Tenía una sonrisa de oreja a oreja, tan feliz estaba, hoy era mi primer día de trabajo. Lo mejor era que iba a ser un trabajo que amaría, que ya amo y aun no voy a el.
Me levanté y me bañé tan feliz que hasta cantaba en el baño.
-No te vas a despedir -di unos pasos hacia tras al escuchar la vos de Mercedes.
-Lo siento mama estoy muy emocionada que me olvide que tenía madre.
-Ven acá cariño -me dijo mientras tendía sus brazos hacia mí, corrí y la abracé fuerte.
-Adiós mamá regreso a las 7 de la noche, no lo olvides.
-Tranquila si lo recordare y te deseo mucha suerte.
-Gracias.
-Ya, vete o se te hará tarde.
___
La casa en la que trabajaría era inmensa me sorprendía aun cuando ya la había visto antes. Estaba ansiosa por conocer a mi estudiante. Me lo imaginaba con mejillas gordas rosadas ojos claros, de 7 años de edad. No me importo escuchar la descripción del cuándo Sonia me pidió que le diera clases de literatura a su hijo.
-Buenos días -una mujer rubia abrió la puerta, no recordaba a verla visto el día que vine a conocer la casa.
-Hola, buenos días yo soy...
-Vamos, entra sé quién eres -la mujer me dio una gran sonrisa y le devolví la misma.
-¿Ya me conoces? -pregunte mientras pasaba.
-El sábado que estuviste aquí yo te vi pero tú estabas creo que en otro mundo porque hasta te di un vaso de jugo y no te diste cuenta -la mujer dijo entre risas bajas, eso me hizo reír a mí también ya que tenía razón estaba tan contenta por tan solo saber que trabajaría y en algo que amaba.
-Tienes razón, ¿Cómo te llamas? -la mujer me agradaba, creo que nos llevaremos excelentes estos dos meses que trabajare aquí.
-Silvia.
-Mucho gusto Silvia.
-Increíble, ya llegaste -interrumpió, esa voz femenina ya la conocía, la mujer de cabello rubio, ojos azules no tan joven.
-Señora Sonia.
-Aaahg, ya te dije que solo Sonia -Me dijo mientras me daba un beso en la mejilla.
-Está bien, Sonia.
-ok, vamos y te enseñó donde van a estar tú y Aarón, es cómodo y hay todo lo necesario y si necesitas algo ya conoces a Silvia.
-Claro. -nos dirigimos hacia la escalera inmensa.
-Antes que entres necesito darte unas cuantas explicaciones -asentí -si Aarón te pide que lo dejes salir no le dejes y si te dice que quiere ir al baño no le creas es mentira, esta es la llave de la habitación -me las dio -cuando entres cierras la puerta con seguro y sea lo que sea no le permitas salir -la mujer tenía voz preocupada -recuerda tu eres la jefa de él.
Le dediqué mi mejor sonrisa y le dije
-No se preocupe, todo va estar bien.
La mujer me devolvió la sonrisa, pero no muy convencida, abrió la puerta.
-Aarón.
-Ahora que vieja me va a enseñar.
Los ojos se abrieron como platos al ver a aquel joven muy guapo ¿Donde está el niño gordito de mejillas rosadas, de 7 años? no, no estaba, mire a Sonia esta vez yo estaba preocupada.
-¿El niño? -pregunté.
-Él es -me señaló a joven de cabello negro ojos grises y unos labios muy carnosos con un tono rojo ¡Así no podré concentrarme en dar clases! trague grueso.
-Bien, sí necesito algo yo le aviso -la mujer me dio una sonrisa y se fue yo cerré la puerta tal y como me lo pidió.
-Ho...la.
-Creí que serías una vieja, Arly.
-Pues, no lo soy -dije nerviosa ¿Por qué lo estaba? hace un momento me encontraba muy feliz y normal.
-Siéntate hay que conocernos -Aarón me señaló el asiento que se encontraba frente de el.
-Tienes razón, hay que conocernos. -dije mientras me sentaba, la mesa quedando en medio de los dos, dejé mi maleta en el piso.
-Quiero que sepas, que te haré la vida cuadros para que dejes este trabajo y no quiero conocerte, y algo más para agregar, detesto leer.
Mis ojos abrieron como platos, espere para ver si lo que oía era broma, pero no el hablaba en serio.
Di una sonrisa malvada.
-No te gusta leer Aarón, ja pues yo haré que lo ames, no me conoces y no lo quieres hacer yo haré que me conozcas e lidiado con personas peores. Tú me harás la vida cuadro yo te la voy hacer trisas, polvo ¡Porque este trabajo no lo abandonó!
Todo eso, solo lo dije para mis adentros.
¿En qué trabajo me metí?