Recuerdo que ese día me le abalance encima. Ella abrió sus brazos con la misma emoción que yo y sin dudarlo caímos al piso cual tontas.
No lo podía creer, pues no me lo esperaba. Tenía entendido que Danelle llegaría a la ciudad como en mes y medio—justo para cuando empezáramos clases— así que verla acá me había tomado por total sorpresa.
No habíamos hablado desde que se fue por que en casa de sus abuelos no había señal ni Internet, de lo contrario ya le hubiese contado todo lo que había pasado últimamente.
Fue tanto la emoción que estoy segura que mi falda termino subiéndose un poco.
En serio la extrañaba.
—Pero... —comencé—¿Qué haces aquí...? —sonreí aún emocionada besando su mejilla—Y tu cabello... —me di una pausa para poder mirarlo bien.
Lo había pintado de rosa.
Danelle era esa clásica chica que estaba jodidamente loca —en todos los sentidos— Tenia un estilo un poco —bastante— diferente al mío, le gustaba lo extravagante y lo raro, aun así, se vestía demasiado bien. Era completamente hermosa, su cabello rubio —ahora rosado—era mucho más corto que el mío, lo llevaba un poco más abajo de los hombros. Era demasiado alta —casi tanto como Jasper— y sin dudarlo era de las mejores personas con quien me pude haberme topado alguna vez en mi vida.
—Me lo pinte— se encogió de hombros sonriendo— En esa casa no hay mucho que hacer—se quejó recordándolo—. Pase la mayor parte de mis vacaciones durmiendo.
Sin poder evitarlo volví abrazarla
—Pero no lo entiendo. Pensé que volverías luego— se levantó y estiro su mano para que lo hiciera con ella— ¿Y cómo supiste que estaba aquí?
—Decidí regresar, quería verte— admitió sacudiendo sus vaqueros— y... —alargo esa palabra pensando bien en lo que diría—. Fui a tu casa a darte una sorpresa, pero no estabas, tu madre me dijo que estarías aquí— mordió su labio queriendo volver a sonreír. Siempre hacia eso cuando estaba contenta—Sorpresa— agito sus manos en el aire—. Por cierto, casi la cago. Si tu madre no me pregunta por esa “supuesta pijamada” — hizo comillas con sus dedos— hubiese hablado de más, De nada eh… ya me contaras a donde te escapaste… O con quien.
Tuvo que codearme con diversión, a lo cual solo pude doblar los ojos con el mismo humor.
Estuve a punto de volver a preguntar algo cuando el chico que estaba tras la vitrina —quien había olvidado completamente su existencia— carraspeo.
Alzo su mano como un niño pequeño, queriendo llamar la atención.
—La “pijamada” fue conmigo— tuve que mirarlo con molestia—. Lamento interrumpir su bonito encuentro— comenzó—. Pero cuando se tiraron al suelo han dejado caer mis juegos de la estantería—menciono señalando los discos en el piso— agradecería que los...
—¿Por qué se me hace familiar? — le interrumpió mirándolo con un dedo en la boca
Sabía bien porque lo decía.
A pesar de todo, si tenía un leve parecido a Jayden.
—Solo se parecen— dije haciendo un gesto con mi mano para que le restara importancia— Él es Jasper, su hermano.
—Medio— me corrigió casi que escupiendo odio
—Vaya... —fue lo único que logro decir la chica junto a mí. Se acercó hasta quedar al frente a él y le dedico una sonrisa—. Siento un poco de tensión—- menciono achicando sus ojos y señalándonos con una leve diversión en su rostro—. Soy Danelle— le estiro su mano para que el pudiese estrecharla—. Novia, mejor y única— resalto esa última palabra—amiga de Violett ¿Tu de dónde saliste?
Lo vi reír levemente y estrecharle su mano amable
—Apareció tu amiga, no yo. Ah y yo soy el divertido, apuesto y probablemente único amigo hombre que tenga Violett.
Sin poder evitarlo termine frunciendo el ceño. ¿Qué le hacía pensar eso? Obviamente si tenía amigos hombres. Jayden era el claro ejemplo de uno.
—Tengo más amigos— reclame llegando hasta ellos.
Vi como ambos me volteaban a ver con una ceja alzada.
— No los tienes, Vay— aseguro Danelle negando con su cabeza. Estaba a punto de reclamarle cuando Jasper me interrumpió.
— Jayden no cuenta— soltó rápido sentándose en su silla giratoria.
— Bien, como sea— dijo Danelle llamando nuestra atención— ¿Qué haremos hoy? — Pregunto mirándonos a ambos—. Tengo la casa sola— subió y bajo sus cejas divertida— Estaba pensando en una… especie de fiesta.
Frunciendo el ceño decidí mirar la hora en mi teléfono. Eran casi las siete de la noche.
— Hoy es lunes— le recordó el castaño dando vueltas sobre su silla.
Danelle solo le dedico una mirada queriendo decir algo como ¿Aja y? El al entenderlo volvió a hablar.
—¿Cómo mierda harás una fiesta un lunes?
— Estamos de vacaciones, no seas aburrido— contesto como si fuera obvio, al mismo tiempo llevo su mano al cabello de Jasper resolviéndolo en el proceso. Este lo miro extrañado y segundos después intento acomodarlo—. Invita a tus amigos— le ofreció—. Yo me encargo de lo demás.
Quería pensar que no hablaba en serio, pero estaba segura de que lo hacía y conociéndola bien estaba segura de que ninguno de los dos podría sacarle esa idea de la cabeza.
Cuando Danelle se le ocurría algo, era imposible que no se hiciera.
— No creo que pueda, Dan— me encogí de hombros. Pude sentir la mirada curiosa de Jasper—. Yo ya me iba ¿Por qué no te quedas en mi casa? — le propuse, aunque sabía que diría que no.
—Tranquila, huérfana. Yo mismo me encargare de que nadie lleve el Jenga—menciono el castaño, no sin antes giñarme el ojo con diversión.
Maldito
—¿De que hablan? — pregunto Dan dándose cuenta de las miradas que nos estábamos lanzando los dos—. Cada vez veo más tensión.
— ¿Tú también eres mala copa? — pregunto Jasper, solo para hacerme molestar.
Como si esa fuera las palabras que ella necesitaba para entender, estallo en una carcajada.
—¿Te emborrachaste? — fue su turno de preguntar. Al tener un suspiro como respuesta, volvió a reír— Debí haber estado ahí.