Y así fue como lo prometió, Samuel y Summer regresaron a California después de pasar algunos días en pareja en las dulces playas de Puerto Vallarta. El la llevo a innumerables lugares donde disfrutaron de bucear, hospedarse en hoteles, desayunar en la cama juntos y por sobre todas la cosas... Entregarse en cuerpo y alma ante la seducción del otro.
Durante el siguiente año Summer siguió tomando quimioterapias, medicinas cada vez con más frecuencia. Cosa que alegro a muchos pues creían que por fin estaba venciendo la leucemia, algo muy raro de ver.
Disfrutaban de las comidas con Ricky y Daniel quienes estaban en proceso de adoptar hijos, Summer se sentía feliz por ello y se preguntó ¿Cuándo tendría la posibilidad de ser madre?
« Quizás nunca... » Se dijo a sí misma. Los medicamentos para la leucemia eran sumamente fuertes y el doctor le había pedido tomar anticonceptivos por el hecho de que un embarazo sería muy riesgoso.
— ¿Y ustedes para cuándo mi reina? — le pregunto Daniel mientras Ricky y Samuel preparaban la carne en el asador, aún no habían llegado Henry ni Paula así que aprovecho para tener una charla con ella.
— No lo sé, Samuel ha sacado el tema de la adopción, pero... Con las quimios apenas y tengo tiempo para mí y para él, a veces no duerme por cuidarme y después trabaja... Lo veo agotado — dijo con sinceridad.
— Por lo que veo lo disfruta mucho mi Summer, eres su razón de existencia y estoy seguro de que un bebé vendrá a alegrar sus días... Ricky y yo esperamos que también a nosotros — Daniel sonrió emocionado, nada como formar una familia con la persona que amas con el corazón.
— Serán excelentes padres Daniel, los dos son increíbles... — tomo su mano y la acaricio — son el ejemplo perfecto de amor y devoción sin igual... La verdad anhelo verte en esa etapa de padre... — ambos rieron con ligereza.
— ¿Que le diré cuando pregunté el por qué no tiene mamá? — pregunto un tanto... Asustado.
— Que su familia es diferente pero no deja de ser una familia — explico ella al ver su rostro algo cabizbajo — que no se necesita de una madre y un padre específicamente para ser feliz... Más cuando tiene dos padres amorosos que le darán ese amor que alguna pareja no pudo... Por cualquier circunstancia.
— Tienes razón... — se limpió una lágrima — apenas metimos la solicitud así que... Te avisaré si es una linda niña o un muchacho... Quiero que sea una niña así puedo llevarla al salón y arreglarla... Ya sabes — Summer río y el también, estaba feliz por sus amigos... Solo faltaba ella.
Después de la reunión donde la pasaron muy bien, Samuel regreso a casa con Summer quien se sentía algo incómoda.
— ¡Amor para el auto! — grito lo que asustó a Samuel, hizo lo que le pidió orillándose al lado de la carretera, miro a su esposa bajarse apresurada a... ¿Vomitar?
— Cariño ¿Estás bien? — pregunto al verla recargada en la valla de seguridad.
— Si, solo yo... ¡Buaaa! — en eso una arcada sumamente violenta la hizo sacar todo lo que había comido, Samuel la miro preocupado, no sabía cómo ayudarla pues no le había pasado algo así en algún tiempo.
— Amor... Háblame... — dijo preocupado.
— Yo... Me siento mal amor... Tengo muchas náuseas y esto parece... ¡Buaaa! — nuevamente vómito hasta que su estómago no tenía nada, lo curioso es que no se sentía como con las quimioterapias... Era diferente está vez.
— ¿Ya pasó amor? ¿Estas mejor? ¿Te llevo al médico? — le cuestionó acariciando sus brazos.
— No estoy bien, solo, comprarme una soda de cola y listo — dijo ya más tranquila a lo que Samuel accedió, quizás algo en la carne le había hecho daño y solo era pasajero.
Durante los siguientes días Summer siguió sintiendo náuseas y vomitando comidas específicas como el atún, el pavo, las almendras... Era extraño. Por su parte Samuel estaba confundido con los antojos de su esposa así que, pensó en algo y decidido preguntarle al salir del trabajo, y es que Summer había vuelto a la orquesta suplicándole a Samuel que la dejara hacer lo que más amaba, aunque él se negó en ocasiones diciendo que las quimios eran pesadas y él trabajaba desde casa para cuidarla ella insistió por lo que terminó accediendo.
Iba por ella cuando salía, la dejaba por las mañanas. Estás veces que ella estaba en la orquesta el aprovechaba para revisar como iban los proyectos en su empresa. Había contratado una nueva asistente que era excepcional, muy educada y reservada sobre todo por qué nunca se ha pasado de la raya con el así que estaba satisfecho con la elección de Summer... Y es que ella había elegido a la candidata ya no quería más problemas con su amada mujer.
— Cariño y si... ¿Estás embarazada? — soltó la pregunta mientras ella comía unas ricas fresas con crema, se quedó helada ante la pregunta y miro a Samuel aún con la cuchara en la boca lo que lo hizo reír.
— Deja de jugar... — respondió con la boca llena, se veía muy tierna su amada esposa.
— No juego es mejor salir de la duda ¿No crees? Además, no nos hemos cuidado — explico con picardía, estaba ansioso por saber si al fin después de casi 9 años de casados podrían tener un bebé.
— Para en la farmacia entonces, si me hago una prueba y sale positivo te debo lo que quieras si sale negativo... — hizo una pausa mirándolo con satisfacción — me llevas a Disneyland...
— Amor está en nuestro estado...
— Pero en París... — Samuel abrió los ojos de par en par lo que hizo reír a Summer.
— Trato hecho mi amor... Pero si gano... Tú pagas el viaje a las Bahamas — apostó mientras se estacionaba en la farmacia.
— ¡Trato hecho Samuel Martínez! — dijo emocionada y corrió a comprarse la prueba, compro tres para asegurar que todo saliera bien y no tuvieran dudas.
Llegaron a la casa y Summer corrió al baño seguida se su esposo quien estaba igual de ansioso que ella. Se encerró en el baño para aprovechar las ganas que tenía de hacer pipí dejando al pobre de Samuel caminando de un lado a otro fuera de este.