Ahora comprendo la frase “como un balde de agua fría”. Toda mi vida creí una mentira. Me siento helado, aunque no sienta ni la más mínima fuga de frio. Enceguecido por la euforia de saber más, desesperado por la falta de información.
-Papá… ¿de qué estás hablando?
-Tenés que entender, ellos me amenazaron. Si yo te contaba lo que de verdad había sucedido, amenazaron con matarte. Tuve que vivir con esto, con lo que pasó.
-¿Quiénes te amenazaron? ¿Qué pasó?-Pregunto desesperado.
-Tu madre estaba embarazada de vos, creo que de seis o siete meses. Nos habíamos ganado unos pasajes gratis en un crucero estadounidense, yo trabajaba en una concesionaria en California, tu madre entró al concurso porque quería conocer las Filipinas, y así lo hicimos, nos embarcamos en este viaje que tanto queríamos hacer, estábamos felices y relajados, nunca había visto a tu madre tan feliz. Nada podría salir mal, o eso pensábamos, nunca hubiéramos podido prever lo que sucedería… estábamos pasando por la fosa de las Marianas y algo nos llamó la atención, el agua estaba de un color verdoso, como si una tempera verde gigante hubiera reventado en medio de la fosa, todos estábamos sacando fotos asombrados por lo que se veía… de repente, veo a tu madre en el borde del barco agarrada solo por uno de los mangos exteriores, me acerqué a ella y traté de hacerla que entre de nuevo pero no pude, ella me dijo “no entiendo porqué pero algo me está llamando… algo ahí abajo”… De pronto, un fuerte temblor sacudió el barco, como si algo enorme nos hubiera golpeado, en ese momento ella cae de la cubierta hacia el mar… grité desesperado, pedí que la ayudaran pero el barco continuó su rumbo, terminaron sedándome… lo próximo que supe fue que estaba en un hospital en las Filipinas.
-¿Qué te dijeron?
-Que habían rescatado a tu madre y que el embarazo estaba bien. Me alegré mucho, fui con ella, la abracé fuerte pero ya no era la misma, había algo raro en su semblante… lo ignoré. Volvimos a casa y su rareza cada vez se hacía más frecuente, ya no dormía de noche y cuando lo hacía se despertaba gritando como loca. Pronto llegó el tiempo en que estabas a punto de nacer, todo parecía normal, eran las simples contracciones, hasta que un hombre de gafas oscuras y saco largo irrumpió en el hospital con doctores nuevos y con muchos soldados, me mostró una autorización firmada por el intendente, no me permitió leer mucho, sacaron a la fuerza a los doctores y enfermeras y hasta a mí y cerraron la sala de parto por completo. Yo estaba asustado y desconcertado, ya no aguantaba la situación y no sabía qué hacer.
-¿Qué pasó después?
-Después de una espantosa media hora, uno de los doctores sale y se acerca a mí. Me dice que disculpe las molestias ocasionadas y que el parto había sido un éxito, que no me preocupe, en ese momento, la enfermera te trajo y te agarré en mis brazos con muchísimo alivio… alivio que terminaría muy pronto. El hombre de gafas y saco largo negro me dijo que tu madre estaba muy mal, que estaba divagando y que necesitaban internarla urgente. Comprobé que decía la verdad, tu madre estaba gritando cosas sobre un monstruo, una enorme bestia que tenía un propósito con nosotros. Este hombre me ofreció los servicios de su centro psiquiátrico para ayudar a tu madre… accedí muy triste… pensé que en algún momento iba a mejorar… no fue así.
-¿Por qué? ¿Qué pasó?
-Tu madre murió un mes después de que la internaran… mi mundo se vino abajo. Estas personas entraron en escena nuevamente y pusieron a mi disposición toda ayuda que necesitemos, hablaron de dinero, transporte, viajes, todo… pero a un precio… que nunca le diga nada a nadie de lo que había sucedido, en especial que nunca te diga nada a vos… por eso, todo este tiempo te mentí hijo… la conversación que había empezado tan amable terminó con una amenaza mortal. Me dijeron literalmente que te iban a matar si se enteraban de la mínima filtración de información… perdón Noah… solo eso puedo decirte… perdón.
No digo más nada, simplemente me voy afuera, necesito aire, necesito respirar… esta información es demasiado pesada, mi corazón late tan fuerte que creo que mi pecho va a reventar, necesito calmarme… necesito descanso. Voy al único lugar donde puedo encontrar descanso.
-No lo puedo creer Noah… esto es increíble.-Dice Nicol sorprendida. Estamos sentados en el capó de mi auto, frente a su casa.
-Sí, es como si mi vida fuera una mentira total. Y no solo eso, ahora que sé la verdad, todavía hay cosas que no me cierran.