-Hasta ahí con las entrevistas.-Dice Nicol con cara de asombro y yo no puedo detener el desconcierto.
-Enzo, usted no tiene ni idea de lo que está hablando. Mi madre murió.
-¿Estás seguro de eso?
-Mi papá me lo dijo. Murió tiempo después darme a luz.
-Eso es lo que ellos quieren que pienses.
-¿Ellos?
-Tu madre fue secuestrada por Kynigós y fue sometida a estudios en laboratorios secretos. Fingieron su muerte para que nadie sospeche ni los moleste en su proceso.
-Usted está haciendo una acusación muy fuerte Enzo.
-Estoy diciendo solamente la verdad.
Miro a Nicol tratando de hallar consuelo en su mirada pero ella no hace más que expresar mi misma confusión.
-Noah, viniste a Buenos Aires para saber la verdad sobre tu madre. Aquí está y tenés toda la libertad para ir con ella.-Dice mientras se abre la gran puerta de metal a sus espaldas que deja al descubierto una especie de clínica.
Ingresamos a la misma. A mí alrededor veo incubadoras conteniendo pilas de libros, partes de huesos enormes, tierra, césped, piedras, etc. En la parte del fondo hay una puerta a la que Enzo me apunta con un dedo. Me acerco a ella y parece que la ansiedad quiere asesinarme, los nervios me comen vivo. No puedo creer lo surreal de este momento.
Abro la puerta… ella está ahí, sentada en una silla de ruedas, mirando hacia una falsa ventana que en realidad es una enorme pantalla de led simulando un paisaje. Me acerco más, veo sus rasgos, su piel, sus ojos, ojos verdes claros totalmente perdidos, está tan inerte que pareciera no respirar. Me acerco más, noto su cuerpo metido en un pijama de hospital, es delgada… o está delgada, no sé, pero pareciera muerta de hambre.
-Tratamos de hacer todo lo posible para recuperarla.-Dice Enzo ingresando a la habitación con Nicol.-Parece estar en una especie de coma. Cuando encontramos el local de los sectarios la rescatamos. La estamos tratando con cuidados intensivos y con doctores profesionales.
Sus dos manos están posadas en su rodilla derecha. Me agacho hasta el piso, acerco mi mano y la pongo encima de la de ella… mi ser se estremece. No sé por qué pero siento muchos deseos de llorar. No alcanzo a retener el lagrimal en mis ojos, suelto una lagrima y hago fuerza para que las demás no se esparzan por mi rostro. Siento la mano de Nicol apretando mi hombro izquierdo.
-¿Por qué no trataron de contactarnos a mí y a mi papá?-Pregunto.
-No teníamos nada en claro, solo realizamos una investigación, de hecho la investigación se completó con la poca información que ustedes nos dieron. Además, la rescatamos hace dos noches.
-¿Puedo decirle a mi papá?-Pregunto.
-Por supuesto que podés Noah.-Dice y vemos a uno de los hombres entrar por la puerta, parece alarmado.- ¿Qué pasa?
-Señor, está pasando… otra vez.
-¿Ahora mismo?-Pregunta Enzo alarmado.
-Sí señor, la señal viene directo hacia acá.
-¿Qué?-Aún más alarmado.- ¿A Buenos Aires?
-Sí y muy rápido. Va a arribar por Recoleta en más o menos diez minutos.
-¿Qué está pasando Enzo?-Pregunta Nicol.
-Tienen que venir con nosotros, ahora, los dos.- Dice, luego comienza a mirarme.-Noah, te prometo que vas a pasar todo el tiempo que quieras con tu mamá, pero ahora tienen que acompañarme.
Suelto el toque con mi madre, la miro unos segundos y luego me voy. No puedo creer lo rápido que acaba de ser eso… estoy en shock. Acabo de tener revelación muy intensa y ya me estoy dirigiendo hacia otro lado... ¿Habrá sucedido en realidad?
-¿Qué está pasando Enzo?-Pregunto mientras caminamos rápido por el pasillo, cuando de pronto… otra vez lo mismo, un fuerte dolor de cabeza y caigo al suelo sosteniéndome con una mano y con la otra agarrando mi cabeza como para impedir que se me reviente. Ahora viene la visión… agua, mucha agua tan profunda y obscura que da pánico, luego veo una ciudad, otra vez Buenos Aires…
-¿Noah?-Grita Nicol preocupada y parece que vuelvo a la realidad.
-¿Qué pasa?-Pregunta Enzo curioso.
-Nada, son solo migrañas, las tengo desde hace un par de días.
-Ok, rápido, sigamos.-Dice mientras me reincorporo y seguimos caminando lo más velozmente posible.
-Tiene que decirnos algo Enzo.-Dice Nicol Intrigada.
-Miren, tenemos tecnología de avanzada y ahora mismo la estamos usando para rastrear a la criatura.
-¿Pueden saber dónde está?-Pregunto.
-Claro, mientras nuestro radar la capte, tendremos a esa bestia en la mira. Solo hay un problema.
-¿Cuál?
-Se está dirigiendo ahora mismo hacia acá.
La impresión me descoloca pero reafirma la teoría de Nicol… esas visiones, son en realidad premoniciones. No hay vuelta que darle, estoy conectado de alguna maldita manera con ese monstruo horrible. Y si está viniendo hacia acá, entonces me está buscando, estoy seguro.
Enzo nos muestra una gran pantalla junto a sus hombres. Esta pantalla muestra una gran mancha verde dirigiéndose a Buenos Aires.