"Traición"
Sun Hee bajó las escaleras buscando a su hija, no demoró en encontrarla en la sala junto a Hyunjin.
Ambos estaban sentados en cada extremo del largo sofá jugando cartas.
— ¡Hiciste trampa! —la oyó gritar. Se acercó en silencio y se quedó viéndolos.
— No es cierto, tú eres mala jugando —sonrió divertida al oírlo defenderse.
Luego de eso no oyó más nada, así que se acercó a ellos y al instante el chico la miró, causando que Suni volteara para verla.
— ¿Ocurre algo, mamá? —preguntó ella.
— Quería saber si te gustaría que fuéramos al centro comercial. Un día de chicas —dijo la mujer sonriente.
Hyunjin al oírla rápidamente se tensó, pues él ya no podía acompañar a la chica y aquello no le gustaba para nada.
— Claro —aceptó la castaña levantándose enseguida del sofá. Miró al chico que se estaba levantando y le sonrió —. Luego seguiremos con esto, tramposo —avisó.
— ¿Para qué vuelvas a perder? Por mi está bien —se burló él.
Suni bufó y se alejó hacia la puerta, siendo seguida por la mujer mayor que le sonrió al chico y fue con su hija.
Salieron de la casa ignorando que el morocho enseguida entró en su estado de intranquilidad, pues no podía ir con ellas y eso significaba dos cosas: uno, estar lejos de Suni, y dos, no poder cuidarla.
Respiró hondo e intentó calmarse para no salir corriendo detrás de las mujeres y colarse de prepo en la salida, en la cual él no encajaba para nada.
Miró las cartas en el sofá y no pudo evitar sonreír, las cosas con Suni se habían arreglado y podría decirse que todo estaba como antes, ya no tenía que aguantarse ni nada porque ella incluso le había pedido disculpas por haber sido tan dura.
Que disculpas, ni disculpas, lo único que él necesitaba era tenerla cerca para que cualquier malestar y enojo se fuera al instante.
Apenas la besó sintió que todo su cuerpo se relajaba, incluso el dolor que estaba sintiendo por tenerla lejos había desaparecido al instante.
Sí, definitivamente necesitaba a Suni para todo, ella era la única que lo calmaba sin decir nada y con sólo estar a su lado.
Se alejó de la sala y salió en busca de Suzy para ver como iba con su reconocimiento, esperaba que la chica ya haya terminado pues no quería ser parte del recorrido por cada rincón de la casa, ya que no era necesario para él.
Por su lado, Suni iba en el auto con su madre en total silencio, sólo se oía la música baja del estéreo.
— Se llevan bien —comentó la mayor mientras se detenía en el semáforo.
— Nunca nos llevamos mal —aclaró la castaña viendo a su madre.
— Sí pero nunca los había visto jugando cartas —declaró riendo. Recordaba que Hyunjin era bastante frío y distante, ese tiempo que ella había cuidado de él el chico apenas y la dejaba tocarlo para tratar las heridas, era bastante desconfiado, borde y distante. Siempre se quedaba encerrado en el cuarto, y por eso nunca había visto a Suni ya que la pequeña, en ese tiempo de siete años, tampoco se metía en la habitación para verlo. Eran unos completos desconocidos en ese entonces —. Me sorprende que sea tan abierto y accesible contigo, recuerdo que era todo lo contrario. Le encantaba estar solo —contó casual, recordando.
Suni rápidamente sonrió nerviosa, pues ella sabía perfectamente porque él era diferente estando con ella, pero no era algo que pudiera decirle a su madre.
— Supongo que sólo hay que saber tratarlo —se encogió de hombros, fingiendo desinterés por el susodicho.
— Seguramente —acotó la mayor —. Esa chica que contrató tu padre no es de mi agrado, fue a verlo a la casa un par de veces cuando Hyunjin estuvo mal y es algo… —se quedó callada pensando que palabra usar, causando la intriga de su hija.
— ¿Borde? ¿Grosera? ¿Desubicada?
— Perra —soltó rápidamente.
El semáforo cambió y ella avanzó nuevamente bajo la mirada de Suni.
— ¿Perra?
— Sí. La mayoría de veces sólo lo fastidiaba. Tu padre sabía que trabajaban juntos y por eso la dejaba verlo, esa chica es como una lapa; no se despega más, y conociendo a Hyunjin, no es de su agrado.
— Quizá era la novia —comentó Suni inocente, esperando que su madre sin saberlo le respondiera la sospecha.
— No sé si la novia, pero algo tenían —aseguró ella encogiéndose de hombros.
La castaña se quedó callada pensando en aquello. No pudo evitar sentir esa molesta sensación de los celos removerse en su interior. Hyunjin no le había dicho nada de eso, ¿será por qué ya no le importa?
Repentinamente el recelo se presentó en ella, intentando adivinar el porqué no le había contado sobre aquello.
Hyunjin es muy cerrado. Se dijo a si misma.
El vehículo se detuvo en un lugar del enorme estacionamiento del centro comercial y ambas bajaron.
Caminaron a la par y al entrar se encontraron con el mundo de gente, yendo de acá para allá, estaba bastante lleno.
— Bueno... ¿Ropa, comida o paseo? ¿Qué va primero? —preguntó la mujer viendo a su hija con una sonrisa.
— Paseo y ropa, luego comida —respondió ella viendo al frente.
No era amante de las compras, no era una chica pretenciosa que se la pasaba comprando, todo lo contrario, por eso mismo Sun Hee la invitaba una vez por mes al menos, pues Suni apenas y tenía ropa como la gente. Gracias a que ella le compraba de la nada su hija tenía el armario algo lleno, sino estaría casi vacío.
Suni no era descuidada, sólo que vivía bien con poco, pero con su madre a veces lo poco no era suficiente y creía que necesitaba el armario rebosando de ropa para estar bien.
Ambas caminaron a paso calmado por los enormes corredores que eran invadidos por la gente y las tiendas, así que no les llevó mucho tiempo encontrar una tienda y entrar enseguida.
La mayor primero se dedicó a buscar ropa para su hija mientras Suni de forma cansina la esperaba, intentando tener paciencia estando sentada un poco más allá. Veía a su madre ver una cosa tras otra, y cuando se quiso dar cuenta llegó a ella con las manos llenas de prendas.