Locos Maníacos

Capitulo 10.

                                          Capitulo 10: No eres como todos               

 Jonathan Miller:           

 

La lógica casi siempre tiene la razón, pero la intuición jamas se equivoca. Es algo normal que en el primer semáforo en que me detuve, un cartel que decía aquellas palabras fue el que llamo mi atención. Estoy loco o ¿Acaso es una señal?, y ¿si paula tiene razón?, y ¿si yo estoy matándome la cabeza con tonterías?, y ¿si el pequeño niño que tengo detrás jugando con mi cabello podría ser mas cuidadoso?

Si, Justin acabo saliendo se con la suya y aquí esta, Paula dijo que estaba bien solo y cuando lo llevara en la noche. El pequeño tirano es bueno asiendo negocios, puso su cara mas tierna y ni la lunática, ni paula, y ni siquiera yo pude negarme.

Tengo que aprender a decir no, aunque sea a un pequeño niño con una sonrisa terrorífica.

La lunática se encuentra en el asiento del copiloto mirando hacia la ventana, y el pequeño maltratador se encuentra atrás jugando con su cinturón de seguridad.

¿Podemos comer pizza?– Chillo llamando nuestra atención– , ¿Podemos?– Parpadeo mucha veces mientras me veía sonriente.

¿No prefieres un emparedado?– Pregunto la lunática y este negó–. ¿Cereal?– Pregunto sacando su teléfono.

Nop  Negó repetidas veces– . Quiero pizza, vayamos por pizza– Se quejo, la lunática y yo nos vimos las caras para luego empezar a reír–. ¿Por que ríen?– Pregunto Justin mirándonos confundidos.

– Ríe – Por nada– Chasqueo la lengua– . Vayamos por pizza– Lo imito haciendo que yo riera por lo bajo, el pequeño por su lado nos miraba confundido pero alegre porque iríamos por la pizza.

Puede que solo la vea como una amiga, pero eso quita el hecho de que sea completamente hermosa; su cabello corto castaño, su pequeña nariz, labios pronunciados y sus ojos... sus ojos es lo que mas me encanta de ella son tan lindos, creo que cuando me mira a los ojos puede ver mi alma, aquellos ojos marrones tan expresivos, tan hermosos...

Mas cuidado perderás un dedo– La lunática miraba preocupada a Justin –. Esta caliente te quemaras– A pesar de las advertencias el pequeño comelón de le importo y siguió devorando aquella pizza.

Termine– Anuncio dándole un ultimo bocado a trozo de pizza–. ¿ Puedo ir ?– Señalo con su pequeño dedo los juegos infantiles, la lunática y yo nos vimos y asentimos, Justin por otro lado no espero pues salio corriendo y se perdió entre los demás pequeños.

– Ríe – Es la primera vez que Justin sale con alguien que no se Paula o yo del orfanato– Sonríe viendo al pequeño jugar–. Al parecer tu le caes muy bien– Aseguro mirándome mientras tomaba un poco de soda–. Diría que te quiere, es raro como se comporta contigo– Ríe–. Me dijo que tu le transmites confianza, que no eres como los demás adultos, que tu eres diferente– Ríe desviando la mirada–, Y siendo sincera; pienso lo mismo. No eres como todos Jonathan, tu eres diferente– Su mirada se encontró con la mía, y de nuevo me encerró en una burbuja, burbuja que rápidamente exploto pues un pequeño monarca llego corriendo hacia mi.

Señalo su zapato, dándome a entender que amarrara las agujetas, lo hice y así como llego, a esa misma velocidad se fue, no sin antes musitar un gracias mientras sonreía yo por mi parte solo le devolví la sonrisa mientras despeinaba un poco su cabello.

Es gracioso, siempre pensé que los niños nunca fueron mi fuerte, pero eme aquí un pequeño me tiene un poco de afecto, y creo que yo estoy empezando a encariñarme con el.

Muchos me lo dicen – Continué la conversación – La verdad si lo soy pero soy un poco– Sonreí y ella empezó reír por lo bajo–Y tu también lo eres Ava Roberts, no eres como las chicas que conozco, y eso te hace especial – Sonreí y ella también lo hizo. Es la primera vez que digo su nombre completo, me miro extrañada para preguntar ¿Así que Paula te lo dijo?, vaya es buena, yo solo reí mientras asentía.

Jonathan– Llamaron mi nombre haciendo que me volteara y allí estaba la castaña mirándome extrañada, con un chico a su lado que en verdad no conocía–. Estas aquí con... – Miro a Ava y rodeo los ojos– , ¿Ella?– Pregunto con mala gana, ganándose un ceño fruncido de mi parte y una mala cara por parte de la lunática.




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