“vi, y, ¡miren!, un caballo pálido; y el que iba sentado sobre él, tenía el nombre Muerte. y el Hades venía siguiéndolo de cerca. Y se les dio autoridad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con una espada larga y con escasez de alimento y con plaga mortífera y por las bestias salvajes de la tierra” (Apocalipsis 6:8).
Omnipresente
Cuando Samuel y sus hermanos fueron creciendo se sintió la división entre hermanos el mayor Tretan y Samuel tenían una conexión y siempre salían a cazar juntos, Felipe se quedaba en casa y no porque no lo invitaran sino porque él no quería era callado reservado y cada vez que sus hermanos se les acercaban él quería matarlos, cuando nació Pía la hermana más pequeña y la última pensaron que Felipe y ella serian más amigo por alguna razón pensaron que al llevarse solo 1 año podrían entenderse, pero no fue así Felipe intentó matar a Pía cuando tenían 10 y otra vez cuando cumplieron 13 hasta que Samuel la defendió y le prometió a Felipe que si dejaba de intervenir matarla le debería un favor el resto de su vida.
Samuel cumplió y ese favor le salió caro y lo sigue pagando hasta el día de hoy.
El Rege llegó a la casa de Samuel al otro día de tener la charla con los chicos y haber decidió que él sería el nuevo rey de la familia, el señor Francisco presentía que su hijo Samuel quería hablar de ser el rey de la familia y estaría orgulloso de que fuera el heredero de todo, pero había un pequeño problema no veía capaz de que Samuel matará a quien sea para ser rey.
Cuando el abuelo tocó la puerta una joven mucha con unos ojos verdes enormes que nosotros conocemos muy bien fue quien lo recibió, Lilyet estaba pasando el peor día de su vida, pero eso se los contará ella yo estoy aquí para hablar sobre como Samuel será el hombre más poderoso que toco el planeta tierra.
El señor le sonrió a Lilyet ella también sonrió y con esa voz tan dulce que la caracteriza le hablo.
—Hola, ¿Está buscando alguien? — Su voz suave hizo que la cabeza del señor Francisco pensara en su mujer y en lo parecidas que eran si solo mirabas sus ojos.
—Soy el abuelo de los muchachos que gritan a tus espaldas— Se puso tan roja que el señor Olaet tapo su sonrisa para que la chica no se pusiera aún más incómoda, noto que la chica llevaba una camiseta que se notaba claramente que no era suya, sino que sería de alguno de sus nietos.
—Puede pasar, pase, pase — Lilyet camino más rápido que el señor Olaet y fue directo al sofá y en voz baja dijo.
—Vuestro abuelo está aquí— Francisco nunca había visto a sus nietos levantarse tan rápido y aunque Daniel no se levantó sino que le estiro la mano a Lilyet para qué lo acompañará en el sofá Daniel fue él unció en saludar a su abuelo.
—Abuelito un gusto verte vivo — Comento Daniel con el tono tan peculiar que tiene. Su abuelo no respondió, pero espero a que Camilo e Ismael estuvieran a su lado para abrazarlos y saludarlos como se debe podían estar locos, pero el amor que no falte aunque todo era tan incómodo que sobrepasaba los límites.
Estaban los cuatro en la oficina, Samuel estaba en su puesto como si fuera el dueño y señora, como si ya hubiera tomado el puesto de rey y su madre estaba justo frente a él en una silla de oficina que parecía muy costosa y sumamente cómodo perdón me voy de tema, Ismael y Camilo estaban a cada lado de su abuelo esperando la respuesta a aquella pregunta que hizo su padre.
—Quieres ser rey, tienes reina y te veo capacitado— Comento Francisco mientras miraba fijamente a su hijo.
—Ahora se viene un, pero — Samuel se acomodó en su silla y puso los codos en su escritorio esperando a que su padre comenzará a decir sus peros. Francisco tenía claro que su hijo Samuel sería el indicado era un Olaet de verdad y cumplía todos los requisitos.
— Pero no te veo capas de matar a quien te pondría para matar — Se tocó la barbilla — Tu hermano mayor lo intentó y fallo porque tú serías distinto— La vista de Samuel se volvió roja, el odio que sentía cuando lo comparaban era extremadamente grande.
—Soy muchas cosas Francisco, pero débil jamás— El rey Olaet lo sabía Samuel estaba destinado a ser el rey.
—Llamaré a tus hermanos iremos a la casa del campo, por fin tendré un sucesor— Francisco se levantó de la silla y puso las manos encima de aquel escritorio—Toda la familia está invitada que nadie falte o no habrá sucesión nos iremos esta misma noche me gustan las cosas rápidas as que espero que el martes ya seas rey— Francisco salió de la oficina y aunque él estaba pensado en irse y los 3 hombres que quedaron en aquella oficina también pensaban que se iría, Francisco se quedó observando lo que estaba pasando en el lugar donde había dejado a Daniel con Lilyet y aunque el señor Oalet aún no sabía el nombre de aquella chica su curiosidad era tan grande que solo se quedó ahí viendo lo que sucedía.
Daniel y Lilyet bailaban una canción lenta muy juntos, pero se veían a los ojos, se sonreían y se besaban estaban juntos estaban conectados algo que los unía que se podía ver a lo lejos, sus sonrisas al bailar y los pasos torpes de Daniel al moverse los pequeños besos que se daban mientras sus cuerpos se movían al ritmo lento de aquella canción, Lilyet estaba repitiéndose una y otra vez "que esto no acabe" en su cabeza y Daniel solamente reflexionaba en como había vivido sin ella todos estos años.
—Somos lo que somos por personas que no hicieron así, quisiera haberte dicho cuanto te amaba aquel día que te vi, pero las palabras no querían salir así que solo te pude decir que te quería matar y lo lamento hasta el día de hoy — Francesco hablo en voz alta haciendo que todos se le quedarán mirando hasta Daniel y Lilyet lo había escuchado todos estaban ahí en silencio contemplando el momento, pero Francesco volvió a hablar— Fue lo que le dije mi mujer antes de que muriera y tú — Con su cabeza apunto a Lilyet la cual dijo su nombre en un gritito agudo.
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Editado: 30.01.2022