Los corazones negros 3- La Sociedad Subterránea

Capítulo 21: Houston tenemos problemas

Leo sigue enfrentándome con toda sus fuerzas, mientras yo me defiendo como puedo. Lanzando varias cartas eléctricas y explosivas es imposible detenerlo y tomando en cuenta de que se ha vuelto rápido y más precisos con sus golpes.

 

De su mando derecho sale una cadena que me captura e inmoviliza para poder seguir atacando y deteniéndome. Me jala hacia él para que me vea a los ojos. 

 

—Tantos años esperando esto — dice mientras saca una naja de su antebrazo izquierdo.

 

Escucho el ruido de una explosión ensordecedor, los chicos vienen por mí.

—Eres un tonto por enfrentarlo solo — dice Hanna.

 

El pilar sigue su curso y dirección. Las armas de energía del núcleo de la tierra están listos. Leo se levanta y comienza a lanzarnos dagas. 

 

—Encárguense del pilar. Hanna y yo lo detendremos — digo.

 

Hanna saca su báculo y yo mi espada para enfrentarlo. Leo lanza varias cartas que logro destruir con mi afilada espada, mientras que Hanna lanza varios dardos que logran debilitarlo lentamente, pero ninguno cae en su cuerpo. 

 

Lanzo otras cartas de humo, para poder darle un golpe en el abdomen, pero en el momento justo toma mi antebrazo y me arroja. Hanna utiliza sus guantes de absorción para utilizar el material del pilar y tratar de noquearlo. Cada golpe lo desgasta a ella, así que lo mejor que puedo hacer es saltar y tratar de atacar a Leo por la espalda. 

 

Utilizo una jugada que puede ganarnos tiempo, tomo una de sus cadenas y lanzo un extremo al cuello de Leo y el otro en las cercanías del pilar. Si mis cálculos no me fallan, eso hará que él se queme con el propulsor. Hanna está a punto de peder el encuentro, así que jalo la cadena y lo lanzo a la parte final del pilar para que caiga en el propulsor. 

 

El pilar comienza a sacar nuevos artefactos en su cuerpo, al parecer son alerones que le darán más impulsos o tratarán de romper la superficie atmosférica. 

 

—¿Cómo va el proceso? 

— El pilar tiene una estructura muy sólida y el arma logra derretirlo pero muy lentamente— dice Kaz.

—No hay forma de acelerar el proceso.

—La única forma sería con una combustión fuerte, pero ni siquiera un ataque nuclear lo detendría— dice Kaz. 

—¿Qué es eso? — dice Hanna.

 

Dentro de las nubes me doy cuenta de que hay varias naves que parecen custodiar el pilar. Una de ellas se acerca y aparece un sujeto con un traje oscuro y también con forma de un psíquico. Podemos ver como flotan varias esferas al rededor de él y también que posee un collar.

—Los miembros de los corazones rojos no serán para mí un obstáculo — dice Deimoss.

—Pues lo seremos — digo mientras me coloco en posición de ataque.

—Si fuera tú bajaría el arma, porque voy a derrotarlos uno por uno — dice. 

— Te enfrentaremos hasta dónde podamos y con la frente en alto — dice Hanna.

 

El equipo y yo hacemos un círculo al rededor para ver como nos sorprende, somos mayoría y aun así tengo miedo de que podamos perder esta batalla. 

 

Me lanzo primero para atacarlo, él logra desviarse mientras Hanna lanza varias cartas que él logra detener; una de las esferas nos golpea y arroja lejos. Kaz lanza varios ataques, pero este es detenido y también veo que lo impulsa con un gentil golpe. Tania lanza varios disparos láser, pero este los absorbe para unir sus puños y luego crear una explosión. 

 

Me impulso para enfrentarlo, pero al tratar de dañarlo me percato que tiene varios brazos mecánicos que lo protegen como si fuera un escorpión. Lanzo una granada de humo, pero este luego lo usa en mi contra para despistarme y golpearme con sus seis brazos. Tomo uno de ellos y luego trato de cortarlo, pero una de las bolas me lastima.  

 

Hanna trata de atacarlo con su báculo, pero este logra detenerlos y quebrarlo en dos partes mientras la patea. Kaz lanza varias cartas de luces segadoras, pero este logra absorberla y convertirlo en una explosión que lo lanza a la punta del pilar.

 

Es muy fuerte para que lo enfrentemos nosotros cuatro, pero debemos intentarlo. Activo el exoesqueleto para poder enfrentarlo. Me acerco lentamente con mi vara partida en dos para lastimarlo, pero él simplemente me voltea con un puño y me golpea en la mandíbula. 

 

Tania trata de atarlo con cadenas, pero luego de ello Deimos las toma y las quema para destruirlas.

 

—Déjenme de fastidiar— dice Deimos.

 

En ese momento une sus puños y genera una explosión que nos lleva a la punta del pilar. 

 

—Es muy fuerte— dice Hanna. 

—Sí, no sé cómo pararlo — digo.

—Estamos muy débiles — dice Kaz.

—Ataque simultáneo, como en los entrenamientos — digo.

—Uno de nosotros podemos atacarlo, pero otro puede que pierda la vida — dice Hanna.

Los riesgos que tenemos que correr para ser héroes.




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