Lobo.

Lluvia (1)

La lluvia impacta de forma violenta contra el parabrisas de mi auto. La vista por la carretera era casi nula.
 


Mi cabello y mi ropa se encontraban totalmente mojados. Bueno no podía esperar menos luego de haber corrido bajo la lluvia hacia mi auto. 
Discutir con la esposa de mi padre era horrible, más si tú padre la apoya en todo, sin importar que tú seas su hija. Es por esto que me mudé de casa hace meses, no seguiría tolerando las malditas altanerías de mi madrastra.

Cuanto mamá murió, papá juró protegerme y ponerme sobre todas las cosas, pero al parecer se olvido de todo en cuanto conoció a Samantha.
Estube de acuerdo con que papá retomará su vida, pero jamás con una mujer como ella.  Es engreída, soberbia y se cree lo mejor de lo mejor. Y está más que claro que solo manifiesta este comportamiento fuera de la presencia de mi padre.

Jamás pretendí odiarla, pero cada día que la conocía más a fondo, me daba cuenta de su verdadera forma de ser.

Fuerzo la vista al no lograr ver nada mientras manejo. 
De pronto a escasos metros, bajo la lluvia divisó una silueta de pie en media carretera. Para cuándo reacciono es demaciado tarde, piso el pedal de freno y un siento como mi auto golpea contra algo.

Mi respiración se detiene y en lo único que puedo pensar es en lo que hice. No tenía la menor idea de cómo alguien podría encontrarse en media carretera, bajo esta lluvia torrencial.

Miró fijamente mis manos sobre el volante, agudizó mi oído tratando de escuchar algún quejido de dolor, pero el golpe de las gotas de agua contra mi auto me impiden captar algún sonido más que ese.

Para cuándo reacciono, me desabrocho el cinturón de seguridad y abro la puerta de mi auto de forma rápida, la lluvia sigue ahí, con más fuerza que nunca.

Camino a paso lento, abrazándome a mi misma y poco a poco recuperó mi respiración. Parpadeo un par de veces y siento como mi corazón se acelera.

Sigo mis pasos hasta posarme en donde estoy segura golpeé algo, pero para mí sorpresa no hay nada ahí.

De inmediato un escalofrío recorrió mi cuerpo, giro sobre mí eje mirando a mi alrededor desconcertada.

Desesperada por buscar alguna prueba de lo que ha sucedido miró el pavimento de la carretera, pero ahí no hay nada. De pronto la prueba de que no estoy loca llega a mis ojos.

En el lado derecho de enfrente de mi auto se encuentra una abolladura y el foco esta roto, pero ahora lo que menos me preocupa es mi auto, lo importante aquí es : ¿Dónde demonios está lo que atropellé? O mejor aún ¿qué es lo atropellé?

Me quedo ahí de pie, mirando el foco destrozado de mi auto, con la lluvia callendo sobre mí, haciéndome más preguntas que nunca.

 

Y una palabra se cuela en mi mente.

 

 Miedo.
 




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