Los Destellos De Aurora

PEQUEÑO ÁTICO

Durante casi todo el desayuno la señora Elwira Majewski no dejó de observar a Karîm, y sin dudas la pequeña Aurora notó aquello de inmediato. Entonces se puso a pensar que quizás él sí le recordaba a alguien.

— ¿Será Karîm realmente un viajero del tiempo? —pensó— Mi teoría no puede ser del todo descabellada pues al fin y al cabo vivimos en un mundo misterioso donde los seres humanos somos apenas una pequeña partícula de polvo en el infinito universo.

Cuando Aurora fue a contarle a su prima sobre todo aquello que creía, se echó a reír a carcajadas como si hubiese oído algo realmente gracioso.

— Estás riéndote como una demente ¿Sabes? No es necesario que te burles de mí de esa manera.

— Yo sabía que estabas obsesionada con esa dichosa serie, pero no a tal extremo, Aurorita —dijo volviéndose a reír—

Najib Majewski, el padre de Amalie al recibidor de la suite donde se hospedaban.

— Hija, tu risa se oye hasta los pasillos del hotel. El chiste que estarán contando ha de ser muy gracioso en verdad.

— Nadie ha contado ningún chiste, tío. Amalie está burlándose de mí.

— Papá, es que Aurora piensa que su guardaespaldas es un viajero del tiempo. Dark la volvió muy loca.

— ¡Oye! Esa es una serie muy buena en verdad. Y no exactamente para personas poco inteligentes. Viviendo en un planeta que es apenas una canica flotando en el infinito, uno debería aprender a expandir sus ideas a nuevas posibilidades. ¡Dark es mi serie favorita!

Aurora observó a su tío y sonrió al notar que él compartía sus mismos pensamientos.

— ¿Qué? ¿Eso significa que a ti también te enloqueció esa serie, papito? —preguntó echándose a de risas otra vez—

— Ya deja de reír de ese modo, que tú pareces la loca el lugar de nosotros. A ver… ¿Por qué dices que tu prima enloqueció?

— Es que Aurora piensa que Karîm es un viajero del tiempo.

— ¿Y quién es Karîm?

— El guardaespaldas de Aurora.

— El hijo del tío Khaleb —dijo Aurora—

Al oír aquello, el hombre se puso inmediatamente de pie.

— ¿El hijo de Hafez, dices?

— Sí tío.

¿Y es tu guardaespaldas?

Ahá…

— ¿Pero cómo? Ese chico ha de ser muy joven para ser tu guardia.

— Lo es. Apenas tiene 18 años, no 19 como me dijo que tenía. Pero eso no me reclames eso a mí, tío.

— Pues si es un viajero del tiempo como cree Aurora, no ha de ser tan joven como aparenta —irrumpió Amalie con sus risas que ya comenzaban a hartarla—

Najib Majewski quedó pensativo y en silencio luego de enterarse de que Karîm Hafez se había vuelto guardaespaldas de su sobrina. Aurora quedó con muchas ganas de saber por qué.

— ¿Tío, tú ya conocías a Karîm?

— ¡Qué pregunta, Aurora! Por supuesto que mi padre tuvo que haberlo visto alguna vez —le dijo Amalie— Si aquel chico fue el ahijado de tus padres, desde luego el mío tuvo que haberlo conocido.

— Lo he visto, sin embargo, fue solo una vez cuando era pequeño.

— ¿Una vez? ¿Por qué lo viste una sola vez, tío?

— ¿Osea que no lo has visto ahora que está grande y guapo?

— ¡Amalie!

— ¿Qué? ¡Karîm es un chico muy guapo!

Najib abandonó la sala a toda prisa y las jovencitas lo siguieron queriendo averiguar porque se había puesto de esa manera.

— ¿Papá, A dónde vas? ¿Qué sucede?

— Tío Najib…

— ¿Dónde se encuentra ese chico en estos momentos?

— No lo sé —contestó Aurora—

El hombre no detuvo su marcha, y Amalie y Aurora tampoco lo hicieron hasta que Najib Majewski se topó con Khaleb Hafez en uno de los pasillos. Allí aprovecho la ocasión para preguntarle personalmente por aquel hijo suyo que estaba cumpliendo el papel de guardaespaldas de su sobrina.

— Debe estar por ahí ¿Puedo saber para qué lo buscas? ¿Sucede alguna cosa?

— ¿Debería suceder alguna cosa? Simplemente, me gustaría conocer al guardia de mi sobrina porque resulta que ni siquiera Se tomaron la molestia de contarme que tu hijo había sido asignado para esa labor.

Yo no te mencioné nada al respecto porque supuse que Gina se encargaría de contártelo. Quizás ella no tuvo oportunidad de hacerlo.

— Ese ha sido siempre el problema contigo, Khaleb. Que te la has pasado suponiendo cosas.

— Es verdad, pero con la gran ventaja de que todas mis suposiciones siempre resultan acertadas —admitió contorno descarado y hasta desinteresado— Tras esas breves palabras Khaleb Hafez se alejó del lugar.

El joven guardia no se encontraba por ningún lado, y la pequeña Aurora no comprendía por qué su tío Najib tenía tanto afán en encontrarlo en esos precisos momentos. Entre los tres continuaron buscándolo hasta que Aurora fue a preguntarle a su hermana Mara si lo había visto en algún lugar. La joven contestó que lo había visto ingresar al Buch Zimmer Kaffee del hotel. Un lugar apartado y tranquilo donde las personas podían meterse a leer mientras degustaban un delicioso batido, café o té.




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