«…Así mismo se puede describir a un mundo que todavía no disfruta la dicha de ser creado. Siendo silencioso; sin poseer aún a la suave brisa que silbe delirios a los soñadores. Oscuro, como todo lo que no es tocado por los rayos de la gracia; junto con el vacío: similar al sentido que tiene este cuando no está formado, y a la descripción que le es agregada al todavía no gozar de esencia vital…»
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Silencio.
Oscuridad.
Vacío.
No existen mejores palabras para describir lo que aún no ha sido creado, que aquellas en cuyo significado esencial carecen de algo. Poseyendo una definición tan básica —aunque confusa—, que logra envolver a lo inexistente en la misma complejidad de lo que ya se ha escrito.
Convirtiendo asimismo a lo irreal en la inspiración para poesía de lo maravilloso; al verse plasmado en sueños las posibilidades que pueden darse en un lienzo completamente blanco.
¿Cómo lo majestuoso se vuelve común?
¿Cómo lo común se vuelve algo maravilloso?
¿Tiene acaso que ver el punto de vista individual de cada ser?; la manera en la que interpretan las cosas, y el cómo se obtienen resultados diferentes dependiendo de a quién se le cuestione...
La belleza de lo no nato oscila en la misma magia que tiene la creación cuando se da. Siendo una acción tan efímera y pura, que el ser afortunado solo logra experimentarlo una vez en carne propia.
Sea en un mundo, o sea en un ser individual, la belleza de traer vida no se iguala ni comparará jamás con el hecho de apreciar dicho acto por sí mismo. Porque ¡qué júbilo trae una nueva alma al mundo!; un sinfín de posibilidades, acompañado por una infinidad de destinos y caminos para aquel ser afortunado.
«Maravilloso, sin duda. Esa es la palabra más adecuada para definir el cambio drástico que se da en la monotonía de lo inexistente. Pero, ¿qué ocurre cuando tal acto puro y deseado, llega de manera inesperada en alguien quien no está dispuesto a enfrentar la conciencia?»
«Con un golpe abrupto se vio abandonado por todo lo que alguna vez conoció. Desplegando en plenitud su poder, como última alternativa para garantizar que su legado no se viera enterrado en las profundas arenas del tiempo.
¿Quién diría que su sacrificio sería la salvación de millones?
¡Quién podría haber previsto que su nacimiento se volvería su mayor condena!»
Y así resulto ser para él. Que estando agotado y con la vista nublada, se tropezó de golpe con una realidad muy diferente a la que ya se había acostumbrado.
No se dio cuenta de cuando comenzó a pensar por primera vez. Tampoco notó la agradable sensación de la arena que bajo su figura reposaba.
Lo único que aquella criatura pudo sentir en ese momento, fue desesperación; al verse envuelto en un ambiente totalmente extraño, donde sensaciones misteriosas comenzaban a abrumarlo ante todo lo que experimentaba.
Ahora su entorno cobraba sentido propio. En ese momento su memoria comenzó a funcionar, deteniendo el tiempo en diminutos recuerdos que no deseaba almacenar.
—¿Dónde estoy? —comenzó a preguntarse—. ¿Quién soy? —cuestionó. Una vez que un dolor nuevo e inexplicable apareció en su pecho.
Jadeando, cuando empezó a sentir como una profunda ansiedad lo agobiaba, al verse desconcertado ante un entorno vacío e imponente.
Ahora, la representación más pura de la energía del cometa —que era él—, comenzó a tomar una forma menos abstracta, buscado adaptarse mejor ante todo lo nuevo que experimentaba.
Sus blancos ojos expectantes no perdieron en ningún momento la chispa de terror que los mantenía alerta. Pero su figura indefinida comenzó a cobrar forma, a medida en que un aspecto cuadrúpedo se reflejaba en el perfil luminoso de tan misterioso ente.
Su apariencia no perdió en ningún momento la luminosidad mística que lo caracterizaba. Sin embargo, aquella luz cobró un tono dorado, a medida en que comenzaba a sentir como su consternación lograba ahogarlo.
¿Dónde había quedado la maravilla de la ignorancia?
¿Era la mayor condena para un recién nacido el venir al mundo sin inocencia?
Ahora él se encontraba solo. Completamente perdido en el flujo de su creciente miseria, y asustado; ya que una mente amplia y madura era demasiado peso para alguien quien a duras penas mantenía su respiración.