Detrás de cada sonrisa, un océano de lágrimas,
un río de dolor que en silencio proclamas.
Lágrimas ocultas, invisibles al ojo,
que en el corazón dejan su cerco.
Cada día es una lucha contra el desespero,
cada noche, un susurro en el sendero.
Las lágrimas caen, sin ser vistas,
y el alma sufre en soledad, sin pistas.
Los recuerdos se clavan como espinas,
en un jardín de memorias, con flores finas.
Lágrimas ocultas, secretos guardados,
en el pecho de un corazón quebrado.
El sol brilla, pero no en el interior,
donde el alma navega en su propio dolor.
Las risas suenan, pero no en el alma,
donde el llanto busca su propia calma.
Lágrimas ocultas, una carga pesada,
un eco de tristeza que nunca se apaga.
El mundo sigue sin ver la verdad,
de un alma herida en su realidad.
El consuelo se siente como un sueño lejano,
mientras el dolor se aferra con mano.
Lágrimas ocultas, un lamento mudo,
en el vasto silencio de un dolor crudo.
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Editado: 25.07.2024