Un fotógrafo muy conocido en el modelaje me había dicho que estaba demasiado interesado en mi y en mi rostro y que quería tener una sesión conmigo, está semana, Aime verificó si era posible llevar esa sesión esta semana y milagrosamente había un espacio el jueves por la tarde. El fotógrafo estuvo halagándome todo el tiempo diciendo que tenía una mirada única y que no esperaba para realizar la sesión conmigo.
Después de que él se fuera Aime y yo decidimos divertirnos por el resto de la noche y que nos olvidáramos un poco del trabajo, así que fuimos a bailar junto con Grecia y las demás como hace unas horas antes. Mi cuerpo se sentía tan agotado por lo qué tuve que decirle a las chicas que iría descansar y a beber algo por que mi garganta pedía gritos algún líquido.
Al llegar a la barra al mesero que se encontraba libre le pedí un Bloody Mary, mientras esperaba por el tome asiento en una de las sillas giratorias que habían, movía mis dedos un poco impaciente y el sonido que mis uñas contra el mármol negro producía era inaudible debido a el alto volumen de la música que en este momento pasaba. Y no estaba más que agradecida por el volumen ya que la canción que sonaba era una de mis favoritas.
— I light her like dynamite, load her like gigabyte, turn out the fucking lights, I wanna see you bright —murmuré aún moviendo mis dedos.
—Un negroni —la voz se me hacía conocida, por lo qué curiosa vi sobre mi hombro para ver quién era la persona que estaba a mi lado y era nada más y nada menos que el chico que había golpeado accidentalmente no hace mucho tiempo.
Estaba recargado sobre la barra, la manga de su camisa estaban hasta sus codos unos cuantos cabellos se habían escapado de su pequeña coleta, el mesero que hace unos minutos había tomado mi pedido había llegado con la bebida en sus manos y me la entregó.
—Qué la disfrute señorita —dijo para luego irse a ver a otra persona. Bebí un poco y volví a dejar la bebida sobre la barra.
—Pero que sorpresa, aquí esta la chica que estaba apunto de darme una seria lesión en el hombro —expresó divertido.
Volteé para verlo, tenía una sonrisa en su rostro y no pude evitar devolverle la sonrisa.
—Hola de nuevo, chica que hace una hora estaba apunto de causarme una lesión en el hombro —ironizó un poco.
—Hola de nuevo rubio con cabello envidiable. ¿Vienes para decirme tu secreto?
—No, lamento decirte que eso no pasará nunca rubia que quiere robar mi secreto.
—No quiero robarlo, solo lo tomaré prestado.
—Para mi es prácticamente lo mismo, rubia.
—Primero que nada, me llamo Bella y segunda, son cosas totalmente distintas, rubio.
—En primer lugar —dijo tratando de imitar mi voz— me llamo Luke y segunda son iguales.
—Bueno, Luke —resalté su nombre haciendo que el sonriera un poco más—, no pienso tener algún tipo de discusión con el chico que golpeé en el hombro de manera accidental.
—Ese golpe no me pareció accidental, ¿A caso esa es tu forma de flirtear? —enarcó su ceja divertido.
—¿Flirtear? ¿Quién dijo que estoy flirteando contigo? —le respondí de la misma forma.
—Mi mamá me ha obligado a ver películas de romance con ella desde que cumplí catorce y créeme que se cuando alguien está flirteando —lo que él dijo me causo gracia por lo que me reí un poco y para tratar de dejar de reír bebí un poco más del Bloody Mary.
—Pues tengo que decirte que no estoy flirteando contigo.
—A mi parece que sí.
El mesero que lo había atendido llegó y le deslizó su bebida por la barra, la tomo y la llevo a sus labios para beber un poco pero no dejaba de verme y podía notar como sonreía. Y sin querer hice lo mismo, traté de desviar mi mirada de él, pero sentía como él aún me veía y sentí mis mejillas arder y por primera vez en la noche agradecí las luces de colores.
—¿Vienes sola?
—No, vengo con unas amigas, ¿Tú vienes solo? —volvía verlo, aún se encontraba en la misma posición.
—No, también vengo con unos amigos.
Nos quedamos viendo por unos minutos, sonriendo en todo momento, como una escena de película.
[...]
—Y dime Luke, ¿Qué es lo que más te gusta hacer?
Habíamos salido del club por la parte trasera ya que la entrada principal estaba demasiada llena, íbamos caminando por las calles de Los Ángeles con bastante tranquilidad y sin un destino determinado.
Y eso me había agradado bastante.
—Cantar...sin duda es algo que me fascina hacer, ¿A ti que te gusta hacer?
—Pintar, hace años que quedé fascinada con la pintura.
—Pero que interesante.
—No tanto como cantar, ¿qué clase de música escuchas?
—Digamos que soy todo un punk rock.
Reí un poco, deje de ver el suelo para verlo a él, un hoyuelo se había marcado en su mejilla, se veía tan tierno.
—Cuandó estaba en secundaria también lo fuí, de hecho llegué al punto de hacerme un piercing en la ceja y querer teñirme el cabello de morado.
—¿Te hiciste un piercing estando en secundaria? —preguntó divertido.
—Sí, nadie se dió cuenta de ello ya que siempre llevaba un fleco que lo cubría perfectamente lo tuve hasta hace unos años, aún se nota perfectamente la diminuta cicatriz que dejó.
Luke se acercó a mi y pudo verificar que lo que le había dicho era cierto, y vaya que lo fue, mi madre se enteró de su existencia después de que me había graduado pero por motivos del modelaje tuve que quitarmélo.
—¿También te teñiste el cabello?
—No, mi mamá llegó a tiempo para evitar que eso pasará.
—Yo también tuve un piercing, lo tenía en el labio pero también no hace mucho lo perdí en una fiesta.
—¿Cómo que lo perdiste en una fiesta?
—Sí, estaba de fiesta con unos amigos y al siguiente día me di cuenta de que el aro había desaparecido, así que mejor deje que cicatrizará.