Capítulo 11

Nunca más me vuelvas a dirigir la palabra en tu vida, esas palabras son las únicas que están en mi cabeza todo el día. En la universidad no preste la mas mínima atención y por primera vez en mi vida un profesor me saco del salón. Y ahora en la empresa de mi padre es lo mismo. 

-Cristiano podrías prestar atención.- dice mi padre golpeando su mano en la mesa.

-si, papa.

-¿Que es lo Que te pasa hijo? Llevas toda la tarde metido en tus pensamientos.

-nada, estaba pensando en adelantar la boda . Necesito tener mi privacidad y en el departamento con tanta gente no puedo ni respirar.

-tu madre se volverá loca, pero te entiendo. Debe ser difícil soportar a Irene.

-¿porque no le prestaste dinero para pagar la hipoteca? 

-por que lo harás tu, cuando cobres la herencia será tu responsabilidad ayudar a tu nueva familia. Y por que sabrás aprovechar cada favor que hagas.

No entiendo lo que mi padre quiere decir, pero se que tiene razón.

Mis padres son unas de las personas más ricas del país, mi abuelo hizo un imperio hotelero y quedó todo para mi padre, ahora el es dueño de la cadena las grande de hoteles del país. 
Y yo trabajo con el ya que al ser su único hijo debo aprender el negocio familiar.

-Bueno volviendo al tema, ¿cuando quieres que sea la ceremonia? 

- en un mes máximo, hablaré con mamá mañana y le informaré los cambios. 

-¿y como están las cosas con tu cuñada?. -Pregunta mientras escribe en su computador.

¿Y ahora que le dio? Nunca me había preguntado por Anabel.

-supongo que bien, no hablamos mucho sólo lo necesario.

-ajá, no creas que jamás me Di cuenta de como la miras, aún no entiendo por que te casas con su hermana. 

-Por que estamos enamorados, y que mire a Anabel no significa nada, papá por favor no saques conclusiones que no son.

Mi teléfono suena en el momento precisó. 

-Debo contestar es Matías, debe ser por algún trabajo.

-dale mis saludos.

Salgo de la oficina, y contestó el teléfono.

-Hey amigo, hoy no te vi en la Universidad ¿donde estas?

-Por eso te llamaba, necesito que me pases los apuntes de contabilidad.

-lo siento tendrás que pedírselo a alguien más, el profesor me saco del salón.- digo riendo

-ja ja ja ja me estas mintiendo, a ti te sacaron del salón en que estabas pensando.

-no quieres saberlo, pero si me saco y no apunte nada en el cuaderno.

-bien llamaré a Francisca seguro ella si escribió.

-me los mandas por correo, ¿tienes tiempo para charlar? 

-hombre para ti siempre tengo tiempo.

-¿ nos vemos en el almuerzo? Donde siempre, A las dos.- digo antes de colgar.

Con Matías no tenemos secretos, el sabe mi plan y está de acuerdo en todo. 

Por más que intentó no pensar en ello recuerdo a Anabel con ese tipo, charlando tan animada y sonriendo. El instinto protector de activo sobre mi y sólo quería reclamarla como Mia. Y lo haré pero no ahora, terminaré  Con esta farsa y podré ir tras ella. 

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Anabel

-¿Que fue lo que pasó? Que te dijo ahora para que reaccionaras de esa manera.- pregunta Mary una vez que llegamos a clases.

-Me dijo que me amaba, ¿puedes creerlo? El muy infeliz se atrevió a decirme que me ama después de todo lo que hizo. 

-Dios mío, ese hombre está loco. Yo creo que sólo reaccionó así por que te vio con Max sólo fueron celos.

-No seas tonta prima, el no sabe lo que es amar. Y hablando de Max ¿ que tal? Te vi muy coqueta con el.

- no te creas, ya vi que el sólo tiene ojos para ti. - dice mientras estira el labio.

-pero sabes que eso no pasará, de echo creo que tengo que hablar con el si quiere ser mi amigo debe estar informado de lo importante. 

-¿le vas a decir de Cristiano? 

-¿Que? No, sólo le diré que no estoy interesada de ninguna forma más que como amiga y que ya hay alguien más. Sólo eso.

el profesor ingresa al salón así que soy por terminada la charla, necesito concentrarme y estar pensando o hablando de Cristiano no ayuda en nada. 

La tarde pasa de lo más aburrida, sólo deseo llegar a casa y poder encerrarme en mi cuarto.
Cuando llego al departamento saludó a mi madre y a mi hermana, les informo que estoy cansada y me encierro en mi habitación.

Miro mi cama y todos los recuerdos de la noche del viernes vuelven a mi cabeza. Cristiano, sus besos, sus caricias, sus palabras de amor. Y pensar que le creí, soy una estúpida. 
Algo en mi cama llama mi atención y me saca de mis pensamientos, hay una rosa y una nota. 

Lo siento, me comporte como un idiota. 
           
                                    Te quiero.

No necesito ser adivina para saber de quien se trata, lo que me sorprende es que  lo haya echo aún sabiendo que cualquier persona que no fuera yo, pudiera encontrar la nota. Al menos no la firmó. 
  Si en algo tiene razón a estado comportándose como un idiota. No se a que quiere jugar pero esta vez no le seguiré  el juego, le dejaré bien en claro que conmigo ya no tiene oportunidad, además se casará con mi hermana por Dios, mi hermana.