CAPÍTULO 35
JUNTOS EN SU PRIMERA VIDA, Y HOY LOS DOS DUERME UNO JUNTO AL OTRO EN ESTE LECHO DE TIERRA.
Rous: si… después de tu muerte, fui señala como la culpable, mis padres me desterraron y divague sola por varios meses, durmiendo en cuevas comiendo lo que encontraba, no morí de milagro, hasta que di a luz a tu hijo en ese rio yo sola, pensé que moriría de tanto dolor… él fue mi compañía por meses hasta que encontré a un hombre mayor que yo; que ya había tenido mujer pero nunca hijos, él me recogió a mí y a nuestro hijo (Sebastián camina de un lado al otro), le dio su apellido , lo enseño hacer un gran hombre, a cazar, a pescar y a defenderse. Y nos brindó seguridad, un apellido y un amor inmenso, un amor tan grande y profundo… nunca escucho las voces de las demás personas que reconocían que mi hijo no era hijo de el, y jamás pregunto el origen de mi bebe, jamás reprocho mis llantos por la noche, no forzó mi amor, espero hasta que decidí responde a sus palabras y caricias, hasta que sane mis heridas de alma, y me entrega a el en cuerpo y alma. Y decidí formar un hogar, una familia con él, nuestro hijo nunca sospecho que el no era su padre.
Sebastián: ¿Qué fue del? . ¿Qué fue de mi hijo? (la toma de los hombros totalmente emocionado).
Rous: no recuerdo exactamente, solo recuerdo partes, verlo caminar, reír…
Sebastián: o por dios fui padre. ¿habrá rencarnado?
Rous: de hecho, si a rencarnado varias veces cerca de mí, (se abraza ella misma) varias vidas hemos pasado juntos, hemos tratado los dos estar cerca uno del otro y los dos cerca de ti.
Sebastián: enserio, si lo vez lo reconocerás (se coloca frente a ella).
Rous: creo que sí.
Sebastián: pues lo buscaremos por todo el mundo.
Rous: no es necesario, yo sé exactamente donde esta.
Sebastián: ¿dónde?
Rous: aquí
Sebastián: en la base… ¿es un soldado? dame su nombre y lo pondré a salvo.
Rous: el ya no corre peligro… su cuerpo ya se encuentra enterrado frente a ti
Sebastián: ¡como dices! (la toma de los hombros)
Rous: fue un hombre que dio la vida por su madre sin saberlo, (empieza a llorar) un hombre que le gustaba bailar, que le gusta vestir bien, era muy elegante con unos hermosos ojos azules y que siempre estuvo a lado de su padre sin saberlo. Era un hombre muy simpático cariñoso, guapo, desinteresado, con hermoso cabello rubio, Y la que alguna vez fue su abuela le dio muerte
Sebastián: ¡Antón! (mira la cruz de la tumba que esta frente a él).
Rous: si
Sebastián: ¿él era nuestro hijo?
Rous: si
Sebastián no puede procesar la noticia, solo mirar al cielo sin decir una sola palabra
Sebastián: ¿estas segura?
Rous: si, por eso él siempre me apoyo cuando fuimos amantes, y siempre estuvo contigo para ayúdate a buscarme, porque el en el fondo quiere estar con sus padres que somos tú y yo.
Sebastián: por eso siempre me apoyo (una lagrima rueda por su mejilla)
Rous: si (lo m ira a los ojos)
Sebastián abraza fuertemente a Rous y llora junto a ella.
Rous: frente a ti ya se encuentra el cuerpo de tu único hijo, y junto a el se encuentra el cuerpo del hombre que el siempre creyó era su padre.
Sebastián: ¿Cómo dices? (da un paso atrás).
Rous: Alain fue hace muchos miles de años, ese hombre que al verme sola en las montañas padeciendo frio y hambre, medio techo y comida a cambio de muy poco. Juntos en su primera vida, y hoy los dos duerme uno junto al otro en este lecho de tierra.
Sebastián: ¿él fue el hombre que crio a nuestro hijo?
Rous: si, el era un hombre sin suerte con las mujeres (se acerca a la tumba y acaricia la cruz), tubo vario mujeres, pero nunca pudo preñara una, hasta que me vio a mi sola con mi hijo en manos, que era muy parecido a el, así que me ofreció su ayuda a cambio de que me volviera su mujer y yo acepte. Fue un gran padre para nuestro hijo, (Sebastián se inca junto a ella), le enseño el oficio de la caza, lo forjo con principios y amor… siempre lo llamo padre hasta el día que el murió.
Sebastián: ¿por eso ese gran amor hacia a ti?
Rous: si … el me amo y me ha amado toda si existencia
Sebastián: lo siento no sabía nada, solo sabía que los dos eran almas viejas y siempre a tu alrededor.
Rous: No tenías por qué saberlo.
Se quedaron callados por varios minutos solo viendo las tumbas frente a ellos.
Sebastián: has deber pasado tiempos muy difíciles
Rous: un poco… pero estos dos hombres que vez aquí fueron parte importante para que yo no me quitara la vida
Sebastián se acerca a la tumba de Antón y besa la cruz y boleta a ver a Rous que con lágrimas en los ojos. Ponen más flores en las tumbas de los dos. La toma de la mano y le quita un poco de flores y le ayuda decorar las tumbas.
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Editado: 23.03.2023