Estos días han sido agotadores, tengo mucho trabajo encima. No contento con eso, Marco quiere que haga su trabajo.
Después de ese día, no he vuelto a ver a Nick. Le pregunté a la mañana siguiente si recordaba algo y me dijo que no, sentí una extraña sensación, pero ignorando eso creo que así es mejor.
Esta muy distante, pocas veces lo veo, solo cuando va a ver a Noah, creo que me está evitando. Y si recuerda lo que paso esa noche y esta avergonzado.
Salgo de mis pensamientos cuando escucho que tocan la puerta de mi oficina y de ella entra la secretaria del jefe.
—Karen, el señor Miller te solicita en su oficina— dice con la sonrisa que la caracteriza a ella y sale.
Frunzo el ceño ¿qué querrá ahora? no hace muchos días vino a mi oficina a preguntar por unos planos que ya entregué, me pareció muy ridícula su excusa. Se hizo el desentendido.
Comenzó a hablar de cosas triviales yo solo escuchaba analizando la situación. Es muy raro verlo tan relajado un hombre que cuando lo conocí juraría que quería sacarme los ojos con las cucharas de helados mientras ríe siniestramente.
Me pongo de pie y salgo de camino a su oficina evitando encontrarme con Marco, suele ser muy insistente.
Llego a la oficina, toco dos veces y escucho un *pase* del otro lado.
Lo veo sentado en su silla giratoria, cuando me ve sonríe y se levanta de su asiento ajustándose el traje. Le quedo muy, pero muy bien diría yo. Carraspeo.
—me mando a llamar señor—digo seria.
—por favor deja de llamarme así, sabes mi nombre perfectamente —dice poniéndose al frente mío. Doy un paso atrás por su cercanía.
—usted es mi jefe—digo, le doy gracias a los dioses por no mostrar nerviosismo.
—entonces, si vuelves a llamarme "señor" olvídate de tu trabajo— dice cerca de mi oído. Trago duro.
— si señor... — digo y el alza una ceja— Liam —digo mordiéndome el labio. Sonríe conforme.
— ¿estas ocupada este fin de semana? —dice. Arrugo el entrecejo.
— ¿a qué viene esa pregunta?
—tengamos una cita— dice de lo más simple con una sonrisa que podría decir que irradiaba todo el lugar. yo por mi parte, si tuviera tomando algo lo hubiera escupido todo, sin lugar a dudas.
—yo... — comienzo a tartamudear —yo estaré ocupada— su cara parece desencajarse. Se ve muy sorprendido por mi negativa.
—¿qué? — pregunto incrédulo.
—tengo planeado salir con mi hijo a un nuevo museo— digo.
Noah se encuentra muy emocionado cuando escucho sobre este, me insistió mucho para ir y ya le dije que sí. Me pregunto si podría ir Nick le dije solo si él quería, lo llamo y el acepto.
— puede irse— dice sin más volteándose.
No digo nada más y salgo de su oficina. voy a la mía recojo mis cosas y me encamino a la primera planta.
...
Hablábamos y reíamos cuando venimos en auto. Llevamos a Noah a el nuevo museo. Estaba muy emocionado de todo.
Ya estamos de regreso a casa. Cuando bajo del auto veo a la señora Anderson muy enfurecida viniendo hacia mi dirección antes de que podría decir algo. Siento como mi cara arde de la bofetada que me propino la señora Anderson. La miro como si se hubiera vuelto loca.
— ¡maldita perra desgraciada!, ¡¿cómo te atreves?! — me jala del pelo y me tira al suelo— ser repugnante— dice señalándome —te di tiempo, trate de entenderte, sé que mi sobrino no es el mejor, por eso no te dije nada ni te reclame, ahora vienes y sales en una puta portada con un hombre que no es mi sobrino en un HOTEL —la miro horrorizada. ¿De qué coño está hablando esta mujer?
—pero ¡¿qué diablos le pasa?! — grita Nick llegando donde estoy, y me toma de la mano ayudándome a parar— ¿te hizo mucho daño? —dice Nick viéndome de arriba hacia abajo y viceversa, tomando mi cara con sus manos. Se le ve preocupado y furioso a la vez.
Deja de mirarme y mira a la señora Anderson como si pensara en las mil formas en la que podría matarla. Se ve asustada, pero lo disimula. Veo a Noah y está en el carro tapándose los oídos en posición fetal en el asiento trasero.
—joven Nicolás le recomiendo que se aleja de esta zorra caza fortuna, ya que ve que tiene dinero no lo soltara, créame conozco a las mujeres de esa clase —dice la señora Anderson mirándome con odio y repulsión.
—y a usted quien le pidió su opinión vieja metiche— dice Nick —más le vale que permanezca en sus asuntos y deje de meterse en la vida ajena —dije Nick acercándose peligrosamente a la señora y esta retrocede. Lo tomo del brazo, me preocupa lo que está pasando a hora mismo en la mente de Nick —discúlpese— dije Nick con voz ronca que da miedo y escalofrío.
— ¿q....qué? —dice desconcertada la señora Anderson.
— ¡discúlpese ahora! — dice Nick haciendo que me sobresalte en mi lugar y a la señora Anderson quien lo disimula con cara de superioridad. Se gira, pero antes de que se valla tira una revista al suelo cayendo a mis pies. Miro esta desconcertada.
—mira lo que te ha hecho esa vieja de mierda—dice con furia levantando mi mentón para tocar la zona del golpe. Hago una mueca de dolor. Esa señora tiene un buen golpe.
—no es nada— alejo su mano de mi cara, me bajo y tomo la revista.
En la portada se encuentra el señor Miller conmigo entrando a un hotel, él recostado de mí. Abro los ojos de par en par sin poder creer lo que estoy viendo. Nick ve mi reacción y toma la revista de mis manos. Tensa la mandíbula.
Se ha visto a altas horas de la noche, al millonario empresario Liam Miller en su hotel con una atractiva joven.
Lo que nos sorprende más es en el estado en el que andaban, se encontraban muy ebrios.
También se dice que el joven millonario Liam Miller y esta joven cuyo nombre se desconoce aún, trabajan en el mismo lugar.