Llegando al almacén se aproximaron a buscar un carrito y luego las dos cajas de hojas en blanco, cuando se voltearon a retirarse de pronto una de las cajas que estaban al frente cayó.
—¡Ay Dios mío que susto! — exclamó Lorena. Néstor se sorprendió.
Continuaron caminando y una caja les cayó encima a ambos y cayeron al piso por el impacto de la caja. Lorena soltó un grito.
—¡¿Por qué diablos no acomodarnos esto bien?! —gritó Lorena. Lorena y Néstor trataron de ponerse de pie pero de pronto vieron una sábana que iba hacia donde ellos estaban y los arropó totalmente. Lorena gritó desesperada.
—¿Pero qué es esto? —preguntó Néstor tratando de quitarse las sábanas pero no podía parecía como si estuviera pegada al piso.
—¡Nos quieren matar! —exclamó Néstor. Lorena temblaba se moría de miedo.
—¡Néstor los fantasmas que hay aquí no quieren que salgamos! — exclamó Lorena asustada.
—No te preocupes en el nombre de Jesús saldremos de aquí sanos y salvos —le contestó Néstor a Lorena mientras intentaban quitarse la sábana que los arropaba.
Lucharon durante un rato hasta que de pronto la sábana se desprendía y se quitaba de ellos, vieron como la sábana se alejaba y huyeron lo más que pudieron pero Lorena recordó su encargo, paró a Néstor de pronto.
—Espera Néstor no podemos irnos sin las cajas —le recalcó Lorena. Néstor asintió y se devolvieron a buscar las cajas.
En el camino iban asustados hasta que al fin lograron salir de ahí, suspiraron tan profundo que sintieron paz al saber que no estaban allí donde ocurrió aquel hecho inexplicable.
Lorena junto con Néstor buscó a su jefa para entregarle lo que ella le había ordenado. Llegaron a su oficina y dejaron las cajas allí. Ya a la hora del receso Néstor buscó a Lorena para hablar con ella. Hasta que al fin la encontró.
—Lorena —mencionó Néstor esta voltió a mirar a Néstor.
—Néstor ven siéntate, Julia no vino hoy, está enferma —le dijo Lorena. Este se aproximó y se sentó.
—Wow Lorena lo que vivimos hoy es increíble, creo que no nos los creerán —comentó Néstor.
—Así es Néstor, incluyendo a Julia ella es muy incrédula —le respondió Lorena.
—Aquí suceden muchas cosas extrañas, en las noches ni te imaginas —dijo Néstor.
—¿Haz trabajado de noche? —le preguntó Lorena.
—Claro, las veces que puedo —le respondió.
—¿Haz visto o escuchado algo fuera de lo normal? —le preguntó Lorena muy curiosa.
—La verdad es que no te voy a mentir —bajó la cabeza mientras respiraba profundamente. —Se podría decir que sí... Y no quiero asustarte ya que trabajarás de noche aquí, pero de que suceden cosas extrañas y misteriosas; sí, así como lo que vivimos en el almacén.
—¡¿Entonces es normal que sucedan cosas extrañas allí?! —gritó Lorena asustada. Algunas personas del alrededor se voltearon a mirar.
—Sí, no te asustes son cosas que suceden que no pasan de ser un suceso nada más —le aclaró, Lorena abrió los ojos como platos.
—¡¿Qué no me asuste?! Obvio que me voy asustar y cualquiera Néstor —se rehusó a aceptar aquellas palabras.
—Bueno Lorena sólo te digo que te tranquilices ya que trabajarás en la noche —le recordó Néstor.