¿Sabes? Hoy me decidí por hablarte, aunque tal vez no me respondas.
Decidí narrarte mi larga y triste historia, tal vez más, tal vez menos.
Te diría, que nací hace mucho tiempo y que el mundo esperaba mucho de mí.
Te diría que viví miles de aventuras o lo mucho que sufrí.
Pero eso tal vez ya lo sabes, seguro lo has visto.
Realmente no se desde cuando me has estado observando, pero sé que estas allí, contemplando con gran interés lo que hago, lo que siento, pienso o deseo. No me sorprendería si fuera así, de hecho, es lo que espero.
Ven, sígueme un momento, acompáñame una vez más. Hoy visito el cementerio.
Aquí donde yacen miles de personas, se encuentran las grandes historias sin contar.
Héroes imposibles, grandes emprendedores, suicidas por desilusión. No puedo imaginarme cuantas historias habrán transcurrido hasta que llegaron a su destino final, y ahora están perdidas.
¿Habrán tenido a alguien observándolos?
Sería tan triste si no fuera así, ¿no crees?
Tengo tareas, así que la visita a este templo de historias perdidas, termina aquí. Vamos a la biblioteca un momento para hacer una investigación.
A lo largo de la historia de la humanidad, se ha buscado la manera de inmortalizar la mente, los conocimientos, la vida. Podríamos llamar a este lugar, el templo de las historias rescatadas, ya que probablemente no todo está escrito aquí.
Cuando tomo un libro en mis manos, me pregunto; ¿Que habrán sus personajes? ¿Se habrán imaginado yo los observaría desde aquí?
Cuando me di cuenta de que me observabas, sentí un gran alivio.
Vi que mi vida no pasará al anonimato de una fría tumba, ni en las incompletas crónicas de una biblioteca. ¿Qué habrás visto desde tu posición tan privilegiada?
Me imagino que muchas cosas, ¿Quisieras conversarlas un poco conmigo?
Aun si no puedes, me imagino que pasa igual conmigo.
Observando grandes batallas de valientes héroes, viendo románticos encuentros entre amantes, disfrutando de las armónicas palabras de un poeta.
Soy quien observa sus vidas, de la misma manera en que tú lo haces conmigo y aun así, me pregunto;
¿Te aburrirás algún día de mi historia?
¿Pasaras la página de la misma manera como he hecho con libros que me han aburrido?
Aun si lo hicieras, ven y habla conmigo.
Ahora soy quien protagoniza esta historia.
Soy quien habla con su lector.
Soy quien tan solo desea, conocer a quien desde siempre le conoció.
Y mi historia continua, contigo a la expectativa,
Conmigo a la expectativa.
En busca del protagonista de este libro.
El libro entre tus dedos.