Podría escribir las razones más clásicas por las cuales te extraño, pero estas sobran cuando en donde me haces falta es en las cosas que te pueden parecer más vagas.
Querido, esto probablemente podrá parecerte absurdo como indiferente, puesto que han pasado tan solo meses y siento que estamos siendo extraños de nuevo hablando, pero por favor, trata de leer y creer un poco.
Te juro que te extraño porque cuando me conociste tan solo era una chiquilla inexperta, que en lugar de cerrarme la puerta me abrazaste y caminamos juntos conforme iba aprendiendo, avanzando.
Cariño, no sabes cuantas veces me sentí orgullosa de caminar por los pasillos de tu mano, ¿Enserio eran reales aquellos abrazos en el campo de americano, en las paradas de bus, bajo los árboles, fuera de casas, en plazas?
Te juro que te extraño porque cuando en mi mundo solía llover, me empujabas al tuyo, entonces ya no me sentía tan sola, podía bailar, reír y besarte bajo la lluvia, mientras los demás trataban de plasmarlo en una fotografía.
Vida, cuando cerrabas tus ojos al besarnos me gustaba espiarte porque te mirabas de lo más tierno, ¿Puede acaso existir entre más de 7 billones de personas un mejor maestro?
Te juro que aquellos quienes nos decían que éramos el amor de nuestras vidas, las calles vacías, el sonido de la lluvia y la inexistencia del ruido me ahogan, aún no sé cómo sacarte de aquí.
Cielo nunca te lo dije pero, me sentía la chica más feliz de todas esas veces en que nos decían que ya nos verían unidos en boda, cuando te preguntaba si acaso te casarías conmigo y me decías que sí, me emocionaba, aunque no te creí.
Te juro que en muchas tardes frías he pensado en qué tan difícil se me hace esta agonía, pienso en el temor de crecer y unir mi vida y mis planes para siempre con alguien a quien no ame como a ti, que no me siga los juegos, las aspiraciones, los sueños.
Amor, ¿Cuantos poemas más me faltan por plasmar para poder superar?