Joder quiere que sea su novia, alguno de ellos puede quizás ser mi hermano hermana, no he terminado de leer el diario de mi padre y todo esto involucra a las dos familias. Me levanto de las escaleras y bajo, camino con mis manos en la cabeza.
—¿No quieres ser mi novia? — Lo escucho decir detrás de mí — Rosana.
—Guillermo — me armo de valor y lo miro a los ojos — ¿Cómo murió tu madre? — Necesito saber que tanto sabe sobre eso.
—¿Qué? — Me mira como si estuviera loca por cambiar el tema — ¿A qué se debe esa pregunta?
—Necesito que me digas todo lo que sepas, porque de eso depende si podemos o no tener una relación — ahora esta serio, buscando algo en mis gestos pero estoy en mi modo seria y mis expresiones son nulas.
—Mi madre murió en un accidente de auto al mes de haber nacido mi hermana, casualmente tu padre también murió ese día, mi padre no nos contó más, solo eso — cierro los ojos, joder que esto es muy delicado.
—Ven conmigo — subo las escaleras y antes de entrar a l mi casa tomo la botella y las dos copas.
Yo entro y el cierra la puerta detrás de él, camino por el pasillo subo las escaleras que dan al segundo piso. Entro en mi habitación y enciendo la luz, dejo lo que traigo en mis manos sobre el tocador y saco el diario de mi padre debajo del colchón, Guillermo, esta pensativo y serio fuera de mi habitación, observado todo lo que hago.
—Ven y cierra la puerta — dudoso hace lo que le digo — antes de que te diga que contiene este cuaderno déjame decirte que yo no sabía nada, mi madre nunca me lo contó — mi corazón late tan rápido que me cuesta mantenerme serena — lo encontré hace poco, te iba a decir cuando supiera la verdad pero ante tu propuesta he tenido que decirte antes, no he terminado de leerlo por lo que si tienes preguntas no podré contestarlas.
—Déjate de rodeos y dime que pasa — le tiendo el cuaderno y él lo toma rápidamente, camino hasta mi tocador y me sirvo más vino, tomándole de un jalón.
—Qué demonios — lo escucho murmurar, me mira enojado, en jaque por lo que tiene ante sus ojos.
—Como te dije al principio hace unos días encontré ese diario, no he terminado de leerlo — me sirvo más vino y me lo tomo de un jalón — tu mama y mi papá se amaron aun después de casarse, por eso no puedo darte un respuesta ahora y porque quiero estar segura que no eres mi hermano.
Camina hasta mí, estamos tan cerca que bien podríamos darnos un beso sin el menor esfuerzo, me arrebata el vino que queda en la botella y se lo toma desde la boca del envase, el líquido baja por las comisuras de su boca y me parece algo tan malditamente sexy. Giro hacia la ventana que hay en mi habitación y veo varias antorchas encendidas.
—Guillermo, algo pasa en tu casa — le señalo hacia la ventana, me mira preocupado.
—Tengo que irme — antes de que salga por la puerta lo detengo, preocupada.
—Espera, voy contigo — me pongo los zapato y salimos de mi habitación, cerrando la puerta detrás de mí.
Vamos a las caballerizas, agarro mi caballo y me subo en él, un segundo después el también sube, su teléfono comienza a sonar, mientras el habla con su hermana yo hago correr el caballo para llegar rápido a su hacienda. Siento ganas de vomitar por los movimientos rápidos, conforme nos acercamos vemos a varios hombres, montando sus caballos, corriendo con armas, machetes, antorchas.
La escena es abrumadora, jamás había presenciado algo así, llegamos a la parte trasera de su hacienda, varios de sus trabajadores nos miran, y uno de ellos les informa.
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Editado: 13.04.2020