- Marcos, tus amigos te están buscando. -Me dijo mi mamá.
- Oh no…- Me miré y traía puesto el uniforme. – No fui a la escuela, me van a matar.
- Marcos, vengo de la escuela, se suspendieron las clases el resto de la semana.
- ¿Ah sí?
- Sí, me avisaron ayer, hubo una reunión en escuela para ver que vamos a hacer con la seguridad.
- ¿Ah sí?
- Sí, ya sabes, los padres a veces exageramos, ya levántate, ve saludar a tus amigos. – Agarró mi ropa sucia y se fue del cuarto.
Me puse un pantalón y una playera pues no tenía nada más, bajé las escaleras, mi padre estaba viendo la televisión como siempre, mis hermanas peleando, en resumen, todo normal, abrí la puerta y salí a saludar.
- ¿Qué pasó?
- ¿Qué?, habíamos quedado de ir al bosque para hacer nuestra exposición de la contaminación. -Dijo Pablo.
- Si, prepara tu mochila porque nos vamos a perder. – Dijo Antonio.
- Bueno, esperen un momento.
Regresé a casa, tomé mi mochila, una libreta y un lápiz.
- Mamá vuelvo más tarde.
- ¿Y como piensan organizar la exposición? – Pregunté mientras íbamos caminado hacia el bosque.
- Bueno, si pudieron observar las demás exposiciones, lo más sobresaliente fue que llevaron cosas de su tema, alguien hablo de las frutas y llevo naranjas, ya saben. – Dijo Pablo.
- Aja, ¿Entonces llevamos tierra? – Dijo Nicolás, mientras se reía con la risa molesta que lo caracteriza.
- Jajaja, no, pero si llevaremos algo de basura que encontremos. – Dijo Pablo.
- ¿Y que saben de José? – Pregunté.
- ¿En verdad creías que iba a venir? – Me preguntó Alberto sarcásticamente, y en realidad era cierto, José no iba a venir a estudiar con nosotros.
- ¿Y que dijeron en la reunión de padres? – Les pregunté.
- Nada interesante en realidad. – Dijo Antonio.
- ¿Fuiste a la reunión? – Le pregunté.
- Sí, fui con mi mamá, solo dijeron que iban a entregar boletas el jueves dentro de tres semanas, así que estás semanas los profesores estarán calificando lo pendiente.
- Menos mal, debo de hacer varios trabajos de Español. – Dije.
- Al igual que yo. – Dijo Nicolás.
- Sí, pero debemos concentrarnos en la exposición, solo tenemos esta vez para exponer. – Dijo Pablo.
- Hablando de eso, ¿Hasta donde vamos a ir? – Preguntó David.
- Estamos cerca, por aquí hay un río donde se acumula mucha basura. – Dijo Alberto.
- No creo que haya mucha basura, no ha llovido. – Dijo Pablo.
- Siempre hay, eso tenlo por seguro. – Le respondió Alberto.
- ¿Y por qué lo dices? – Le pregunté.
- Siempre vengo con mi papá y sigan que llegaremos tarde para comer. – Dijo Alberto.
Continuamos por unos cuantos metros hasta que encontramos el dichoso río, que era algo ridículo, apenas era una simple corriente de agua y no había nada de basura.
- Esto es ridículo. – Claramente le dije yo.
- Emm, se supone que siempre hay basura. – Dijo Alberto.
- Bueno, eso ya da igual, ¿Qué haremos ahora? – Preguntó Antonio.
- Podríamos buscar basura de un bote y ya… - Dijo Pablo.
- No, la basura es diferente cuando esta en la naturaleza. – Dijo Alberto.
- ¿Y sí vemos hasta donde termina el río?, seguramente ahí hay basura. – Les dije.
- Es una buena idea. – Dijo Pablo.
- Bueno entonces vamos. – Dijo Alberto.
Seguimos caminado por el bosque por un largo rato hasta que llegamos a un tipo de cueva donde el río terminaba adentrándose.
- Bueno…, ustedes sigan. – Dijo David.
- ¿De verdad ninguno trajo un maldito bote de agua? – Dijo Nicolás. – Oh…, bueno, como dijo el gordo, ustedes sigan.
- Yo opino que Alberto debe de ir. - Dijo Antonio mientras le daba un pequeño empujón.
- Saben, yo no tengo un problema si repruebo. – Dijo Alberto, lo peor es que era cierto.
- Bueno, yo voy. – Dijo Pablo. – ¿Te animas Marcos?
- Emmm, no lo sé. – Le dije.
- Además, recuerda que si no hubiera sido por ti no estaríamos aquí. – El maldito tenía razón, suspire largamente y acepte.
- Vamos.
Bajamos siguiendo la pequeña corriente de agua que aún quedaba.
- Sabes, en un momento vamos a necesitar iluminar. – Le dije, mientras nos adentrábamos más a la cueva.
- No te preocupes, solo necesitamos toquetear un poco el suelo y llevarnos la basura que haya.
Seguimos recorriendo la cueva estando agachados de una forma extraña para ver si recogíamos algo de basura.
- Sabes, esto es asqueroso. – Dijo Pablo.
- Ni lo digas, no volveré a proponer otro tema en la vida.
- ¿Qué crees que le haya pasado al río?
- Tal vez siempre estuvo sucio, alguien lo limpio y dejo que corriera mejor el agua. – Le dije.
Editado: 30.01.2019