El maremoto parece afectar a toda la ciudad, al momento de llegar a casa consultamos las noticias en vivo para ver la situación. No hay explicación científica de porque ocurrió este fenómeno natural.
—Sabes algo — dice Kas.
—Lo único que sé es que no sé nada
—Deja de ser un profeta y dinos que hacías — replica Kas.
—Estaba investigando
—Es hora de que escupas todo — dice Tania.
Mis amigos deben de escuchar las investigaciones que realice como tal y que tal vez esto que ocurrió al pueblo puede estar relacionado.
—Escuchen lo siguiente, he estado averiguando de lo que es posiblemente una de las organizaciones más grandes que hemos visto y que ha permanecido oculto por muchos años — digo con mucha convicción.
—De que hablas
—Estoy hablando de la “Sociedad Subterránea” — digo con tono dramático.
—¿Qué es la sociedad subterránea?
—Una muy antigua y ha permanecido oculta a lo largo de los años.
—Crees que esto es parte de lo que ocurrió.
—Sí.
Después de esos mis amigos tienen un momento de escépticos y lo mejor que pueden hacer es creerme. Nos vamos a dormir tranquilamente sabiendo que no tendremos tantas dificultades.
Al día siguiente me levanto de mi cama para servirme un clásico jugo de naranja con un pan de mantequilla, me gusta por el hecho de que aquí la comida es muy orgánica y más saludable. Salgo al patio y veo a los muchachos haciendo ejercicio; sentadillas, un poco de boxeo, mientras ellos se encuentran en las actividades naturales, me acerco a la orilla y veo que todos en el pueblo ayudan a limpiar el desastre que dejo el maremoto.
En ese momento recibo un mensaje de texto de un número desconocido. “Deja de investigar” como si fuera suficiente el hecho de que no hay que aguantar bromas de las personas que envían estas cosas.
Knock Knock
—Tocan, voy yo
Al abrir la puerta puedo sentir un golpe en mi pecho que me lleva a chocar con la pared.
—¡Intrusos! — grito.
Activo mi traje y lanzo cartas de electricidad, los intrusos logran desintegrarlos. Los muchachos me apoyan con varios lanzamientos de discos explosivos, lo primero que hago es levantarme y correr a la ventana más cercana para ir por las calles del pueblo.
—Separen y nos vemos en el punto norte— digo por el comunicador.
Veo dos sujetos persiguiéndome, lo mejor que puedo hacer es correr a las orillas de las calles que dan cerca de un risco en dónde hay piedras, así en cualquier momento podría caer yo o ellos.
Siento como en mi espalda un gancho se clava para luego ser impulsado por una fuerza que hace caer, tomo el pedazo de cuerda y jalo con la mayor fuerza posible, pero al parecer los sujetos siguen lanzándome más ganchos y arrastrándome por el suelo.
Me trato de parar y ponerme duro como una roca para evitar que me tomen por sorpresa, en ese momento siento un toque que me hace perder el conocimiento.