Lo Que Dejaste Ir

VENDRÁN DÍAS MEJORES

 

MARCELA

 

Así pasó ... ¿cómo una mujer puede perder la cordura?, basta con amar locamente a alguien  que te prometió el sol y la luna pero enrealidad no es capaz de mover ni un solo dedo por ti.

 

  • Hagámoslo- digo con una ligera sonrisa.
  • ¿ A que te refieres?.
  • Te voy a ayudar con tu problema familiar.
  • ¿ Es enserio?- pregunta Derek lleno de alegría.
  • Si, lo haré, pero.... Tengo una condición.
  • ¿De qué se trata?.
  • Te lo diré después.
  • Esta bien, en la medida de mis posibilidades lo haré.

 

La verdad es que el es un chico muy agradable,  y de alguna manera parece un trampolín que evita al dolor en mi vida. Se que es un poco loco, pero si puedo evitar el luto y el dolor a un estupido amor, pasare todo el tiempo que sea necesario a su lado, después de todo es un chico no solo amable, también  es hermoso, súper guapo, es un bomboncito latino.

 

 

DEREK

 

  • Y bien ¿ qué día prefieres practicar?- dice Marcela.
  • ¿ Practicar?
  • Si... se supone que cuando vayamos a la casa de tu madre seremos una pareja de novios, así que tenemos que hacer una buena actuación.

 

Marcela tenía razón si la llevo a casa como mi novia, tendría que ser capaz de tomarla de la mano, besarla y tambien de decirle mi amor y todas esas cosas cursis que se dice cuando se ama de verdad.

 

  • ¿Te refieres a los besos?-  rayos, esto es vergonzoso.
  • No precisamente - Marcela abre los ojos- me refería más bien a la historia de como nos llegamos a conocer y todas las preguntas que seguramente nos harán.
  • Ahhh, claro... - rayos cabeza mía, como no pensé en eso primero - Disculpame soy un tonto - digo nervioso.
  • Jaja que monada eres- dice ella muy tranquila sin ponerse nerviosa en lo absoluto.
  • Pues que sea el día que tu prefieras, no quiero causarte más molestias.
  • No digas eso Derek, yo soy la que causó un montón de molestias y gracias a Dios tu estabas ahí.... - sus ojos empiezan a cristalizarse.
  • Esta bien Marcela llora todo lo que quieras, se que quizá yo no signifique nada en tu vida, pero aquí estoy para ti.

 

Ella levanta la cabeza me sonríe con los ojos llenos de lágrimas, me abraza y empieza a sollozar.

 

  • Solo será hoy lo prometo, ya no voy a llorar más y menos por ese idiota.
  • Claro que no, eres fuerte, más fuerte de lo que piensas, ¿y sabes algo?- tomo su quijada con la mano y levanto su mirada en dirección mia, ella me mira fijamente - vendran mejores días.
  • ¿ Estas seguro?- habla llena de esperanza.
  • Así será.
  • ¿Sabes algo?
  • ¿Qué cosa?
  • Aún que sea simplemente una actuación estoy segura que voy a disfrutar mucho de cada momento que implique, así será, ¿hay que divertirnos juntos vale?- me dice mostrándome su dedo meñique en señal de una promesa.
  • Vale, lo prometo- engancho mi dedo meñique con el suyo aceptando el pacto.

 

Un acto sencillo, unas palabras sencillas, pero mucha química, Marcela es sencillamente increíble. 

Se hizo de noche y no tuve más remedio que dejarla en su casa, después de todo acabo de conocerla y seria raro que la acompañe aún más tiempo en un solo día, aunque sinceramente me encantaría hacerlo.

LLegue a casa, intente avanzar en escribir mi nuevo libro de terror pero no me sentía inspirado, no podía imaginar nada coherente y mucho menos terrorífico, estaba emocionado, extasiado, no dejaba de pensar en Marcela y en el día de hoy, que fue tan fuera de lo común.

Prepare un café, y me vote en mi sillón favorito con vista hacia la ventana más amplia de mi departamento, desde ahí podía observar una amplia extensión del cielo y de por supuesto de las estrellas y hoy en especial en esa infinidad de espacio Marcela estaba tan presente que pensé que por un momento no llegaría a caber.

 

 

 

 

 

 

 

 

 




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