Los demonios de Pangea

Capítulo 13

Estaba caminando, mis pies descalzos llenos de tierra húmeda, estaba en un bosque, no sabía que hacía allí exactamente así que solo seguí caminando.

— ¿hola? ¿Hay alguien ? ¿Donde estoy? — grite con la esperanza de que alguien me escuchara y me ayudara.

Los árboles no tenían hojas, parecían muertos, secos, tristes, la noche lo consumía todo y no había luna o estrellas en el cielo, pero, por alguna razón, podía ver claramente en la oscuridad.

— carmen, "Venit hic" — susurro una voz a lo lejos "ven aqui".

Camine hacia la voz, era escalofriante pero a su vez hipnotizante, el tipo de voz que te obliga a seguirla, que te seduce.

— "Mater tua necessitatibus te" — de nuevo aquella voz " tu madre te necesita".

¿Como es que podía entenderle? Estaba hablando en otra lengua estaba segura, pero mi mente y mi corazón me obligaban a seguirla aún cuando mis instintos me gritaban que diera vuelta y corriera de allí.

—¿ mi madre? Mi madre murio— hable, más para mi misma.

— "Verum mater necessitatibus te"— "tu verdadera madre de te necesita".

Continúe caminando, los árboles empezaron a desaparecer, la tierra empezó a secarse bajo mis pies, y solo pude ver un agujero enorme en la tierra, desprendiendo una hipnotizante luz roja desde el interior, tenía que ir, ver que había allí, estaba llamándome, cada célula de mi cuerpo rogaba por llegar a ella, la necesitaba, la ansiaba , ella me estaba llamando, y yo iría por ella sin importar nada.

— "Venit hic" — su voz era más fuerte esta vez, reclamando mi presencia.

—¿ quien eres? — dije mientras me acercaba al agujero.

— "Tua mater, dea vestra, vestrum Creatorem" — "tu madre, tu diosa, tu creadora" su voz retumbaba en mi mente, en mis oídos, podía sentirla, mi piel se erizaba y pude ver por el agujero.

Un hoyo enorme como las puertas del mismísimo infierno, tan rojo como la sangre, tan infinito, imposible de ver a donde llegaba, tan deslumbrante, tan increíble y escalofriante al mismo tiempo, pero tan reconfortante, se sentía como al llegar a casa, a tu hogar, a donde perteneces, una sensación de gratitud me invadió y cai de rodillas con lágrimas en los ojos.

—Mater, ego sum hic et serviemus tibi— mi voz se tornó oscura, mis ojos volviéndose negros, mis garras y dientes saliendo a relucir " madre, estoy para servirle".

— Esurientes, ego sum valde esurientes— "hambre, tengo mucha hambre", resonó por todo el lugar, entonces supe donde estaba.

Pangea, el planeta de los demonios, esos responsables de arruinarme la vida, los responsables de casi matar a mi hermano y de la muerte de mis padres, parpadee fuerte, tome mi cabeza, mi y grite con todas mis fuerzas.

— ¡¡ JAMAS TE AYUDARE, MUERETE PERRA!! — el lugar comenzó a temblar, el agujero en la tierra liberó un estruendo increíblemente fuerte.

A Ella no le agradó que la desafiará, dos garras gigantes salieron del agujero, tan negras como una noche sin estrellas, impulsando se hacia afuera del agujero, una enorme figura, del tamaño de un edificio emanaba de la tierra ante la incredulidad de mis ojos.

—¡¡ DESPIERTA YA!! — un grito seguido de una sacudida del auto me trajo de vuelta a la realidad, era Mateo.

Mire a todos lados, seguía en el auto, todo fue un sueño, pero parecía tan real, respire agitada unos minutos mientras obligaba a mi corazón a calmarse, Mateo me veía preocupado, y alternaba la vista de mis manos a mi rostro.

— carmen, tus manos— y las vi, garras amarillas con negro salían de mis dedos, baje el cubresol, que tenía un pequeño espejo y pude ver mis ojos completamente negros, mis dientes sobresalían de mi boca tan amarillos con mis uñas, mi cabello se oscureció, y mi piel era pálida como el papel.

Cerré los ojos, calme mi respiración y obligue a mi cuerpo a volver a la normalidad, no se como lo hice, pero mis uñas se retrajeron, al igual que mis dientes, mi piel volvió a tono normal al igual que mi cabello y al abrir los ojos estos se tornaron marrones de nuevo dejando la oscuridad de lado. 

Mateo me observo incrédulo, sin saber que acababa de ocurrir, estaba tan confundido como yo.

—¿ que soñaste? No podía despertarte, y empezaste a cambiar y a respirar tan fuerte que me asuste— aún no llegábamos a nuestro destino, y mis hermanos dormían plácidamente en el asiento trasero.

— pangea, estaba en pangea, pude sentirlo, alguien me llamaba, decía que era mi madre, y me decía que tenía hambre— expliqué.

—¿ tu madre? ¿ en realidad era ella? — pregunto.

— no, había un agujero gigante en la tierra, por un segundo me sentí en casa, sentí que pertenecía allí, ella dijo que era mi creadora, dijo que me necesitaba, pero recordé lo que le hicieron a mi familia, y le grité— Mateo seguía con la vista en el camino pero apretaba fuertemente el volante.

— le dije que no la ayudaría jamás, entonces la tierra tembló, su ira, pude sentirla, vendrá por mi , lo se— termine de narrarle resumidamente, no tenía ánimos de recordar cada detalle.

— ya casi llegamos, Ariana, ella forma parte de una secta que adora a Pangea, esta infiltrada, desde hace años los adoradores de demonios dicen que vendrá una salvadora, que abrirá las puertas entre Pangea y la tierra de forma permanente, antes de llegar a conocerte Ariana y yo estábamos averiguando quién era la famosa salvadora, pero siempre nos encontramos con un callejón sin salida— intento explicarme.

—¿ hay gente que adora a ese mounstro? — pregunte horrorizada.

— Pangea no es solo un planeta, tiene vida, ella es la creadora de los demonios, de las puertas, ella es quien se alimenta de los humanos, ella es quien envía los demonios, el rey oscuro, y todos los demás son solo sus marionetas, ella puede dar vida— no es posible, ahora resulta que el planeta es una diosa, y que hay humanos que la alaban, ¿que más me falta? .

— no estoy seguro aún, pero según las escrituras de los adoradores, la salvadora sería mitad humana, mitad demonio, una hija de ambos planetas, su sangre sería la única capaz de mantener las puertas abiertas indefinidamente, dando paso a los demonios de ir y venir a su antojo, haciendo a Pangea la reina y diosa de ambas empecies, y creo, que esa puedes ser tu— revelo dejándome helada y sin palabras.

No es posible, ¿ una hija de ambos planetas? Soy un simple humana, mis padres eran humanos, mis hermanos son humanos, ¿cómo es que yo puedo ser diferente? Esto no tiene sentido, ¿porqué Pangea me llamo? ¿Mi sangre? Hay dios ¿ porque esto me pasa a mí?, ya no tengo un demonio dentro, ahora soy parte demonio, estaba mareada, tanta información era difícil de procesar, mis padres, jamás dijeron nada, o quizá no lo sabían, el miedo me invadía, mi respiración volvía a agitarse, mis ojos oscureciendo se, mi garras de nuevo saliendo a relucir, un dolor se implantó en mi pecho impidiendo el paso del aire y un nudo en mi garganta obligándome a tomar bocanadas grandes para poder respirar, esto no puede estar pasandome ¿ quién diablos soy? .
 



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En el texto hay: demonios, muerte, terror

Editado: 14.04.2020

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