Lo Que Nunca Esperas

Capítulo 29

Todo está completamente oscuro mientras giro y giro tan rápido y en picada que me da cierto vértigo y suelto un grito de júbilo ante esta sensación tan placentera.

Siento las mariposas en mi estómago, mientras al caer veo la luz al final del túnel y siento como el piso deja de existir y por un momento caigo de picada al agua sola y entro a ella hundiéndome completamente.

Comienzo a patalear para salir a la superficie rápidamente mientras unas manos me toman por la cintura alejándome del lugar de la caída y miro a Levid preocupado mientras él me examina de pies a cabeza.

-¿Por qué tardaste tanto?- pregunta preocupado- Un tipo bajo en tu lugar y tenía sangre en el rostro- me informa y hago un ademan con la mano mientras sigo flotando en el agua con ayuda de Levid mirando enfurruñada hacia el tobogán.

-Jack- digo en respuesta poniendo los ojos en blanco- El tipo se portó como un gilipollas conmigo allá arriba y Jack lo golpeo y lanzo hacia abajo, nada grave- le informo y Levid frunce la boca.

En el momento en que menciono su nombre parece que lo he invocado ya que cae en picada al agua hundiéndose casi a nuestro lado como si hubiera calculado la posición exacta para caernos encima, sin embargo cae mojándonos a nuestro lado lejos del punto de caída habitual.

-Idiota- murmuro por lo bajo.

-Vamos- dice Levid tomándome la mano con tranquilidad- O van a golpearnos- explica y comienza a nadar frente a mí.

Comienzo a nadar alejándome cuando siento una mano enredarse en mi tobillo jalándome hacia el fondo de la piscina nuevamente y hundiéndome sin que yo pueda hacer nada más que soltar una exclamación en protesta.

Abro los ojos debajo del agua asustada mirando la sonrisa estúpida de Jack el cual me toma por la cintura enredando sus manos a mi alrededor y nadando hacia la superficie nuevamente.

Toso la poca agua que entro en mí cuando finalmente salimos del agua y lo miro furiosa mientras que él me mira con inocencia.

-¡Idiota!- grito tratando de alejarme de sus brazos que aún me sostienen y me toman con fuerza contra su pecho mientras sonríe totalmente divertido.

Debo decir que es realmente irresistible y que me desconcentra mucho en mi enfado el tenerlo tan cerca y que su contacto me provoca mariposas en el estómago, pero aquello lejos de ser hermoso y placentero como lo es con Levid, me causa molestia y repulsión al saber que solo está tratando de confundirme, de molestarme, de lastimarme.

Unos brazos me toman por la cintura alejándome de Jack con brusquedad y veo el rostro de Levid distorsionado de la furia haciéndome estremecer ligeramente al reconocer la misma mirada, como aquel día que peleo con los tipos que trataron de abusar de mí en el parque.

-¿Que mierda te pasa?- le gruñe y Jack simplemente le sonríe con arrogancia y lo mira con inocencia.

-Nada realmente, solo jugaba con la pequeña Giselle, ¿O es un delito Lev?- lo provoca- ¿O es acaso que serás de esos novios posesivos, celosos y controladores?- lo reta y me mira esta vez- Cuidado Giselle, esos son los peores- bromea guiñándome un ojo y ruedo los ojos.

-Puedes irte a la...- comienzo a decir pero Levid me interrumpe atrayéndome a su cuerpo con tranquilidad haciéndome callar al instante.

-Déjalo Giselle- me interrumpe Levid molesto llevándome a la orilla a cuestas y sacándome con facilidad mientras Jack sale detrás de nosotros pisándonos los talones, como si estuviera dispuesto a no volver a despegarse del grupo más.

Pasamos el resto del día tirándonos por todo tipo de toboganes totalmente divertidos, el imbécil de Jack a estado provocando a Levid en todo momento que le ha sido posible, molestándome y molestándolo al instante con ello, mientras que Alberth ha coqueteado con tantas chicas que me es casi imposible contar y yo la he pasado al máximo.

Nos encontramos recostados en las sillas reclinables de la playa contemplando la puesta de sol mientras Levid me abraza detrás de mí y pega su cabeza a la mía mientras bebemos una cerveza.

-¿Te gustó el día?- pregunta Levid con tranquilidad y asiento con la cabeza feliz.

-Me encanto, muchas gracias- digo con una sonrisa dándole un beso profundo en los labios mientras él sonríe ante mi rostro.

-A mí me gusto más- asegura acariciando mi mejilla, mientras yo lo miro fijamente a los ojos.

-Volveremos a tener otro día de estos ¿Cierto?- pregunto nerviosa- ¿Volverás por mí?- pregunto mordiendo mi labio inferior pegando mi rostro a su cuello y aspirando su delicioso aroma.

-Solo espera un par de días, como máximo una o dos semanas y te prometo que te sacare de esa estúpida academia, no tienes nada de que temer, además- dice haciéndome mirarlo- Eres mi novia y no quiero que ningún agente de pacotilla quiera quitarme a mi chica- trata de bromear y yo sonrío en respuesta.



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En el texto hay: secuestro

Editado: 18.04.2018

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