocediendo hacia la ventana, guarda su cuchillo y el tipo que apuñalo a Hariel pasa por un lado acercandose a Nuriel. Me levanto sin dejar de apuntarle al ángel y volteo buscando a Hariel.
Lo veo en el piso, está de rodillas apoyado sobre sus palmas, veo que en su espalda hay una mancha negra que cada vez se hace más grande, me desconecto de todo, no puedo enfocarme en nada que no sea él, sus manos tiemblan y se cierran en puño, levanta su rostro hacia mí y alcanzo a ver unas venas negras que crecen por su cuello y empiezan a apoderarse de su cara, sus ojos se tornan negros hasta la esclerótica y aprieta los dientes con fuerza.
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Editado: 09.05.2020