Capitulo VII
Audrey
Audrey se estaba quedando atrás, a diferencia de los demás guerreros, ella no estaba en las mismas condiciones… por una parte lo odiaba (por cosas como estas), por otra, le gustaba porque… porque tenía que, no puede ser una guerrera del amor si no se ama y todas esas cosas. Para ella era algo difícil, desde pequeña había estado aguantado insultos, burlas y algunos golpes de los demás compañeros y amigos…
El principal motivo de esto es por su raza, Audrey viene de una raza aceptada a regañadientes, en el pasado, sus abuelos habían estado luchando por los derechos de su raza “Gohr”. Aunque al final lo lograron, hay personas que siguen detestándolos. A pesar de que la mayoría de sus amigos no la aceptaban y terminaban siendo unos inmaduros e ignorantes, encontró a uno que si la aceptaba y la respetaba, su amigo de la infancia, Neo. Aún recuerda cuando lo conoció, fue en un bosque, Audrey estaba llorando a lado de un rio, cuando escuchó el crujido de una rama, volteó y lo vio, como si fuera su guerrero, alguien que la cuidaba desde la oscuridad.
-Oh… oigan… chicos, me estoy cansando… ¿ya merito? – dijo Audrey -.
-Ya no está lejos, mira – le dijo Ellia -.
Ellia ante los ojos de Audrey, era muy bonita, aunque su novio no era nada dulce con ella, en realidad, ninguno era dulce, dudaba que fueran novios, pero seguía su instinto, podía oler el amor en el aire. -Que bonis-.
Bien, ya está a pocos metros, resiste Audrey.
Los guerreros pararon la marcha al estar en frente de la frontera, era de unos treinta metros aproximadamente. Estaba bien protegida, en la puerta, cinco guardias estaban cuidando la entrada y las laterales, arriba de las dos torres estaban cuatro más.
Por el estilo de la frontera, parece que ya tiene mucho tiempo, alguna joya de la ex era de Japón.
Neo se acercó a los cinco guardias. El chico charló por un rato y les enseñó su marca para demostrar que era un guerrero, luego llamó a los demás.
Audrey les enseñó su marca, y le siguieron los demás guerreros.
Después de eso entraron al mini cuartel del όριο γης. Por dentro era un desastre, escritorios con muchos papeles regados, restos de comidas, y claro, personas alteradas.
-¡Ustedes pueden chicos! – les gritó Audrey -.
-Gracias – le respondió una chica -.
Neo miró a la chica y esta dirigió su vista otro lado.
-Partiremos de inmediato, sólo estamos esperando la aprobación del Rey Diro. – dijo Neo -.
-¿Más gigantes?- preguntó Geraldine -.
-Sí, y comparados a los que hemos matado, no hay duda alguna, estos son más grandes y más fuertes, necesitamos cerrar esas cascadas -.
Audrey tuvo la necesidad de ir al baño. ¿Era mal momento?
-Chicos – dijo muy apenada – tengo que usar el baño…
Todos la miraron.
-¿En serio? – le dijo Ewan -.
-Bueno, yo soy una damita, no puedo hacer en un árbol como ustedes – le dijo -.
Un guardia le dijo donde quedaba el baño y se dirigió a él.
Debajo de unas escaleras de metal se hallaba un pasillo y se metió agachándose ya que las escaleras irrumpían un poco, era muy pequeño, cuando llegó a la puerta, la abrió y se metió al baño. -¿En serio este es su baño?-.
-Está algo feo, le falta colores, estos son muy deprimidos – dijo mientras se sentaba en el inodoro -.
Miró a todos los lados, no había nada, sólo un pequeño espejo con un lavadero con jabón y un basurero a su lado para tirar los papeles. Cuando terminó se dirigió al espejo a lavarse las manos, mientras lo hacía pudo ver en el espejo con el rabillo del ojo una sombra que pasó detrás de ella; Audrey se volteó y no había nada.
-Además de feo, maldito -.
Cuando se terminó de secar las manos en su falda de cuadricula negro con rojo, un olor a podrido la invadió, volteó hacia arriba y vio el cadáver de una chica, mirándola, oliéndola e imaginando lo que podía hacer con aquella chica linda.
-Oh, por…
El cadáver cayó y Audrey se echó para atrás queriendo alcanzar la puerta y salir corriendo de ahí. El cadáver se levantó y miró a Audrey con una gran sonrisa que hasta la mandíbula se le cayó.
Audrey miró boquiabierta la mandíbula.
-Hey… se- se te cayó eso- dijo riéndose tímidamente -.
El cadáver se aventó hacia ella, pero se hizo a un lado Audrey. De repente, el baño se empezó a iluminar de un color dorado, que al parecer, hizo que el cadáver se fuera, desapareciendo en el espejo.
Audrey salió corriendo de ahí gritando. Por suerte si le había bajado al baño.
-Chicos, chicos, ¡chicos! –Gritaba, Hasta que se dio un buen golpe con las escaleras-. La chica cayó, a Audrey no le hubiese importado si sus amigos la hubieran visto, pero todos en el pequeño cuartel la miraron.
Neo fe corriendo por ella, la levantó y la sentó en la silla más cercana.
Cuando a la chica se le había pasado el dolor le agradeció a Neo. Miró a los demás, pero ya no le prestaban atención.
-Por todos los cielos, que vergüenza – dijo -.
-Audrey, ¿Qué pasó?, ¿Por qué saliste corriendo y gritando del baño? – le preguntó Geraldine -.
-Un cadáver estaba en el baño y se le cayó la mandíbula. Me asusté y salí corriendo -.
-¿Un cadáver? – dijo Hector -.
Un guardia se acercó.
-Ya pueden irse guerreros, tengan mucho éxito, las cosas están un poco descontroladas por allá. También me dijeron que se pasaran por el castillo del Rey Diro, parece que les dará lo necesario para que les ayude en su camino -.
-Gracias – dijeron todos -.
-Bien, quédate quieta Audrey – le dijo Ewan mientras ponía sus manos en el chichón de su frente -.
La chica se quejaba y gemía, era grande el chichón, pero Ewan hizo que se desinflamara un poco y reducir su dolor.
Editado: 30.01.2021