Querida vida, sé que te he pedido que me abandones muchas veces, y aunque muchas veces me entristece despertar y darme cuenta que no te me vas, te he de agradecer porque al menos me recompensas con comida en mi mesa, un techo sobre mi cabeza y un calzado en mis pies, pero sobre todo con el amor incondicional que solo ella me da.
-Mamá, puedes arullarme está noche, es que me siento mal.