Tu alma se escapa de entre mis dedos, tu risa no volverá a resonar en mis oídos.
Hoy te digo adiós con la mitad de mi corazón sano en la mano, hoy me alejo de ti con tu respaldo, sin un agarre y un quédate conmigo.
Supongo que esperaba más de él, imagino que siempre he esperado más.
Nos quedaron muchas cosas por vivir y experimentar de las cuales ninguno de los dos nos hemos dado la oportunidad de poder sentirlo, aún así, después de decirte adiós siento un inmenso vacío.
He tomado la decisión de irme y pese a eso no a sido ese acto el que me hace crujir el pecho, es el que tú no hayas luchado por mantenerme cerca de ti, simplemente no dejar que me fuera de tu lado.
Yo soy una cobarde, pero tú eres un egoista y así hemos terminado. Cada uno en una esfera completamente ajena a un nosotros.