I
Nombre del caso: Caso estrella de la mañana
Número: #25
Año: 2023
Nombre de los detectives a cargo: Melek Hoffmann, Azra Mataraci y Gustave Ducoux
Un viernes 22 de Mayo a las 13:30 P.M en plena primavera en el norte del mundo, Alejandra Williams una adolescente de quince años de edad va de viaje junto a su madre y su hermana mayor Javiera se dirigen a la casa de su tía llamada Liliam y de su tío Albert y también van a pasar a ver a su amada y dulce abuela que no veia desde mucho tiempo; la tía Liliam estaba gravemente enferma a raíz de una apendicitis, pero su situación se agravó a causa de una negligencia médica en el hospital del pueblo que agravó su situación. Alejandra admite que hace tiempo que no visita a sus parientes, ni tampoco a sus primos, estaba ansiosa y nerviosa a la vez ; su madre y su hermana estaban escuchando música en su radio local ellas coreaban las canciones de la radio en realidad lo que hacían eran gritar y esto le causaba risa a Alejandra y volvía a mirar el paisaje que era susceptible cuando la carretera cambiaba a cada ciudad pasaba desde un ambiente caluroso del estado de California a otro estado en donde la temperatura es más baja; Alejandra pensaba en el frío de la ciudad de antaño, recordaba su primera infancia que pasaba las vacaciones de verano, en donde jugaba con sus primos, amigos del barrio y el amor de su infancia, era el chico más lindo de la ciudad se llamaba Cameron Watson, recordaba que todas andaban babosas por él; actualmente ignoraba que le paso, los pensamientos eran de principalmente recuerdos, de la pequeña ciudad de Nueva Inglaterra; en donde los primeros ingleses llegaron a la ciudad y comenzaron la invasión extranjera a un lugar predominante indígena. En ese momento la madre de Alejandra le decía:
—Hija no vamos a llegar..... — dice la madre
—Claro madre..... — dice Alejandra sin prestar demasiada atención
—¿Me estas escuchando? — pregunta la madre
—Si te estoy escuchando, madre — dice Alejandra
Eran las 19:30 P.M, se estaba oscureciendo en medio del desierto y la madre tuvo la necesidad que alojar en un hotelito, casi saliendo de la frontera encontró en medio del desierto; por su aspecto era digno para dormir y se dirige al mesón de este en donde un joven hombre no tenía más allá de veintitrés años y la madre le dice :
—Buenas noches — dice la madre
—Buenas señora ¿Qué necesita?— exclama el joven que está en la mesa de recepción
—Una habitación, por favor — dice la madre
—¿Para cuántas personas? — pregunta el joven en su cuaderno
—Para tres personas — dice la madre
—Okay espere unos minutos — dice el joven saliendo del mesón y la madre tuvo que esperar unos minutos y de repente sale el joven y le dice:
—Ya señora su reservación esta lista.... es la habitación 309 — habla el joven pasandole las llaves
—Gracias joven — dice la madre y se va a la habitación 309 junto a Alejandra y Javiera.
Al llegar la habitación era buena, habían tres camas para cada una de ellas, la madre estaciono el auto de forma segura en frente de la habitación y las chicas estaban escogiendo las camas, fueron al baño para desprenderse de las ropas del día y colocarse el pijamas , para que ellas entrarán en los misterios del mundo onírico en donde fue un descanso muy placido para su madre y las chicas. A la mañana siguiente tuvieron que seguir ese largo camino hacia ese anhelado pasado de la tierna infancia en donde el tiempo es relativo y en los juegos eran la única verdad, Alejandra con sus audífonos puestos en sus orejas que impedía que entrara los ruidos externos, propios de la carretera ; para que se concentrara dentro de su mundo imaginativo, en ese que nunca ha sido invadido por ningún ser humano ha podido entrar , y que jamas sera conocida. En definitiva el viaje sigue en su curso de forma normal sin impedimentos climáticos, ni psicologicos; Alejandra estaba en sus pensamientos con sus canciones favoritas , junto con su compañero de viaje un libro llamado "Un mundo feliz", Alejandra estaba tan concentrada en su mundo que no se percató de que su madre le preguntaba algo:
—Alejandra ¿Cómo estás? — pregunta la madre sin recibir respuesta y le grita — Ale ¿Cómo estás?
—Ahhh ¿Qué? — contesta torpemente sacándose el auricular derecho; para poder escuchar lo que decía su madre
—¿Cómo estás? — pregunta de nuevo
—Bien Ma — responde Alejandra
—Genial — inquiere la madre
—¿Cuánto falta madre? — pregunta Javiera
—Muy poco, como tres horas más; no se preocupen — expresa la madre
—Genial — expresa con alegría Javiera — ya se están durmiendo las nalgas
En el camino que parece ser cada vez más largo, la carretera, es más plana y seca, Alejandra se quedó dormida con los audífonos en su orejas; sin percatarse que ya llegaron a la ciudad de la tierna infancia; justo en ese momento despertó la adolescente en la entrada de Groveville, pero la chica se dio cuenta que ya no era la que recordaba Alejandra esa bella ciudad en cambio contempló una oscura y opaca cuidad, en donde los habitantes parecían llevar un peso karmatico y el paso del tiempo era más, que la alegría imponente de aquellos años de mayor resplandor, la adolescente pensó que la música más tristes no hacían comparación a lo que veía sus ojos, ni la lírica más triste y decadente expresaba lo que contemplaba sus ojos, era la gran decadencia de una cuidad que perdió la esencia de los años de oro de la ciudad esas bellas praderas con su pasto que rodeaban gran parte de la ciudad ha sido reemplazada por cemento y esos árboles, coníferas y arbustos fue barrida de la geografía de la ciudad; transformándose en cemento y edificios vacios sin valor, Alejandra sintió la extraña decepción y ese peculiar anhelo en ruinas con su pensamiento en blanco y sin claridad, el vago recuerdo que tenía de la ciudad se derrumbó por cada calle que veía, con sus faroles de luz daban la sensación de seguir de día a la noche.
Editado: 22.10.2021