Capítulo 2: Haz que llueva (ZPU)

-¿Segura que no necesitas algo más?-

-Estoy bien Anel, gracias-

-Entonces te dejare, si necesitas algo, no dudes en llamarme, estaré aquí lo más pronto posible-

-No tienes que molestarte, pero gracias-

Anel salió de la habitación de Laura y luego de la casa, subió a su auto y se dirigió a un buffet para comer, pagó su entrada y tomó un plato para comenzar a llenarlo con piernas de pollo fritas, barbacoa de cordero, macarrones con queso y algunas verduras sofritas, caminó hasta una de las mesas vacías y se sentó a comer todo lo que había en su plato, al terminar, Fátima se sentó en su misma mesa poniéndole un plato lleno de pasta de mariscos y tinga de pollo.

-Gracias, hoy no quedamos, ¿Qué te trae por aquí?-

-El hambre, además, ya recibí noticias de Eduardo-

-¿De verdad?, ¿En qué país esta?-

-Está muerto, y no sé cómo se lo tomara, pero ya que tú eres más cercana a ella, te encargo esa tarea-

-Tu eres la doctora, tu das las malas noticias, no yo-

-Tienes razón en ello, pero esta no es una mala noticia, es una pésima noticia, además, creo que tu sabrás como hacerla entrar en razón si se lo toma a mal-

-¿De verdad crees eso?-

-Confió en ti, así que hazlo-

-Entonces le diré, cuando tenga la oportunidad-

-¡Todas, pongan atención a las noticias!- dijo una de las chefs y subió el volumen al televisor

-…con ayuda de los satélites estadounidenses recientemente adueñados e incorporados a nuestras fuentes de información, Rusia bombardeo con misiles nucleares a las coreas y luego estalló todos los restantes sin lanzar, los submarinos nucleares, centrales y en general toda Rusia está sumida en un caos nuclear, desde hace más de una hora no se han movilizado tropas Rusas en ningún país del mundo, me atrevo a decir…- paró con lágrimas en los ojos- que la guerra ha terminado- dijo y se soltó a llorar

La pantalla dejo de transmitir a la reportera que lloraba y paso las imágenes satelitales de Rusia, todas en el restaurante se miraron y luego una de las mujeres se levantó alegre gritando el fin de la guerra para luego todas seguirle.

-Al fin se acabó- dijo Anel y abrazo a Fátima- fue mucho sufrimiento… perdí a toda mi familia-

-Y yo… me alegro que se acabará-

Ambas se quedaron abrazadas un poco más mientras más gritos de festejos se escuchaban en el bufet.

Laura se encontraba recostada en el sofá escuchando música cuando alguien toco su puerta, se levantó y apagó el reproductor de música, se colocó sus pantuflas y caminó hasta la puerta para abrirla, al otro lado, encontró a un hombre vestido con un traje militar y cargando una mochila en su hombro.

-¿Eduardo?-

-Laura- dijo y dejo caer la mochila

Laura abrazo a aquel hombre y él le respondió el abrazo, en sus rostros comenzaban a correr las lágrimas.

-La guerra cabo hace una semana… ¿Qué haces aquí?-

-La extracción fue rápida, además, quería ver a mi única y mejor amiga-

-¿Cómo sabias que estaba aquí?, adelante, pasa- dijo y Eduardo entró a la casa

-Oí que hubo un bombardeo en Yucatán, así que solicite tu ubicación a mi llegada- respondió mientras se sentaba en el sofá- amablemente me la dieron y aquí estoy, me alegro que hayas sobrevivido al bombardeo, cuando me entere pensé que habías muerto, así que mate a muchos rusos-

-No esperaba menos de ti, espera, iré a alguna papelería por pinturas y un cuaderno de dibujo-

-No te molestes, traje mi cuaderno de dibujo del campo de batalla, aunque muchos de ellos fueron hechos con pedazos de carbón o lodo- dijo y sacó de la mochila un cuaderno de dibujo completamente manchado por lodo y sangre- creo que en el campo de batalla se veía mejor- dijo y Laura le arrebató el cuaderno de las manos

-Déjame verlo- dijo y se sentó a lado de Eduardo para luego abrir el cuaderno y comenzar a ver los dibujos- ¿Esta soy yo?- preguntó poniendo el dibujo junto a su rostro-

-Sí, eres tú, también dibuje a nuestros padres y a otras personas más, incluso está el profesor Kim-

-¿El primero en irse a la guerra?-

-Sí, en forma de homenaje lo hice-

-Dibujas muy bien- dijo mirando el resto de dibujos- me encanta como dibujas-

-Gracias, siempre es agradable oírlo de ti-

-¿Quiénes son ellas?- preguntó refiriéndose a las mujeres dibujadas en las últimas paginas

-Son compañeras de la guerra, la mayoría están muertas, quería inmortalizarlas en el papel, aunque creo que necesitare volverlos a hacer, el lodo no es bueno para dar iluminación-

-Tranquilo, este es perfecto, deberías de enmarcarlo, los colgaría por toda la casa-

-No me apetece visitarte cada que quiera ver mis dibujos-

-Rayos, yo pensaba en sugerirte vivir aquí, como sabes, Yucatán y algunos otros estados están hundidos-

-Lo sé, mi madre murió, y dado que no tengo a donde ir… creo que tomare tu palabra-

-¿De verdad?-

-De verdad, ¿Está bien?-

-Claro que está bien tonto- dijo y abrazó a Eduardo- vallamos a comprar ropa, ¿Planeas quedarte con esa cosa todo el día?-

-Claramente no, me dieron un poco de dinero en la base militar, lo usare para comprarme ropa-

-Me parece una buena idea, yo mañana comenzare un trabajo, así que más te vale que también consigas uno, no quiero mantenerte-

-Tranquila, el gobierno me dará una pensión, no seré rico, pero podre valerme por mí mismo, no tendrás que mantenerme- dijo acariciando la cabeza de Laura despeinándola

-Sabes que odio que hagas eso-

-¿Me dirás entonces que no lo extrañabas?-

-Eso sería mentirte, gracias por regresar-

-No podía abandonar a mi única y mejor amiga sabiendo que también soy su único y mejor amigo-

Y mientras que Eduardo compraba su ropa, Laura compro un caballete, pinturas y algunos lienzos para que Eduardo pintara, al salir de la tienda de arte, encontró a Eduardo sentado con la espalda a la barda a un lado de la puerta.