Hoy caminaba por la pradera,
cuando un grillo se me acercó y comenzó a cantar,
Cantaba tan lindo que tuve miedo de moverme,
porque temía interrumpirle.
Cuando acabó,
Con un suspiro le pregunté si me conocía,
Este hizo silencio un instante
Y cuando creí que se había ido,
comenzó a cantar nuevamente.
Me pregunté entonces que sería de ese chico de gran sonrisa,
Ese chico tan alegre y vivaz,
Ese chico que fue un día mi mejor amigo.
Los años han pasado y ambos hemos crecido,
Muchas veces me pregunté,
Si quizás el tiempo habrá hecho que nuestros ojos se nublaran,
Si quizás alguna vez pasé junto a ti o tú junto a mí y no nos reconocimos.
Fuiste mi primer gran amigo,
El único con el que no hacían falta las palabras para comprendernos,
El único que fue sincero,
El único que desee seguir teniendo a mi lado.
Quien sabe donde estés ahora o si alguna vez nos volveremos a encontrar,
Quien sabe porque,
tal vez lo que suceda sea realmente lo mejor.
Quien más que yo sabe lo mucho que te extraño.
¿Recuerdas aquel grillo?
Lo portabas en un bolsillo de tu mochila y sonreías,
Como si hubieras hecho una gran proeza al atraparlo,
Yo sonreí un instante, luego te pedí que lo soltaras,
Al cabo de un rato lo hiciste,
porque también sabías que merecía ser libre.
¿Recuerdas a ese grillo?
Esta noche ha venido a saludarme,
Y a preguntarme por ti.
Entonces tan solo le dije,
Qué estás donde debes estar,
Que eres quien debes ser.
Y que eres también
quien fuiste para mi alguna vez...
Mi primer amor.