Después de volver de con Jimmy, los chicos estaban sentados en la mesa, menos Frank debido a su borrachera de anoche, coloqué las cosas en la mesa y miré a Jess. —Buenos días, Jess. ¿Cómo amaneciste? —Le mostré una sonrisa por lo que ella se ve sorprendida por mi saludo.
Ella frunce el ceño. —Bien y ¿tú? —Se ríe. —Como que te siento un brillo diferente en el rostro.
Me reí. —Para nada, amanecí un poco adolorido. —Solté una pequeña risa, mientras que Mery y Robert se ríen, entendiendo mis palabras. —Pero nada de qué preocuparse.
—¿Cómo no vas a amanecer adolorido si dormiste en el suelo? —Pregunta ilógico, Jimmy.
Joanne estaba recargada en el marco de la puerta de su habitación. —Jackson, ¿puedes venir? —Me pregunta y asentí. Me acerqué un poco y ella entra a la habitación, y la sigo.
—¿Qué sucede? —Mencioné y ella sube una caja forrada en la cama.
Una sonrisa está en sus labios, su cabello mojado me hace saber que se ha bañado. —Quiero ser la primera en darte mi regalo. —Dice y me veo confundido, mientras una sonrisa aparece en mis labios.
—Cielo, no debiste comprarme nada. —Susurro. —Siento que ya has gastado mucho en mí. —Le menciono. —Sabes que con lo de anoche era suficiente y mucho más de lo que merezco. —Le digo sincero y niega.
—No digas eso. —Me dice y toma mi mano. —Realmente quise que…supieras lo que significas para mí y…confirmar lo que tu padre decía. —Dice riéndose y la acompaño, ella se refería a esas veces que mi padre se llenaba la boca en decir que era un…loco el la maldita cama, como si fuera lo más importante. Consiguió sonrojarme y ella se ríe. —Anda, ábrelo. —Me pide y apenado comienzo a desenvolverlo.
Un oso de peluche de por lo menos unos cincuenta centímetros está dentro, sonreí y lo saqué. —Es realmente hermoso. —Dije sentándome en la cama y ella me acompaña. —Gracias. —Le digo y lo huelo. —Huele a ti, a sí los días que no estemos juntos podré sentir que estás conmigo. —Le dije y ella sonríe.
—Es muy lindo lo que dices. —Me dices. —Pero en realidad, lo que quiero que sientas es…—Se contiene. —¿Porqué no presionas su pecho? —Me dice y me veo extrañado.
Lo presiono y enseguida una voz reconocida sale, haciéndome un nudo en la garganta y que todo dentro de mí se vuelva nostálgico, pero sobre todo con una sonrisa al volver a escuchar esa voz.
“Hola, Jackson, saluda a la cámara cielo ¿Puedes decir cuántos años cumples hoy?” —Emití una sonrisa, recordando esa cinta, en mi cumpleaños número 4. — “Te amo, hijo…gracias por venir a mi vida a alegrarla, sé que cuando veas esta cinta tendrás más edad, —Los ojos se me cristalizan y me siento bendecido. —sólo quiero hacerte saber, que eres lo que más amo de este mundo y que estoy muy orgullosa de ti, sé que serás un hombre de bien y con principios, te amo Edward.” —Dice, todas esas palabras me veían al corazón, esa cinta la había grabado mi madre cuando cumplí cuatro, ella solía grabarme en mis cumpleaños y decir algunas palabras al final para mí.
Miré a Joanne, quien estaba observándome, emití una sonrisa. —En verdad muchas gracias. —Susurré con alegría de haberla escuchado. —Esto es…maravilloso y lo más grande que alguien ha hecho por mí. —Dije y la abracé. —No sabes cuanto te amo. —Dije y entonces me di cuenta lo que había dicho.
Me separé y miré su rostro, una sonrisa estaba en la suya. —También te amo, Jackson. —Dice acariciando mi mejilla. —Feliz cumpleaños, cielo. —Me die y una sonrisa aparece en mis labios. —Vamos con los chicos. —Asentí y nos levantamos de la cama, Mery llega a la habitación.
—Disculpen, sólo vengo por la cámara de Robert, está por salir Frank de su habitación y queremos grabarlo. —Se ríe.
—No te preocupes, ya íbamos al comedor. —Le dije.
Ella entra y comienza a buscarla. —No creo que la encuentres aquí, anoche estaba en la cama de la otra habitación. —Dice Joanne.
—Vaya, tienes razón. —Dice. —Gracias. —Está por salir y Joanne vuelve a hablar.
—Mery, espera. —La detiene, y la mira.
—¿Qué sucede? —Pregunta.
—Es que yo…—Se ve en problemas. —Oh, mierda…quiero que sepas que…le sucedió algo a tu lencería nueva. —Menciona y extiende la prenda destrozada, mientras está muy apenada.
Siento como mis mejillas se tiñen y tosí. —¡Mierda, Jackson! ¡¿Qué sucede contigo, chico?! —Se ríe y toma la prenda.
Cubrí mi rostro apenado y ella se ríe.
—¿Si sabes que la lencería se quita por arriba y no rompiéndola? —Dice y sobo mi nuca en pena.
—Mierda, yo lo lamento. —Dije apenado, Joanne estaba disfrutándolo mucho. Mery se ríe y Robert llega riendo.
—Mery ¿y la cámara, cielo? ¡Ya se levantó! —Dice riéndose y mira la prenda. —¡Mierda, Jackson… ¿Qué sucede contigo?! —Se carcajea.
—¡No puede ser, ahora todos sabían de esa maldita prenda! —Exclamé apenado y se empiezan a reír.
—Iré por la cámara. —Dice Mery, saliendo de la recamara.
Robert siguió burlándose. —¿Si sabes que es paso a paso y no como un animal? —Le dice y yo cubro mi rostro, mientras que ellos se seguían riendo de mí. Mery aparece y nos hace señas de que salgamos.