Narrador Marco Ferrer
El día había llegado jamás había estado tan nervioso como hoy..
Miro mal a mi adorable hija que parece toda una princesa con ese vestido y corona de diamantes reales que quiso.
Hay dios dame paciencia con esta niña juro que si la quiero pero aveces me gustaría mandarla a china…
Algunos inventados ya están llegando, puedo mirar por la ventana que da directo al jardín.
Vuelvo arrugar la cara, porque decidí entrar con mi demonio al altar.
Quiero un momento en paz…
Destape una botella de vino ya que nadie me ha dado señales de salir.
Alexa entra toda sudada y despeinada.
La subo al tocador para arreglar su peinado y limpiar el sudor.
Por un momento le creo cuando sus ojos se ponen rojos
Quiero llorar y romper todas las cosas pero me controlo mis hijos no merecen verme así.
Ambos nos reímos del mal chiste.
Me vuelvo a mirar en el espejo antes de salir.
La música empieza a sonar cuando camino rumbo al altar, mi pequeña demonio sonríe y saluda sin parar como si ella se fuera a casar.
La veo irse con sus abuelos Meyer..
Mis ojos no puedes despejar de la mujer que viene con cuatro hombres rumbo a mi, una diosa ese vestido blanco le queda Perfecto como ella.
Suelto algunas lágrimas..
Ambos sentimos la chispa al juntar nuestras manos esa conexión que sentimos cuando nos conocimos por primera vez.
Había escrito y memorizado un sermón pero todo se me olvidó.
Limpio sus lágrimas de felicidad mientras los invitados aplaude.
Le doy un beso en la frente.. No escucho lo que dice el padre solo el final.
La agarró fuertemente de la cadera mientras nuestras bocas se comen, jamás me cansare de besarla.
Antes de soltarla le muerdo el labio.
Nos balanceamos lentamente por la pista una melodía suave y lenta.
Sentimos varios flash el fotógrafo que contratamos tiene que capturar cada momento especial.
Mis dos hombrecitos bailan y ríen con su mamá, mientras que busco Alexa ella debería de bailar conmigo donde andara esa niña.
Decido ir al final del jardín para ver si está ahí y nada.
No quiero espantar a nadie sin ver buscado bien.
Le hago seña a Robert para que venga.
Siento que algo malo pasará, mi cuerpo está temblando…
Ahora somos más buscándola..
No quiero espantar a mi nena pero llevamos una hora y nada..
Sus ojitos se empiezan a llenar de lágrimas
Decidimos terminar la fiesta pero antes los hombres de Robert revisaron los carros de los invitados.
Enseguida empiezan a llorar, mientras que mi nena los abraza fuertemente.
Robert toma la table donde guarda la aplicación, tarda cinco minutos en encontrar la seña que da directo al jardín donde se encuentra el laberinto.
Todos salimos corriendo hacia aya espero y que esto sea una mala broma de Alexa, pero la realidad nos golpea fuertemente cuando la cadena está tirada junto a su muñeca y corona.
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Editado: 28.08.2024