Living with the monsters

T R E C E

CALIFORNIA

Las semanas han pasado y ni siquiera me he gastado en contarlas, mi vida continua con su rumbo monótono y sin sentido. Algunas cosas se han aclarado y otras no tanto.

Por un lado, Colton tiene buenas noticias y una es que la chica dio negativo a las pruebas de embarazo, así que ya no hay que temer por su vida. Ahora continua con sus dosis de sexo, pero con precauciones. Se cuida más que nunca y jamás lo había visto tan preocupado por comprar condones de más.

Carson pasa cada vez más tiempo con su novia y a veces llega a preocuparme, no porque sea posesiva con él y toda la mierda, sino porque de verdad pasan más tiempo del necesario, ella hasta se ha instalado en la casa como si fuera suya. Es molesto tenerla en todos lados.

Entre otras cosas Camrym ha terminado con Jace y la ha pasado mejor que de costumbre, ahora sale de fiestas y disfruta su último año sin tener que seguirle el trasero a ese imbécil, pero siento que no nos ha dicho la verdad completa de la historia.

Y ahora supongo que toda la atención cae en mí y todos se preguntaran como he estado desde... Kyle. Pero evitaré esas preguntas porque siempre es mejor olvidar que recordar, decidí olvidar.

Los fines de semana se han vuelto mis favoritos, más que de costumbre. Me mantengo alejada de todas esas miradas curiosas que me persiguen a continuación, también intento pasar tiempo de calidad con mi familia y en muy poco tiempo Hannah dará luz al bebé.

—A veces no entiendo la lógica de los hombres —gruñe Fran, mientras come papas fritas del paquete. Las dos decidimos distraernos y ver una película que ella misma ha elegido.

Se puso en modo protectora conmigo y pasa más tiempo de lo debido, hasta se niega a salir de fiestas para acompañarme. Y si Fran esta así, no es de más decir que Logan esta peor.

—Tu elegiste la película no te quejes —digo, masticando una papa.

—Lo sé, pero eso no me impide criticarla —se justifica, encogiéndose de hombros.

Y entonces... llegamos a la escena de sexo.

Nunca entenderé como es que los actores y actrices pueden hacer esas escenas. Tomo el control entre mis manos cuando se pone peor, entonces lo apago. Fran me da una mirada molesta.

—¿Por qué?

—Porque si —respondo —, aun soy un alma pura e inocente.

Si, claro.

—Como digas, señorita inocencia —ironiza ella.

Su teléfono suena en una llamada y ni siquiera se gasta en responder.

—Contesta —le ordeno señalando el teléfono.

—Es Senna —gruñe irritada. Su madre la irrita —. Ha llamado más de veinte veces a la semana, y nunca para.

—Es tu madre —digo intentado hacerla entrar en razón —, ella te ama.

—Es una desconocida, que la encontráramos por casualidad hace meses no significa que ya tenga que cumplir con su rol de madre cuando nosotros no se lo pedimos —me quedo en silencio sin saber que decir —. Ella tiene que entender de que no es nadie en mi vida, aunque le duela, lo siento en serio, pero ya tengo a mi familia.

—Te entiendo y de verdad me pongo en tu lugar —le doy un pequeño abrazo.

—Gracias —murmura.

La puerta de nuestra habitación se abre con fuerza y una muy furiosa Camrym entra, por poco y no echa humo por las orejas.

—¿A ti que te paso? —le pregunta Fran, mirándola como si estuviera loca.

—Volví con Jace —casi grita. Ambas nos sobresaltamos por su arrebato.

This shit again —suspira Fran.

Aprieto los labios.

—¿Por qué? —me quejo.

—Porque lo quiero y lo necesito —exclama, dejando caer sus brazos en un gesto frustrado —. Además, él me hace feliz.

—¿Y tú enojo se debe a....? —indago dejando la pregunta en el aire.

—¡A que volví con él por celos! —gruñe —. Lo vi con una chica y me puse en modo perra, le reclamé y él a mí, entonces me besó y me deje llevar, no sé cómo pasó, pero ahora estamos juntos otra vez.

—Amiga no es por ahí —niega Fran.

—Ni siquiera sé porque acepté volver —suspira la rubia. La observo incrédula.

—Dijiste que lo querías —le recuerdo.

—Y lo hago, pero volver fue un error —comparto una mirada irritada con Fran.

—Tu coeficiente apesta, Camrym —murmura mi prima.

—Yo me entiendo, maldita sea.

Aprieto mis labios y salgo de la habitación antes de que Camrym se ponga peor. Mejor es mantenernos lejos de su mal humor. Bajo las escaleras y me voy directo a la cocina, no hay nada interesante por hacer así que la mejor opción es comer. Ignoro a los especímenes que se besan detrás de mí.

Hago una mueca de asco.

—Hola hermanita, ya ni siquiera saludas —me giro hacia Carson y Selena quienes se encuentran abrazados.

—Hola —digo en un gesto cortante. Carson sabe que su novia no me agrada, así que ya no tengo que fingir.

—¿Cómo has estado? —me pregunta Selena escupiendo su falsedad.

—Respirando —contesto, bebiendo un trago de jugo.

—California —me reprocha Carson.

Sé que quieren saber cómo he estado después de... eso. A veces me molesta que exageren de más las cosas. Les dejé muy en claro de que no quiero volver a haber sobre el tema con nadie, pero aun es algo que no entienden.

—Estoy bien, no morí ni nada, mi vida continua —gruño molesta —. Ya dije que no quiero hablar sobre eso y dejen de tratarme como si fuera una muñeca de porcelana.

—Solo te protegemos —se justifica él —, no te puedes callar todo, necesitas soltarlo.

—Les pedí tiempo, pero es lo que menos hacen —me quejo —. Necesito procesarlo yo misma, pero no puedo si todos los días ustedes insisten en hablarlo.

—¿Por lo menos irás a una psicóloga? —pregunta en un intento de aliviar el ambiente.

—Aún no lo sé —respondo, ganándome una mirada molesta por su parte —. Quiero sentirme cómoda no presionada, así que no insistas.

—Lo hacemos por tu bien, Cali.



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En el texto hay: humor, california, novelajuvenl

Editado: 03.11.2020

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