Capitulo 6: No eres alguien común
Jonathan Miller:
Definitivamente Jonathan Miller tiene la peor suerte de el mundo ¿Porque? Simple después de casi el intento de asesinato que ocurrió en mi oficina, decidí salir afuera mientras las dos maníacas me seguían, en eso un chico se tropezó conmigo tirándome un batido en mi traje y da la casualidad que era el hermano de Sasha, aquella chica que me hizo sufrir demasiado tiempo atrás, para completar mi racha de suerte su madre se apareció y me empezó a contar, lo bien que le iba a su querida hija, y que deberíamos coincidir para vernos si eso no pasara no guardo ningún rencor hacia ella, pero seria bastante difícil para mi volver a verla después de tanto tiempo, estoy seguro que me quitara el poco de cordura que me queda verla de nuevo, y no porque aun sienta algo por ella, si no porque me hará recordar momentos en mi vida que simplemente quisiera olvidar.
A veces el pasado te golpea, espero que me golpee levemente, no tengo tiempo, ni ganas de estar lidiando con otra herida del pasado, algunas ya las veo como cicatrices, con el paso de los años aprendí a lidiar con las heridas que el pasado me dejo, pero si quiere volver a golpearme, le ruego que sea con delicadeza.
– ¿Te sucede algo? – Una dulce y lunática voz me saco de mis pensamientos –. Oye idiota, actúas extraño, incluso mas de lo normal,eso es un récord la verdad – Afirmo tratando de hacerme de reír , pero ni siquiera me inmute –, ¿Cual es la razón? – Pregunto la lunática, ¿ella empezaba a preocuparse por mi? Si hoy a sido un dia muy extraño.
Si estuviera en otra situación, probablemente me reiría, o diría cualquier tontería para hacerla reír, pues me gusta verla sonreír, el sonido de su risa, pero ahora no es el caso, ahora ni siquiera se como sentirme, no había pensado en aquella chica desde hace años, como dije preferí borrar aquellos recuerdos, pero ahora vuelven, vuelven a mi memoria como pequeñas cuchillas, clavándose en todo mi cerebro, porque eso es lo que son esos recuerdos, pequeñas hojillas que lastiman cada vez que vuelven.
–Negué con la cabeza– Estoy perfectamente, no ves mi hermosa cara –Intente fingir una sonrisa, pero fue en vano, desvié la mirada dandome cuenta que ella había notado mi intento de sonrisa fallido.
– Suspiro –A veces es bueno hablar con alguien de nuestros problemas – Sonrió, enserió adoro la sonrisa de esta chica –, No digo que ese alguien sea yo, pero deberías desahogarte con alguien, alguien que te ayude– Palmeo mi espalda y se dirigió hacia la puerta.
Estábamos en mi oficina, volví aquí para asimilar bien lo que estaba sucediendo, después de todo racionalice un poco, se que lo dije antes, pero ahora no creo que una persona me quite la poca cordura que llevo conmigo, bueno eso creo.
– Oye señorita Roberts – Se dio la vuelta –. Yo creo que...si necesito algo de ayuda con esto – Toque mi cabeza y le sonreí esta vez no fue tan fallida mi sonrisa.
– Si yo pienso que necesitas mucha ayuda – Empezó a reír –, tu no eres alguien común Jonathan Miller – Sonreí es la primera vez que la lunática se digna a decir mi nombre.
– Tu tampoco lo eres Roberts – Sonreí como un idiota, al ver que ella también lo hacia.
¿Que me pasa con esta chica? Hace que todo lo que me preocupa, deje de tomar importancia, al menos por solo unos minutos, ella me capsula dentro de una burbuja, una burbuja donde solo nos encontramos ella y y, donde los problemas o preocupaciones, no entran, donde mi hipnotiza con sonido de su maravillosa voz, con el sonido de su hermosa risa.
– Yo le jure que le demostraría que si podía ser grande, que si podía lograr mis objetivos– La mire, ella me miraba, pero no con lastima, si no con empatía, es la primera persona que me mira de esta forma, y es lindo, ella es linda...
– Mientras tu sepas quien eres, no tienes nada que demostrar – Desvió la mirada –. Algunas personas son...como decirlo...egoístas – Sonrió calidamente –, La chica de la que hablas, ella fue un poco egoísta – Suspiro –. Pero igual creo que no debes guardar rencor – Se levanto y me miro directamente a los ojos –, Siempre he pensado que las cosas pasan por algo, tal vez esa situación te hizo ver a quien realmente tenias al lado – Volvió a sentarse –. Quien sabe, si su relación hubiera transcurrido mas, hubieras salido aun mas lastimado– La lunática es bastante sensata, la verdad tiene razón ese dia ella me mostro su verdadero rostro.
Porque aunque sea un poco doloroso nunca vi la verdadera ella hasta ese dia, siempre era dulce, nunca llego hablarme como lo hizo, bueno algunas veces, cuando no quería verme, cuando quería hablar, cuando no quería que fuera a su casa, que ahora veo si que fui un tonto al no darme cuenta que ella ya no sentía nada por mi, y si aunque duela decirlo el amor te ciega y mucho, pero tu decides si quitarte la venda o no.