Los corazones negros

Capítulo 12: Identidad diamante

—Señor ministro creo que no he comprendido la magnitud de su decisión. Hanna será parte de nosotros— digo.

—Sí, Alex, ella formara parte de los corazones. Felicidades jovencitas. — dice mientras Hanna pone su cara de felicidad.

El ministro se retira y lo único que se me ocurre decirle es que: VIEJO CULERO, PORQUE LA AGREGA A NUESTRO EQUIPO, NO SABE QUE YA SOMOS SUFICIENTE CON TRES PERSONAS, NO LE BASTA LA RESPONSABILIDAD QUE CARGO. PUTA MADRE NO CHINGUE, RENUNCIO. Obviamente en mi mente, no se lo iba a decir por defraudar a Gálata.

—Bien, cual será mi arma, aditamento, instrumento de pelea— dice Hanna.

—No sé de qué hablas, niña— digo.

—No te hagas el que no sabe. Es obvio cada uno maneja un arma acorde a su personalidad y también un conjunto de cartas para ayudarse en las peleas y sin mencionar las armas de alto calibre para hacer unas masacres exorbitantes contra los corazones negros— dice.

—Escucha, no sé qué tan capaz seas de manejar un arma de alto calibre o las cartas, pero puedes usar el arco y flecha que nadie quiso— digo.

Hanna es escoltada por guardias al vehículo del ministerio para ser informada de sus derechos y deberes y aún sigo sin creer que demonios estoy haciendo y que pasara con nosotros, tengo que seguir buscando información de Gael y sobre el o la misteriosa persona conocida como "el diamante rojo".

De camino a clases me encuentro a Gálata y decido llevarla en mi carro para comer algo y luego llevarla a casa, hace mucho que no paso tiempo con ella, me refiero a hablar y compartir nuestro día a día, rayos sin duda alguna la quiero de una forma extraña.

Pasamos por un Taco Bell, ella pide tres chalupas y yo una orden de nachos y un burrito cinco capas, hablamos sobre las cosas típicas de nuestra vida: estudios, amigos, problemas de familia, problemas con el novio y cuando toca ese tema es momento de hacer mi jugada estúpida.

—¿Qué pasa con Gael? — pregunto.

—¿Por qué quieres saber? — dice tiernamente.

—No confió en ese tipo— digo algo enojado.

—No tienes por qué dudar de él o sentir desconfianza— justifica.

—Yo te he cuidado en este tiempo y resulta que este tipo aparece de la nada y te comienza a pretender— digo.

—Él es una buena persona y tiene muy buenas intenciones conmigo— defiende.

—¿Y si es un corazón negro? No lo has pensado. Solo piensas en tu amor de secundaria— digo enojado.

—Disculpa solo porque tenga guardaespaldas cuidándome no significa que tenga que estar sola sentimentalmente y a ti que te importa. Nunca te preocupas por mí— dice.

—Pues, como tu guardaespaldas debo cuidarte y quiero que abras los ojos que no todos los tipos que conozca te quieren sentimental. Quizás solo te desean sexualmente, ¿Por qué no lo piensas? — digo.

Gal se levanta de la mesa para darme una cachetada y tirarme el vaso con Pepsi en la cabeza y para rematar los nachos en la cabeza. Se va furiosa del restaurante y la verdad siento que me pase de la raya y sigo sin entender porque tengo celos por ella, es mi amiga, es solo una persona que la cuido no tengo ni idea de porque siento esto por ella y no quiero decírselo.

Cuando llego a casa, llamo a Marlon para que me informa de Gal no me gusta dejarla sola pero no me va a responder la llamada. Me tomo un baño para quitarme la carne molida, frijoles, crema, guacamole y trozos de nachos y pensar en cómo disculparme con Gal.

Algo extraño me ocurrió ese día, escuche que alguien lanza piedras a mi ventana, me pongo unos bóxeres para que no me vean el pene o si no se puede espantar o emocionar (al fin hace algo bueno el escritor darme un miembro viril de ahuevo (: D) (Like a boss) veo que es una persona con una capucha negra y símbolos de cartas del póker puede ser un aliado o un enemigo. Así que bajo con todo y mi armamento y también un sudadero porque debe a ver mucho frío afuera y es invierno.

Cuando salgo veo que la persona me dirige al parque de mi colonia, trato de alistar un par de cartas por cualquier ataque sorpresa de los corazones negros.

—¿Por qué arrojas piedras a mi ventana? —

—Necesitamos que vengas con nosotros Alex—

—¿Quiénes? —

—Tranquilo, no te emociones. Somos tus amigos. —

—No soy amigo de los corazones negros— digo mientras saco mi espada y un par de cartas.

—No te preocupes no somos lo que crees que somos, apuesto que reconoces esta carta—

Observo una reina de diamantes. Puede ser la misteriosa persona, pero algo comienza a causar un poco de sueño y después queda todo oscuro.

3 horas después.

—Bienvenido a la sociedad Alex— dice una voz.

—¿Qué hago aquí? — digo.

—Realizarás un par de pruebas para ver si tus amigos y tú son dignos de pertenecer a nuestro grupo—

—No quiero ser un corazón negro—

—No somos esa sociedad que le fallamos a nuestros hermanos y ancestros. Te recomiendo que calles la boca porque pelearas con uno de nuestros miembros más valiosos—



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En el texto hay: problemas, peleas, asesinos

Editado: 14.03.2018

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