Capítulo 4: Un Fugaz recuerdo

Más calmado Geovany le preguntó: Alice ¿En qué te metiste ahora? Primero huyes por la metida del sistema que realizaste, ahora esto.

Vielka, transformándose su alegría en ira, respondió: No me grites. Tenía que hacer lo correcto que era decir la verdad. ¿Acaso tú te hubieras quedado callado al saber lo que deseaban hacer? No, ¿Verdad? Pues yo no. Pero no viene al caso necesito tu ayuda.

Geovany mientras se rascaba la cabeza pregunto: ¿En qué quieres que te ayude?

Vielka le dijo: aquí no te puedo decir, ya que algunos de ellos puede estar trabajando para el otro lado.

Desconcertado y preocupado pregunto: ¿Como que para el otro lado? ¿Acaso quieres decir que alguien de aquí este recibiendo soborno?

Vielka al ver su agitación movió la cabeza en afirmación.

Él no lo podía creer. Se levantó, abrió la puerta y dijo: Ya vengo. Iré a ver si te podemos llevar a un lugar más privado. Así podrás contar lo que sabes.

Vielka respirando aliviada respondió: Gracias y lo siento por haber sido un dolor de cabeza todo este tiempo.

Geovany al oír eso una lagrima se le escapó de su ojo, inclino su cabeza al lado contrario para que Vielka no lo viera y salió de la sala.

Vielka recordaba ese día que fue el que marco todo. Ella estaba estudiando derecho. Ya era su último año estaba contenta de ya graduarse. Estaba haciendo la práctica e investigando que caso elegir como su favorito para la mano grafía y para la defensa de esa tesis, ya que si no hacia eso no se graduaba, y buscaba un trabajo en donde le pagaran.

Ya que a pesar de tener beca el dinero no ajustaba para ella y su hermano menor. Estando un día paseando por su viejo colegio para saludar a los maestros, con los cuales eran amigos, se encontró a Fernando. Él había sido su compañero. Era muy extrovertido y siempre se metía en lo que no le interesaba.

-Vaya pero que coincidencia y pensando en los viejos tiempos venia pensando- Dijo Fernando con un tono de superioridad.

-Hola Fernando. Veo que tu ego sigue siendo mucho más grande que ti- Dijo Vielka en un tono burlón e infantil.

Fernando soltando una risa agrego: por lo visto no has de tener trabajo. Sino como tendrías tiempo para venir aquí.

-Sin tanto rodeos Fernando. Dime de una vez lo que vas a decir- dijo Vielka, escuchándose estresada.

-Tu temperamento nunca cambia- pronuncio él. Mientras soltaba una sonrisa. Luego le dijo: Veras tengo un amigo que trabaja en el área de informática de un banco y me hablo diciéndome que estaban empleando personal y si tenía a alguien de confianza para trabajar allí. Y ya que tú siempre has sido la más talentosa de la clase en todas las áreas, tal vez te interese.

-¿En qué área es?- Pregunto Vielka, sin mucha confianza.

-Es en el área de informática. Para los controles de que va bien, los procedimientos rutinarios, toda esa clase de cosas.- Dijo Fernando.

-Está bien. Mañana te daré mi currículum para que me ayudes a entrar allí.- dijo Vielka ya algo cansada.

Sabía muy en el fondo iba arrepentirse de aceptar, pero no se imaginó el caos que se produciría.