Lo mucho que odio amarte

CAPÍTULO 12

Capítulo 12

Dime que te importa que esté ahí y ahí estaré

 

Presiento que por verlo a menudo es agobiante y sé que se vuelve imposible evitarlo, debido a que asistimos al mismo instituto. Es más, yo lo confirmé, necesitaría tiempo para aceptar lo que estaba sintiendo, como en un principio lo requerí. A lo mejor, ya lo descubrió y no quiere asumirlo. Sin embargo, no esperaré toda la vida por él y hasta que se decida, porque el poco tiempo que tengo es valioso y pienso aprovecharlo. Si tiene que decirme que me ama, me lo dirá en la cara y sin rodeos.

 

Con nuestra disputa en el restaurante, no será necesario contar lo que vino después, porque no ocurrió más nada. En pocas palabras, finalizamos mi cumpleaños en la Costanera contándole la escena a mis amigos, como siempre, y bebiendo unos tragos hasta la madrugada. Aunque esa noche algo cambio y no fue lo ocurrido con Mauricio, sino la confesión de Mariana. En definitiva, con la noticia nunca buscó arruinarme el festejo y le di a entender que por habérmelo dicho no lo estaba haciendo. Resulta que esta enamorada de mi hermano y él también, de esta manera, lo único que lo deja en evidencia son los mensajes y lo mucho que escondía su celular, así como cuando no quería bajar de su auto a saludar a los padres de Rulos. «Lo insinué desde un comienzo». 

 

Me puse muy contenta, nos abrazamos, pero todo eso no quitaba que estuviera enfadada con Sebas. ¿Nuestra amistad sería capaz de arruinarse por esta nueva unión? Pienso que no. Hemos compartido muchas cosas juntas que el “separarse” es una decisión tomada muy a la ligera. Digo, al menos la tendré todos los días en mi casa, ella contándome sobre mi hermano y yo sobre Mauricio. Esa sería la relación perfecta.

 

Por otra parte, realicé distintas actividades lo que resto de la semana, como salir con Miguel. Me hizo compañía en algunas de las exposiciones de arte de la ciudad, nos tomamos muchas fotos y esta vez si pude comer mi helado de limón. Compré acuarelas, algunos acrílicos y le hice un dibujo. Otro día fuimos a caminar, a partidos de futbol, hasta conocer por fin a su familia. Me ayudó con cosas de la escuela, por ejemplo, contabilidad. Por más inteligente que fuera, había cosas que no entendía y precisaba que me den una mano, la cual no dudó en ofrecerme. En resumen, pude conocer un poco más de él.

 

De Mauricio no hubo mucha novedad. Me metía en ocasiones en la cuenta de Instagram de Alejandro y husmeaba su perfil. No encontraba nada y de seguro era porque estaba trabajando. Muchos dirán que seré una loca acosadora, pero ¿nunca lo hicieron estando enamorados de alguien? Me resulta intrigante querer conocer el comportamiento de las demás personas y si soy la única que “stalkea” a su crush. Volviendo al tema, algo le sucedía, porque no era muy normal que no subiera nada o que no publicara, más cuando los viernes llegaban.

 

Mensaje de Lele.

 

¿Hoy casa quinta? 

 

Hoy no tengo ganas de salir —respondí con el emoticón de la carita que tenía sueño—. Es tarde y prefiero mi cama.

 

Eran las 10:45 de la noche. Creí que a esa hora todos estaban durmiendo.

 

¡Que aburrida eres! —Protestó—. Bueno, apenado tendré que avisarle a Mauricio que no quieres ir.

 

¿A Mauricio? No entiendo.

 

Nos acaba de invitar. 

 

Ahí está tu duda resuelta a su ausencia, Victoria.

 

¿Estuviste bebiendo, Alejandro?

 

Un poco, pero solo fue para festejar. —Insertó una carita riendo a su mensaje— El horóscopo lo anunció, Viqui, estaba confiado de que nos hablaría.

 

¡Anda a dormir, Alejandro, estás en pedo!

 

No, para nada. Es cierto lo que te digo, mira, te mando captura.

 

Se desconecta por algunas horas y vuelve a estar en línea. Se tarda, me hace esperar, lo envía y resulta que es una foto suya.

 

¡Mándame la captura, Alejandro, la captura! —Me exalté—. No quiero tus fotos.

 

Bien, bien, no te enojes conmigo. —Otra vez las caritas riéndose.

 

Decía la verdad, aquel lo invitó a la casa quinta que había alquilado por algún motivo desconocido, en la que me incluía. No sé a qué se debía, ni cuáles eran sus verdaderas intenciones, pero era extraña la propuesta.

 

Bien, que disfrutes y la pasen lindo. 

 

¿No vas a ir después de que te haya mandado las pruebas?

 

No, Ale. —Negué— Estamos en pleno invierno y solo a él se le ocurre hacer una fiesta ahí.

 

Las piletas son climatizadas. —Aseguró.

 

No me importa si son climatizadas, no voy a ir. Además, ¿para qué quiere que vaya? 

 

No lo sé.

 

Por la mañana, aquel me informó que mi amado solo le pegó el visto a su conversación y que minutos después contestó con un “bueno”, así de cortante y seco. Supongo que lo escribió disgustado por mi rechazo a su invitación y lo que vino posteriormente, no pude negarme a que sea mi motivo de burla. Mauricio se presentó a una fiesta privada, sin invitación, haciéndose pasar por Joaquín Castro, quien sí estaba en la lista. Estuvieron a nada de armar una gran pelea y, por un momento, me dije que se lo merecía porque solo a él se le ocurre hacer este tipo de cosas. La cuestión es que por eso y por otras cosas, como bien antes nombre, se canceló lo que había organizado para esa casa. 

 

***

 

El martes tuvimos una vez más un cambio de actividades, fuimos al Parque San Carlos, por el evento que se realiza todos los años para estas fechas. Con la finalidad de incentivar, promover y educar sobre la buena salud y las comidas, el ejercicio y hábitos para cada uno de los alumnos. Fortalecieron la convivencia separándonos en colores y equipos con diferentes cursos. En el mío estaban Helen, Milagros, Joaquín, Mauricio, una de las amigas del grupito de Darya, Agustín y otros de primero y tercer año que no conocía. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.