Limits ❃ Hyunin

♡ : CAPÍTULO XXIII

 

—Espero que la emergencia sea por algo así como el fin del mundo, un meteorito a punto de estrellarse contra la Tierra, o que Gong Yoo esté escondido en tu habitación, esperándome desnudo para la mejor follada de mi vida. Porque si no, voy a matarte —masculló Jisung, mientras tiraba su mochila sobre la cama de Jeongin.

—Es importante.

—Eso espero. Me has sacado de la cama y me has hecho venir hasta aquí después de medianoche. ¡Ya sabes lo que me cuesta volver a dormir una vez que me despierto!

—Necesito hablar contigo… de sexo. Tú tienes experiencia, bastante, y solo puedo hablar de esto contigo —dijo Jeongin con cara de gatito abandonado. Los ojos de Jisung se abrieron exageradamente. Se sentó en la cama y cruzó una pierna sobre la otra, entrelazando los dedos de sus manos sobre la rodilla. Le encantaba adoptar el papel de terapeuta.

—¡Esto sí que es una emergencia! —exclamó con una sonrisita—. Espera, tenemos que prepararnos. Chocolate, gominolas y una botella de algo fuerte.

Volaron hasta la cocina, y cinco minutos después habían montado sobre la alfombra del cuarto un picnic a base de azúcar y alcohol. Jisung descorchó una botella de vino dulce y sirvió dos vasos, pasó uno a su amigo y dio un sorbito al otro.

—Bien, suéltalo, con quién lo has hecho. Y espero no oír el nombre maldito, por favor, por favor… —susurró con los ojos cerrados.

—No lo he hecho con nadie. Aunque no ha sido por falta de ganas. ¡Por Dios, Jisung, estoy hecho un lío!

—¿Todo esto tiene que ver con tu salida secreta de esta noche?

—He salido con Hwang Hyunjin.

Jisung se atragantó con el vino y empezó a toser. Tuvo que dejar el vaso en el suelo y alzar los brazos por encima de su cabeza para que el aire llegara a sus pulmones. Cuando superó el ataque, agarró el vaso y se lo bebió de un trago sin apartar los ojos de los de su amigo.

—Cuéntamelo todo —suplicó.

—Ya sabes que trabaja aquí y que nos vemos casi a diario. Pero también nos hemos encontrado un par de veces en la calle y… bueno… Entre nosotros parece que hay química…

—Lo que hay entre ustedes es la energía de una supernova, nene. Emiten radiaciones nocivas para el resto de los humanos sin pareja —se burló Jisung entre risas.

—¿Tanto se nota? —preguntó Jeongin. Jisung asintió con una sonrisa tonta en la cara—. Bien, resumiendo. Esta noche vino a buscarme y acabé yendo con él hasta el barrio, a casa de uno de sus amigos. Una cosa llevó a la otra, discutimos, le di un puñetazo y acabamos enrollándonos en la calle. Perdí el control por completo, Jisung — suspiró, con una mirada que suplicaba comprensión—. Me dejé llevar como nunca creí que lo haría. Pero con él es tan fácil dejar de pensar y… Lo que me hace sentir es tan intenso que dejo de ser yo.

Jisung puso los ojos en blanco y después levantó las cejas. —Eso no es malo, Innie. Es natural cuando das con un chico que te gusta y que logra encenderte con una mirada. Y Hyunjin está tan bueno que es imposible no ponerse a jadear con solo mirarle.

Jeongin dobló las rodillas y se inclinó hacia delante. —¡Sung, estábamos en medio de la calle! Si me hubiera pedido que me desnudara lo habría hecho sin pensar. Si él no llega a detenerse, lo habría hecho allí mismo, lo sé, y eso me asusta.

—¿Él puso el freno? —se extrañó Jisung. Jeongin asintió—. ¿Qué pasó? ¿Los pillaron?

—No, se dio cuenta de que soy virgen.

Jisung se atragantó con un trozo de regaliz. —¿Me estás diciendo que un chico como Hyunjin, con un virgen más que dispuesto, cortó el juego? —casi gritó.

Jeongin volvió a asentir. Tenía la boca llena de chocolate que no dejaba de comer de forma compulsiva—. Chico, tú le gustas de verdad a ese tipo. Pero ¿cómo se dio cuenta si no te quitaste la ropa?

Jeongin se cubrió las mejillas con las manos. Le brillaban los ojos por culpa del vino y la vergüenza. —Estábamos allí, besándonos y acariciándonos, y él… —Empezó a mover las manos sin control, intentando describir con ellas lo que no era capaz de decir con palabras—. Se apretó contra mí… Y yo… Bueno, aquello era tan… ¡Uf!… ¡Ay! Es que… No me lo esperaba y él se dio cuenta.

Jisung se echó a reír con ganas. No podía parar. Jeongin se quedó mirándolo y también se echó a reír.

—A ver si lo he entendido. —Jisung hipó, con lágrimas en los ojos—. ¿Te asustaste al notar que estaba excitado? ¿Tan cerca estuvo?

—Asustado no es la palabra —dijo Jeongin entre risas—. Y sí, estaba tan cerca que pensé que la tela de mis pantalones iba a fundirse. Fue alucinante, Ji. Es solo que no me sentí como esperaba.

—Por Dios, Innie, ¿me estás diciendo que, a punto de cumplir los diecinueve, nunca has tenido la polla de un chico entre las piernas?

Jeongin le dio un manotazo y Jisung puso los ojos en blanco.

—Rectifico: erección, verga, miembro, estaca…

Esta vez fue Jeongin el que puso los ojos en blanco. —¡No! Sabes que soy virgen.

—Sí, cariño, pero… Dos chicos pueden estar muyyyyy cerca y pasarlo bien sin llegar a hacerlo. ¿Me entiendes? —preguntó mientras friccionaba sus dedos índices. Jeongin se puso colorado.

—Jisung, nunca he tocado así a un chico —respondió entre risas.

—¿Ni un pequeño frote de nada? —sondeó Jisung con chispitas en los ojos. Jeongin negó con la cabeza y apretó los labios para dejar de reír. Aquel vino era una bomba. Jisung soltó otra carcajada. —¿Y qué has hecho con Choi durante todo un año?

—Nunca le dejé que llegara tan lejos. ¿Lo entiendes ahora? Con él nunca pude, es más, solo pensar en su… cosa frotándose contra mí me daba grima. Y esta noche, con Hyunjin, bueno… ¡Ha sido una sensación tan intensa! Esperaba sentir vergüenza, pero no… Sentir su… —No podía contener la risa viendo la cara alucinada de Jisung—. Y menuda… ¡Uf!

A Jisung se le escapó otra carcajada. —¿Y cómo sabes que era tan “uff” si estuvo todo el rato dentro de sus pantalones?



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En el texto hay: hyunjin, jeongin, hyunin

Editado: 29.07.2023

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