Al principio se extrañó, no era normal tener una caja con cerradura, entonces pensó que allí podría haber el pendrive, por lo que lo siguiente que pensó era.
-¿Dónde está la llave? –preguntó en voz alta mientras volvía a meter la mano dentro del cajón con doble fondo rebuscando al máximo a ver si hubiera allí dentro la llave perdida de esa caja.
Pero no encontró nada, la llave no parecía que estuviera en ese cajón, así que rebuscó por el resto de la habitación sin rastro de la llave. Lo buscó entonces en el salón y nada, pasaron horas y se hizo de noche, desistió en su búsqueda y pensó que al día siguiente reiniciaría su búsqueda, quizá podría contactar con Nancy con el teléfono, quizá alguna palabra le daría la pista que busca.
Espero ansiosa que el reloj marcara la media noche esperando contactar con Nancy a través del teléfono, era curioso, antes había tenido miedo, deseaba que el teléfono no sonará y ahora estaba deseando que sonará y poder hablar con Nancy, ahora se sentía más fuerte, estaba poco a poco recuperando su espíritu, el teléfono sonó y ella contestó decidida y rápida.
-Nancy –pronunció Krista mientras escuchaba el ruido de interferencias habitual de cada llamada.
Al principio todo era desconcierto, las habituales interferencias que impedían escuchar nada, pero de pronto la voz sonó nítida y dijo su frase habitual.
-“No salgas del apartamento o morirás” –dijo la voz suave ahora nítida sonando como una voz de mujer.
-¿Dónde está la llave del cofre Nancy? –pregunto Krista un poco desesperada aprovechando ese momento de nitidez que la voz de Nancy tenía.
-La cruz –afirmo esa voz aunque cada vez según pasaban los segundos parecía más lejana.
Intento hablar más con ella pero las interferencias volvieron a la carga, impidiendo que Krista pudiera hacerle más preguntas, otra vez volvía a salir la cruz, pero ella no sabía a qué se refería con esa pista, la llave tendría forma de cruz, dentro de una cruz habría una llave, la cruz estaba donde las llaves. Muchas preguntas tenía en su mente pero ninguna respuesta coherente, el misterio seguía abierto.
Había esperado ansiosa la llamada, que ni siquiera se había preocupado de abrir las luces del departamento, medio desorientada por la falta de luz, Krista choco con el armario empotrado que tenía la pared del salón dejando caer algunos objetos al suelo. Con sumo cuidado se guio con las manos e intento no pisar demasiado el suelo dando grandes zancadas para evitar cortarse con algún cristal o punta afilada, le costó un poco pero finalmente encontró el interruptor del salón dejando entrar la luz artificial al apartamento dejando ver el desastre que había provocado.
En el suelo habían unos cuantos libros, alguna figurita de cerámica ahora hecha añicos por el suelo que Krista se apresuró a coger una escoba y barrer concienciada mente en suelo y poner cada cosa en su lugar, y entre medio del caos de trocitos pequeños de la figura encontró una cruz de un tamaño grande ahora medio desquejada rota por un lado, intento cogerla y ver si se podía reparar y de repente, algo cayo de dentro de la cruz, la giró y vio que tenía una especie de hueco en medio de la luz donde se había encajado algo, posteriormente miro al suelo y entonces las vio.
En el suelo estaban dos llaves, una plateada y otra de aspecto antiguo, pequeña y con una empuñadura dorada. Ahora sabía lo que se refería con la cruz, corrió a buscar el cofre a su habitación y lo colocó al sofá, se sentó en él y cogió la llave más pequeña e intento abrir el cofre, pero esa llave no abría el cofre, así que probó la llave más nueva y esa sí que abrió el cofre.
Lo que encontró dentro del cofre, la dejó atónita, no se esperaba aquello que sus ojos estaban viendo, había numerosas cartas y sobretodo muchas fotografías apiladas y unidas por una goma. Fue pasando su mirada por cada fotografía, muchas de ellas estaba Dylan presente con actitud cariñosa con Nancy, alguna de ellas se estaban besando. Estaba claro que tenían una relación, quizás por eso Dylan se había enfadado tanto cuando preguntó por Nancy y su relación.
No lo sabía estaba claro, pero las fotografías eran bastante implícitas poco se dejaba a la imaginación, Krista se sentía incomoda viendo esas fotografías, eran momentos privados de esas personas, no porque hubiera nada fuera de lo normal, ni fueran eróticas, eran fotografías simples típicas de una pareja enamorada, un abrazo cariñoso, un viaje de enamorados, una fotografía de un beso, otra riendo, señalando alguna estatua, disfrazados en pareja, eran momentos de una vida íntima, de una relación que era solamente de esos enamorados, y ella era una extraña observando desde la distancia del tiempo dichos momentos, y eso la hacía sentir enferma.
Y además, no es solamente la incomodidad de ser la tercera rueda mirando una relación privada, sintiéndose una voyeur, asimismo, sentía una punzada de malestar en el estómago, quizás celos, y era realmente estúpida pero no podía evitarlo, Dylan le había gustado y ver esas fotos le hacía recordar que ellos no eran nada, y que quizás nunca lo serían a causa de Nancy. Era algo pueril y sinsentido, pero estaba celosa de una muerta, o más bien de la relación de felicidad que se exponía en esas fotografías y que de una manera retorcida y perversa era como si Nancy se burlara de ella, o quizás nada más era ver en esas fotografías aquello que quería y anhelaba con todas sus fuerzas, una relación estable de cariño con alguien quien la comprendiera, puede que al fin y al cabo no se tratara de Dylan.
Editado: 29.03.2021