Lioted

CAPITULO 8 el adios

 

Era mitad de la noche, y yo sigilosamente me levante de la cama, y me prepare. Tome mis cosas, un bolso con un libro de magia, pociones y otras cosas mágicas, me puse mi tapado negro, mis botas, y me dirigí a la puerta. Silenciosamente abrí la puerta y salí. Eran casi las 2:00 pm y estaba nublado apunto de llover, cerré la puerta y baje  las escaleras de madera que había en la entrada. Empecé a caminar y una voz femenina dijo.

-¿a dónde crees que vas? –pregunto

Yo me detuve sin decir nada

-Lied me conto todo. –dijo enojada

-¿Cuándo pensabas decirme? –pregunto

-no iba a hacerlo, sabía que te pondrías de estas manera. –dije

-¿y te parece justo? –pregunto mientras bajaba las escaleras. –juntas dijiste, siempre juntas, ¿qué demonios paso con eso? –agrego

- Eyra no iba a ponerte en peligro, es el rey no un soldado, esta es mi lucha no tuya. –dije en tono defensivo

- en eso te equivocas, es mi lucha también mato a mi gente, y lo que es tuyo es mío incluido los problemas. –dijo seria

- no me importa, no voy a arriesgar lo único que quiero en este mundo, lo único que tengo, no voy a ver cómo te asesinan. –dije enojada

- claro ¿y a ti si te pueden asesinar? , esto es estúpido Astrid –dijo

-estúpido es estar discutiendo a esta hora por una decisión que ya tome, que te deja fuera. –dije

-no tienes el derecho. –dijo mientras se acercaba

-Astrid, si clava esa espada en tu delicado pecho, no va a haber un final feliz, no estaré para curarte, y morirás. ¿No has pensado que quizás nuestros caminos se cruzaron porque el destino es que yo te salve esta noche? –dijo mientras tomo mi mano

Me quede callada, y me acerque un poco más poniendo mi mano en un rostro lleno de lágrimas, mirando sus ojos desilusionados, atrayéndola hacia mí , quedando frente a frente, sintiendo su respiración, cerré mis ojos, y acerque mis labios finalmente besándola, mientras que empezó a llover.

-Ya me has salvado. –dije terminando ese beso y sonriendo

Eyra seguía con los ojos cerrados, mostrando una pequeña sonrisa.

-ahora ni sueñes que te dejo ir. –dijo besándome de nuevo

La separe de mí lentamente

-debo ir, tengo que acabar con esto para que seamos todos felices. –dije

- pero vas a morir. –dijo triste

-¿confías en mí? –pregunte

-siempre, pero no confió en los demás. –dijo

-entonces déjame ir, y cuando vuelva… -dije acariciando su rostro

Me miro por unos minutos, y volvimos a besarnos, se separó de mí y dijo vete pero vuelve. Le sonreí y me fui por el camino dejándola atrás en la entrada. Ese beso fue como si todos los amaneceres, atardeceres, alegrías y bendiciones se juntaran y explotaran formando un arcoíris dando vida a un nuevo amor esperado lleno de pasión y ilusión y lo más importante sincero.

Al llegar a la entrada del castillo, vi a los guardias en la puerta, el plan era deshacerme de todos los guardias y soldados y llegar al rey, para tener un momento a solas. Estaba escondida entre los yuyos, mientras la lluvia me mojaba, los guardias estaban hablando entre ellos, eran dos guardias afuera y tres adentro. Cerré mis ojos y me concentre, canalizando la energía y dije julkim, este hechizo hacia que las personas se quedaran completamente dormidas. Los guardias cayeron, cuando eso ocurrió, salí de entre los yuyos y me metí en el castillo.                    Era un castillo antiguo, dentro había vasijas, estatuas todas con algo que representara al rey, habían escaleras y en la pared un autorretrato pintado de él, sentado en su trono con su corona y un cofre con oro. Arriba, siguiendo las escaleras esta las habitaciones, eran muchas, supongo para sus invitados, pero al final del pasillo, estaba la habitación que me importaba. A estas horas el rey, debería estar dormido en su habitación. Sigilosamente seguí por el pasillo, y un guardia salió de una de las habitaciones, cuando lo vi, dije julkim otra vez y cayo dormido, tuve que moverlo de nuevo a la habitación para que nadie lo viera, me costó trabajo ya que pesaba.                               Llegue a la habitación del rey. Con cuidado abrí la puerta y me metí. La habitación solo estaba iluminada por unas velas en la mesa de luz que estaba al costado de la cama, la habitación era enorme, una cama grande, muebles grandes todo lo que el rey podía tener estaba en la habitación. Y él estaba ahí, sobre su cama, dormido, soñando, me acerque mientras sacaba el cuchillo de Eyra y rápidamente se lo puse en cuello, interrumpiendo sus sueños.

-¿Qué? ¿Qué? ¿Quién? No… -dijo confundido

-no intente llamar a los guardias ellos están tomando una larga siesta. –dije sonriendo

-¿Quién eres tú? –dijo el rey con un tono de voz intranquilo

- soy quien has buscado por años, soy un pesadilla desde que mataste a mis padres, soy quien te destruirá y terminara con esta tortura de una vez –dije firme y seria



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En el texto hay: magia y amor, venganza

Editado: 02.06.2018

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