¿Era el realmente? ¿Qué está haciendo aquí? ¿Por qué ahora que ya estoy intentando olvidarlo?
— Mi Summer te he buscado tanto... — se intentó acercar a ella Samuel, pero, Summer retrocedió.
— Preciosa vámonos, ya tengo las medicinas — un chico pelirrojo le hablo a Summer tomando si mano, miro al hombre pelinegro que intentaba acercarse a su novia, al instante la alejo.
— ¿Qué haces aquí Samuel? ¿Cómo me encontraste? — hablo Summer, no quería ver a Samuel, ya no más. Había esperado un año a qué la encontrará, pero nada paso y justo ahora que intentaba tener una relación sana, llegaba a arruinar su paz.
— Mi amor te he buscado todo esté tiempo...
— ¡No mientas! — lo interrumpió molesta — ni siquiera lo intentaste, no es que me haya ido al otro lado del mundo, ya me demostraste que no te intereso así que lárgate — estaba al borde del colapso, su corazón se estremeció al verlo, pero si enojo e irá eran mayores.
— ¿Que sucede linda? ¿Lo conoces? — pregunto el chico pelirrojo, jamás había visto a su novia de esta forma.
— Nada Frank, todo tranquilo. Él no es importante...
— ¡Soy tu esposo, claro que soy importante! ¡Te he buscado por cielo, mar y tierra Summer! — Samuel se dejó caer de rodillas frente a ella, no entendía quién era ese chico, pero no le importaba, había encontrado a su amada chica y no la dejaría ir — puedes preguntarles a todos, de verdad te he buscado...
— ¡Mientes! ¡Daniel me dijo que tú ni siquiera hacías el esfuerzo! ¡Nunca me has buscado! — las lágrimas querían salir de sus ojos, pero no las dejaría.
— ¿Daniel? Pero él me dijo que no sabía nada de ti...
— ¡Ja! Ahora resulta que Daniel es el mentiroso, mira ya no quiero nada contigo. Estoy con alguien más así que firma el Maldito divorcio. — Summer tenía mucha irá acumulada, el mismo Daniel le había dicho meses atrás que Samuel estaba viviendo su vida. ¿Por qué mentiría? Él no es así.
— ¡Nunca me divorciare de ti! ¡Se que hice mal, pero te amo! ¡Déjame demostrarte Summer! — Samuel parecía alguien diferente, no tuvo temor en arrodillarse frente a la mujer que amaba y suplicar su perdón cosa que le impresionó.
— Oye amigo, mi novia quiere que te vayas — dijo Frank al ver la escena, había perseguido a Summer por mucho tiempo y no dejaría que nadie arruinara su relación. — ya déjala en paz, lo ha dicho.
— ¡Ella es mi esposa! Y por lo tanto sigue siendo mi mujer, así que dejamos resolver esto a nosotros.
— Él tiene razón Samuel, entre tú y yo solo hay un papel, así que fírmalo y déjame en paz. Ya no te amo — dijo estás últimas palabras con el mayor odio que salió de su boca, pero no de su corazón — vámonos cariño, mamá quiere que cenemos con ella.
Tomo la mano de Frank y salió de del lugar, aunque por fuera quería aparentar una cosa, pero por dentro, su corazón se desgarraba.
— ¡Summer! ¡Summer! — Samuel se levantó tratando de seguirla, se había quedado atónito al escucharla decir que ya no lo amaba... ¡No eso no! Corrió detrás de ella, la vio subir a un auto junto con el chico y no dudo en seguirlo, pero este aceleró la marca dejándolo atrás.
Mientras corría comenzó a llover, pero él no se detuvo hasta que perdió de vista el carro. Saco si teléfono y llamo a Michelle, él debía saber dónde vivía, Daniel, Ricky, todos debían saber que sucedía con Summer y dónde estaba. Y curiosamente todos se lo habían ocultado.
— ¿Bueno? — respondió Michelle algo somnoliento.
— Dame la dirección de Summer, sé que sabes dónde está — dijo con frialdad, aunque se lo merecía, le dieron un castigo muy fuerte.
— ¿La encontraste?
— Si, ahora dime dónde está.
— Ya te mando la dirección, solo se paciente. Ella está muy afectada.
— Lo sé, gracias — colgó el teléfono y espero, después ajustaría cuentas con todos.
Recibió el mensaje, tomo el taxi y le dio indicaciones de adónde debía ir. Esperaba que Summer lo recibiera, no la dejaría ir y menos con ese tipo. Él la amaba más que a nada en el mundo, se había equivocado, pero quería reparar su error, tenía que hacerlo.
Una vez que el taxi lo dejo en el complejo, Samuel fue a recepción. Busco que le dieran acceso al departamento de Summer, pero el guardia le impidió la entrada pues no podían dejarlo entrar sin previa autorización.
— Mi nena, el guardia dice que hay un hombre llamado Samuel Martínez que quiere entrar, dice que te conoce — le dijo su madre, aunque sabía quién era, aun así, se hizo la desinteresada.
— ¿Cómo me encontró? — respondió mirándola preocupada, estaban terminando de preparar la cena, quería relajarse después de su encuentro en el hospital y justo la siguió hasta donde vivía.
— ¿Es el cierto? ¿Por qué no lo vez y hablan? — sugirió su mamá, aunque no le había contado nada, charlar ya no era una opción.
— ¿Que sucede amor? — pregunto Frank acercándose a Summer, la notaba distante desde que ese hombre apareció.
— Nada, el tipo del hospital vino a buscarme. No sé si deba dejarlo pasar — le confesó, quería realmente olvidar a Samuel y por eso se dio una oportunidad con este chico, era bueno, pero, simplemente no podía olvidar a su aún esposo.
— Que pase, quizás tenga una buena explicación Summer — dijo Alejandra, aunque odiaba a su cuñado creía que debían escucharlo en algún momento.
— Okay, está bien. Diles que lo dejen pasar — dijo un tanto dudosa, quizás lo mejor era darle un cierre a esa relación, aunque por dentro le doliera en el alma.
Al cabo de 10 minutos Samuel llegó al apartamento y cuando entro miro a su suegra, su cuñada, ese hombre y a su amada mujer sentados en la sala, se sintió como lleno a un juicio final, donde el veredicto era que Summer lo perdonará o se divorciará.
— Summer — murmuró.
— Solo quiero que firmes los papeles Samuel, realmente ya no quiero nada contigo — respondió inmediatamente, no sabía por qué se sentía tan a la defensiva con él.