Locura de amor

-14-

 

— ¿Y bien? –Le preguntó Raphael a Jed Smith—. ¿Algo importante?

Jed sólo se encogió de hombros y se sentó frente a Raphael en la misma mesa de siempre. Esta vez no arrojó sobre la mesa ningún sobre amarillo lleno de fotografías, sólo se sentó tranquilamente y dejó salir un poco el aire.

—Le contaré, además de lo que encontré, cómo lo encontré.

—¿Necesito saberlo?

—Sólo escúcheme, no tomará mucho tiempo.

—Está bien –contestó Raphael, un poco impaciente. Jed tomó aire y empezó.

—Como lo único en concreto que tenía era a Tess Warden, estuve vigilando muy de cerca sus movimientos… pero en su comportamiento no hallé nada fuera de lo normal para una mujer sola, madre de tres hijos, excepto las salidas a verse con su novia, o las visitas de ésta. Así que en su ausencia pregunté en el edificio a una mujer que salía si de casualidad conocía a alguien llamado Samantha  –Jed miró a Raphael en una pausa que pretendía ser dramática.

—Y… —apuró Raphael.

—Y Samantha, Samantha Jones vivía en ese edificio.

—Ajá. Ya tenemos un apellido… Espera, dijiste ¿“vivía”?

—Vivía.

— ¿Se fue a otro lugar? ¿Viajó? ¿Está aquí en el país aún?

—Déjeme continuar. Según lo que la mujer que me dijo, pude constatar que Samantha Jones es una anciana de ochenta años que sufrió un paro cardíaco hace poco más de tres meses y desde entonces está interna en el hospital de San Francisco.

— ¿Qué? ¿Una anciana?

—Inicié una conversación con otro anciano vendedor de libros en la misma calle, (ya sabe, los ancianos saben todo y conocen a todos) acerca de Samantha, algo como: “Tess la quiere mucho”, y esas cosas, y el hombre, Higgs,  no malició nada en mí, porque inmediatamente empezó a hablar maravillas de esta mujer—. Raphael lo miró un poco confundido—. Según palabras de Higgs, Samantha es la mejor persona que él haya conocido jamás; la admiraba muchísimo porque hasta el último día de vida con buena salud, trabajó en el pabellón de los niños con cáncer en el hospital en el que ahora está interna—. Un sudor frío empezó a recorrer la espalda de Raphael. Jed siguió—: En las tardes daba clases de inglés a inmigrantes, como voluntaria; y vivía de su pensión como maestra.

—Ella… ¿está viva?

—Al parecer, sí.

— ¿Al parecer? No investi…

—Claro que sí. Incluso fui a verla. Efectivamente, Samantha Jones está en estado de coma desde hace unos tres meses. Como le dije antes, sufrió un paro cardíaco. Tess Warden, su vecina y amiga, llamó esa noche a su puerta para devolverle algo que se le había quedado en su casa, al parecer había estado de visita momentos antes, le pareció extraño que no le abriera la puerta, ya que acababa de entrar, y la encontró en su habitación, inconsciente. Todo el edificio reaccionó y la llevaron al hospital donde presentaba su voluntariado. Las enfermeras también hablan maravillas de ella.

— ¿Tú… la viste?

—Sí, la vi. No le hice fotografías… me pareció…

— ¿Cualquiera puede ir a verla?

—Como Samantha no tuvo hijos, y tampoco tiene familia, las enfermeras no ponen problemas para que extraños vayan a verla. Sólo hay que decir que eres un vecino del mismo edificio, y te dejan pasar—. Raphael se pasó una mano por la cara—. ¿Puedo hacerle una pregunta? –dijo Jed mirándolo fijamente.

—Claro, adelante.

— ¿Por qué es importante Samantha Jones para usted? —Raphael simplemente sacudió su cabeza; no podía contarle a este extraño que tenía la loca idea de que su novia no era quien parecía ser, y con las nuevas que acababa de recibir, todo era aún más raro—. Esta carpeta contiene los datos más importantes acerca de Samantha Jones –siguió Jed al ver que no obtenía respuesta y poniéndola sobre la mesa. Raphael la acercó y la abrió—. Son, tal como lo pidió, todos sus datos, documentos e identificación. Incluso agregué los datos del hospital.

Raphael miró la fecha en la que Samantha fue ingresada; la misma noche del accidente de Heather.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.