Lluvia de Sangre

Capítulo 39

Al otro lado del bosque, en la aldea de vampiros, algo terrible sucede. El fuego arrasador ilumina la noche. Casas quemándose, cazadores en caballos persiguiendo a los más débiles. Niños asustados. Vampiros luchando, saqueos, otros huyendo, etc. Salamndra peleando, recibe un puñal en el costado, Trevol luchando con uno de ellos con toda su fuerza, no aguanta más, ve lo que sucede a su alrededor, y saca los colmillos, se lanza contra el cazador, lo agarra del cuello y se lo rompe. Su color de ojos verdes, ha pasado directamente a negro vacío, rabia, dolor. Es como si lo hayan poseído. El tiempo se para, su grito rabioso resuena por todo el bosque. Comienza a perseguirlos uno a uno, matando, es lo único que queda. Solo queda un cazador, Trevol decide no matarlo para que lleve un mensaje. Lo ve asustado. Se le acerca a la cara a dos centímetros y me coge del cuello.

_Diles a tus jefes, que esto acaba de comenzar - lo suelta y lo deja ir, su cuerpo vuelve a la normalidad. Sangre en las manos y cara, va hacia la chica de pelo de fuego. Se retuerce de dolor. Le quita el puñal y ve la punta, esta tiene veneno que mata a los vampiros. Solo con darles al corazón, mueren por completo. Por suerte Salamndra lo recibió por un costado. El chico, la recoge y la lleva a la enfermería. Casandra llega. Unos recogen los cuerpos heridos y muertos, otros intentan recoger y apagar el fuego tan rápido como puedan antes de que queme todo la aldea.
Salamandra grita de dolor, el veneno la recorre por todo el costado.

_¡Rápido, dame las hierbas de aquel tarro! - dice Casandra, quien sabe de medicina vampírica más que nadie. Coge la medicina y la unta dentro de la herida, esta duele y la chica se mueve. Pero sirve para sanar antes de que llegue al corazón. Salamandra cansada, se queda dormida.

_No podemos seguir así- suelta Trevol enfadado- ¡Mira lo que hacen! Dijeron entre semanas y han roto el desacuerdo. ¿Que vamos a hacer? Casandra - se acerca a la mujer- Han matado a diez de los nuestros.

_Y tu a todos de ellos menos uno - le dice enfadada- ¡No debiste hacerlo!

_¡¡Tuve que hacerlo por los nuestros!! ¡Iban a dostrozarlo todo! ¡Entiendelo de una vez Casandra, no hay paz, solo guerra! - ambos gritan peleando- Estoy cansado de esperar y ver como los míos mueren lentamente. No me quedaré de brazos cruzados esperando respuestas. Si quieren guerra, la tendrán - la mira por última vez a los ojos, y se va a ayudar al resto. Casandra se queda destrozada sin saber que hacer.




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