Ligera y agridulce

Nada nuevo bajo el sol: Capítulo 22

Cerca del horario de la cena Miu se dio una ducha y bajó al primer piso. Al fin lograba reponer sus energías luego de no haber llegado a su casa la noche anterior, aun la imagen de Shun seguía sacándole una que otra sonrisa.

 

- ¿Te encuentras bien?- murmuró Midori al verla, Miu asintió- no te llevé nada para el almuerzo- se excusó.

- de hecho- sonrió- gracias por no hacerlo.

-…supongo que no se trata de un trabajo ni nada parecido.

La miró con el ceño fruncido.

- sé que no me regañarías, así que puedo decírtelo- sonrió- se trata de Shun.

- entonces…¿podemos confiar en él?

- tal vez – sonrió.

 

Como pocas veces, comió y bebió todo lo que Midori había preparado, habría sido una cena perfecta de no ser por ese momento cuando ella se atrevió a mencionar que su padre vendría a hablar con ambas.

 

Lo vieron llegar un poco antes de la media noche, luciendo más cansado que de costumbre, y comenzó hablando sobre lo único que ahora importaba, Satoe. Aun estaba en proceso de evaluación por lo que el período de internación era indefinido, podrían visitarla en unas semanas, aunque a Miu no le emocionó mucho la propuesta.

 

-…Por ahora estará recibiendo terapia continua…- agregó, Midori sonrió, ella se quedó pensativa-…En cuanto a la casa, ya he puesto algunos anuncios y hemos recibido un par de ofertas, el encargado de la agencia de propiedades vendrá la próxima semana.

 

-…¿eso significa que tendré que irme pronto?- lo miró de reojos.

- no es necesario que saques todas tus cosas, aunque debes saber que ya tienes tu habitación en el departamento.

 

Apretó los labios, hacía que todo sonara tan fácil, ya que seguro era lo más fácil para él. Prefirió contenerse en decir algo desagradable.

 

- te ayudaré en lo que necesites- murmuró Midori tomando su mano con una actitud positiva. Miu se puso de pie e inclinó la cabeza para despedirse.  

 

Subió a paso firme a su habitación, pensado si entre todas sus pertenencias tenía algo que realmente valiera la pena conservar. De seguro nada que fuese material podría llenar ese vacío que estaba sintiendo.

 

 Apoyó la cabeza en la almohada y le envió un mensaje a Shun, se quedó mirando la pantalla, pero antes de recibir una respuesta fue vencida por el sueño.

 

Midori quiso despertarla temprano al día siguiente para ir al instituto, pero compadecida prefirió dejarla descansar un poco. Solo hasta el mediodía abrió los ojos por si sola y bajó al primer piso aun en pijamas.

 

- He vuelto a faltar- sonrió- y eres mi cómplice.

- ¿recibiré algún castigo por eso?

- ¡recibirás el castigo de todo mi amor!- rio atrapándola entre sus brazos.

- me alegra que a pesar de todo tengas buen ánimo.

- sólo porque estoy contigo.

- entonces…luego que te vistas te ayudaré con las maletas.

- ¿eso te lo pidió mi padre?

- no- musitó sirviéndole un vaso de té helado- también tengo ideas propias.

-…¿y si lo hacemos ahora?

- ¿no quieres quitarte el pijama?

- me quedaría en cama todo el día si fuese posible- musitó estirando los brazos.

- ¿estás segura?- sonrió indicándole su celular, Miu se lo quitó de inmediato.

- ¡¿no viste nada verdad?!

- sólo sé que recibiste un par de llamadas de Shun, pero estabas durmiendo- sonrió guiñándole un ojo.

Miró sus mensajes, tenía uno donde indicaba que podrían verse después de clases.

 

Luego de comer fueron a su habitación y quiso modelar para Midori cada una de sus prendas, sólo así podría decidir qué cosas dejaría atrás.

 

- Solo piensa que te irás de viaje.

- un horrible y tonto viaje- suspiró.

- al menos dale una oportunidad, me parece que tu padre se está esforzando.

- mi actitud es sólo una recompensa por hacernos sentir tan mal- gruñó- ya no me importa cómo se sienta él…

 

Dejando las maletas listas, salió con la esperanza de ver a Shun. Al menos él estaría completamente de su parte. Llegó a la estación de metro un poco antes, e incapaz de reconocerlo entre la multitud, fue él quien la sorprendió.

 

- Cualquiera diría que esperas a un amante- musitó a sus espaldas. Miu dio media vuelta y se quedó viéndolo, llevaba anteojos ópticos y estaba despeinado.

-…¡cielos! casi no te reconozco…

- qué esperabas, vengo de la universidad.

 

Anduvieron un par de estaciones antes que él indicara bajarse en la siguiente parada.

 

- ¿Iremos a una cafetería o a un hotel?- bromeó tomándolo del brazo, se había mantenido serio durante todo el camino.

- iremos a mi departamento- reveló, avergonzándola. 

 

Subieron hasta el piso más alto del edificio, la dejó entrar primero. Secretamente emocionada recorrió el lugar con la vista, era pequeño pero estaba en perfecto orden.

 

- Tienes muy buena vista- sonrió acercándose al ventanal al final de ese espacio que mezclaba el vestíbulo, la cocina y la sala.  

- siéntate donde quieras.

Tomó lugar en el único sillón disponible. Shun le sirvió un vaso de té que agradeció con una sonrisa.

- ¿Te importa si me doy un baño primero?

-…claro- murmuró un poco avergonzada, y lo vio desaparecer por el pasillo.

¡Así que el departamento de Shun! ¿debía tener algún registro fotográfico de esto? Quién sabe si volvería a estar otra vez en ese lugar…¿significaba eso algo importante para él también?

 

Por suerte en poco tiempo volvió con una toalla alrededor del cuello, ahora cambiando su camisa por una polera ligera.

 

- Te ves bien hoy- musitó sentándose a su lado.

- …lo sé- susurró con una sonrisa. Shun levantó las cejas.

- me refiero a que…no pareces deprimida.




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